Capítulo 9.

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Maratón 2/3

Max.

Durante el trayecto hasta el castillo, Bella había contado cuantos pétalos tenía su ramo de flores por dos motivos: no había nada mejor que hacer y yo se lo había pedido.

-¿Cuantas tiene?- pregunto mientras espero a que Louis termine de aparcar su coche delante del de Brayan.

-Unas cuantas.- dice dejando el ramo de flores a un lado.

Suelto una carcajada, había visto como se había perdido cuando llego a la cuarta flor.- Te has perdido, ¿verdad?

-Si.

Los dos reímos.

En cuanto Louis sale de su coche, estaciono el mio delante del suyo y salgo antes que Bella para ayudarle con el vestido.

-¿Has cogido los anillos?- pregunta la chica mientras recoge la cola de su vestido.

Abro los ojos como platos y paso las manos por el traje mientras Bella se ríe.

-Los tengo yo.- dice divertida. Saca de su bolso de mano una pequeña funda azul atada con un lazo y la miro con cara de pocos amigos.- Apareces sin los anillos y Louis te mata.

-Gracias.- digo al mismo tiempo en que cojo la funda.

Bella sale del coche y le sujeto la cola del vestido para que no se le ensucie o se le rompa.

-Nos vemos al otro lado del pasillo.- dice cogiendo la cola del vestido.

-Espero no caerme por las escaleras.- digo divertido antes de subir las escaleras que van hacia el otro lado del pasillo.

Aproximadamente quince minutos más tarde, las puertas de madera del pasillo ya se han cerrado después de que la madre de Bella acompañase a Louis hasta el altar y la música de la entrada, había a empezado a sonar.

Miro a Bella y sonrío al ver como coloca los dos mechones de pelo que cuelgan hacia los lados de su cara.

En cuanto suena la segunda parte de la canción, Bella y yo subimos el escalón al mismo tiempo y, tras agarrarse a mi brazo y sujetar el ramo con sus dos manos, bajamos despacio las escaleras, como Miriam nos había indicado en los ensayos.

Bella mira con cara de pocos amigos a la pelirroja que no para de hacernos fotos desde su banco y, en cuanto llegamos a la entrada del altar, Bella y yo nos separamos.

Para cuando todas las damas de honor y todos los padrinos han llegado, las puertas del pasillo se abren de nuevo dejando ver a Miriam agarra del brazo de su padre y su sobrina delante de ellos.

Sonrío al ver la cara de Louis mientras sigue con la mirada a su futura esposa y veo como Bella tiene la boca abierta en forma de O.

Miriam no había querido que la viesen con el vestido de novia hasta el día de la boda para que todos se sorprendiesen y, tal y como ella había querido, todos nos habíamos sorprendido.

Cuando la novia llega a la entrada del altar, su padre besa su mejilla antes de sentarse en el banco y Louis le ayuda a subir los dos escalones del altar.

-Estás preciosa.- susurra el chico antes de que el sacerdote empieza a hablar.

Diez minutos después, Bella sube hasta el altar y, tras colocarse detrás del micrófono, empieza a leer.

***

-¿Qué decirle a la mujer que amas? Gracias. Gracias por cada uno de los momentos que me has regalado, desde el momento en el que tu hermana nos presentó hasta el momento en el que nació Alan. Recuerdo que cuando te presenté a mis padres y a mi hermana, Bella me llevó a la cocina y me dijo "Algún día te casarás con ella." Supongo que, por eso mismo, hoy es la madrina de nuestro hijo.- miro a Bella y veo como la chica pasa las manos por sus mejillas.- Por eso mismo, creo que sobra decirte todo esto pero, para que lo recuerdes y no se te olvide jamás, te he querido, te quiero y te querré.

Los Que Se Pelean ¿Se Desean?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora