Capítulo 33.

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Bella.

El público aplaude en cuanto las cámaras apuntan hacia nosotros. El programa se estaba emitiendo de nuevo, los anuncios habían terminado.

-Durante este descanso, he visto como leías una y otra vez la dedicatoria que te ha dejado Bieber.- dice divertido.

Suelto una carcajada.- Creeme que cuando llegue a casa, la seguiré leyendo.

Ríe.- Antes de que nos fuésemos a publcidad, te dije que empezaría tu entrevista así que empezaremos por la primera pregunta, ¿te parece?

-Lógicamente hay que empezar por el principio.- digo divertida.

Me mira y sonríe negando con la cabeza.- ¿Cómo describirías "Stupid Boy"?

-Cuando leí "Stupid Boy" antes de que se enviase a diferentes editoriales, pensé que era una novela demasiado caótica pero que al mismo tiempo, era tan sentimental como para que cuando terminases de leer un capítulo, deseases saber lo que ocurre en el siguiente y así sucesivamente porque al fin y al cabo, una buena historia de amor siempre estará compuesto por lo caótico y lo sentimental.

-¿Por qué piensas que el amor está compuesto por lo caótico y lo sentimental?- deja a un lado la carta en la que estaba escrita la pregunta y levanta la mirada.

-¿Nunca has pensado que el amor es algo tan caótico como para que nos volvamos locos?- pregunto divertida y continúo hablando.- Además, creo que todos los que hemos estado enamorados, nos hemos sentido identificados con los sentimientos que tienen los protagonistas en cada momento.

-¿El amor que significa para ti?

Resoplo y los dos reímos. Apoyo mi brazo sobre el borde de la mesa y sujeto mi cabeza con la mano de este.

-El amor es tan complicado...- digo divertida.

Suelta una carcajada.- ¿Serías capaz de dejar todo como hace la protagonista del libro por la persona de la que está enamorada?

En mi cabeza, reaparece el momento que había vivido con Max antes de mudarme definitivamente a Londres. Sonrío.- Sin duda alguna, ahora mismo lo haría.- el abrazo de Max en medio de la calle aquel día, aparece de nuevo.- Sino lo haces, puedes arrepentirte el resto de tu vida, quizás no toda tu vida pero si una buena parte de ella y ese sentimiento, es horrible porque al final, has perdido al supuesto "amor de tu vida"- hago las comillas con los dedos al mismo tiempo que lo digo- por cobardía.

-Sé que esto puede molestarte pero, ¿sabes qué?- sonríe y me coge la mano en la que no tengo apoyada la cabeza.- Siempre he pensado que las buenas novelas están escritas gracias a los momentos que vive el escritor o la escritora y sinceramente, creo que has contado tantas esperiencias que tu misma has vivido en tu piel de una forma tan sincera, que has echo que todo el mundo se sienta identificado con cualquier personaje de la novela y solo por ello, ya debes sentirte orgullosa de esta novela.

Sonrío de oreja a oreja y me acerco a el con la silla para abrazarle.

-¿Sabes que sólo he venido al programa porque quería ver a las hormigas?- le pregunto divertida mientras vuelvo a mi sitio.

Suelta una carcajada.- ¡Pues que salgan las hormigas!

***

-¡Bella, saluda a los chicos!- grita Nicol desde mi cama ya que estaba hablando con Diego y Max por Skype.

Tapo mi cuerpo con la camiseta blanca de Max con la que dormía desde la anterior noche y salgo de baño para saludar a los chicos después después de apagar la luz.

-¡Hola!- saludo con la mano divertida.

-¿Esa no es mi camiseta?- pregunta Max al otro lado de la pantalla.

-¿No te dije que sería mía?- pregunto divertida como respuesta.

Diego suelta una carcajada.- No tienes remedio.

-Ella misma lo sabe.- Max ríe.

Suelto una carcajada.- ¿Habéis visto El Hormiguero?

-Claro, ¿como nos íbamos a perder tu entrevista?

Los dos chicos ríen.

-Sois unos gilipollas.- digo divertida.

-También lo sabemos.- dice Max.

Les enseño mi dedo corazón. Me tumbo en la cama, junto a Nicol y aparto el ordenador para tener más espacio en la cama.

-¿Qué tal trabajando mientras nosotras no hacíamos nada?- pregunta Nicol.

Diego mira con cara de pocos amigos a la que es su mujer desde hace dos años. Max y yo reímos.

Sonrío.- Quien iba a deciros que os íbais a casar.- digo divertida.

Los cuatro reímos.

-Este año nos vamos de boda otra vez.- dice Diego.

-Cierto.- dice Max.- ¿Alguna de vosotras ha visto como irá Sam o Raquel?

-El día que llego a Londres, tengo que recogerla de la estación de tren porque quiere que la acompañe para escoger uno de los vestidos que ha seleccionado hace tres meses y así, pasa el resto de la semana en mi casa.

Lo cierto es que cada uno de los vestidos que Sam había seleccionado era precioso, cada uno tenía algo que la hacía más preciosa.

-Tu la acompañaste las demás veces, ¿verdad?- pregunta Max.

Asiento con la cabeza.

-¿No te acuerdas del boomerang que subió hace tres o cuatro meses? Que aparecían vestidas de novia y bailando.- dice Diego.

-Aah.- dice alargando Max.

Suelto una carcajada.- Ese vestido me quedaba demasiado bien.

-Ahora solo falta que encuentres al novio.- Max ríe.

Nicol suelta una carcajda.- Yo creo que ya te encontró- abre los ojos como platos- digo, que ya lo enontró.

Golpeo mi frente con la mano derecha y dejo caer mi cuerpo hacia un lado. Miro con los ojos abiertos como platos a Nicol y esta suelta una carcajada.

¿Por qué siempre mete la pata?

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¡Holaap! ¿Qué tal? Sé que este capítulo es demasiado corto en comparación con los anteriores pero acabo de terminarlo y empezaré a escribir los siguientes capítulos para publicarlos durante estas vacaciones.

Muchísimas gracias por las leídas, por los votos, comentarios y mensajes privados que me enviáis porque aunque pase tiempo y tiempo sin escribir, me apoyaís y es increíble.

Espero subir otro capítulo mañana a la mañana o a la tarde ya que hoy tengo tiempo para escribir y así, no perdeis el hilo de la novela.

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Gracias :)



Los Que Se Pelean ¿Se Desean?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora