Capítulo 45.

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Bella.

Siento la maldita alarma de mi móvil. Abro los ojos rápidamente y la apago ya que lo último que quería hacer, era molestar a los enfermos de la planta.

Sobre mis piernas, está la cabeza de Max. Estas últimas tres noches, las habíamos pasado en el hospital, durmiendo en el sofá de la sala: Max para que su abuelo no se quedase solo y yo, porque no quería que Max se quedase solo con su abuelo.

Acaricio la cara del chico. Intentaba que sus despertares fuesen los más tranquilos posibles ya que lo único que le faltaba, era levantarse con el pie izquierdo.

-Max.- susurro besando su mejilla.

El chico se despierta sin que le insista una segunda vez. Estas noches tanto el uno como el otro, intentábamos despertarnos nada más sonar la alarma porque ambos teníamos que hacer cosas.

-Buenos días.- dice frotando sus ojos.

Se escucha como las puertas del ascensor se abren. Me giro y veo como de este, sale un grupo de enfermas junto con la madre de Max.

La mujer, con una sonrisa en su rostro, saluda con la mano al darse cuenta de que la he visto salir del ascensor. Esta venía todos los días a la misma hora, justo después de dejar a la hermana pequeña de Max en casa de una amiga cuya madre se encargaba de llevar las dos al colegio.

-¿Qué tal habéis dormido?- susurra.

-Le estamos cogiendo cariño a este sofá.- dice Max divertido.

-Cierto.

Max y yo teníamos dos motivos diferentes por los que nos quedábamos dormidos tan rápidos: el primero era porque estábamos agotados después de todo el día y, el segundo y último era porque el sofá era cómodo.

Yo creía que era más probable el primer motivo ya que por muy cómodo que fuese, seguía siendo un sofá del hospital.

Tras hablar con la madre de Max durante un par de minutos, ambos nos despedimos y nos vamos después de que esta entre en la habitación en la que se encuentra su padre.

***

Abro la puerta de casa. Max y yo entramos y, tras cerrar la puerta, voy directa a la cocina para preparar café.

-¿Qué quieres desayunar?- pregunto a Max mientras preparo la cafetera.

-Café y ahora me preparé dos tostadas porque sino, no sobreviviré al día que me espera.- deja la chaqueta sobre la isleta y enchufa la tostadora.- ¿Tu solo vas a desayunar café?

-El café es para llevarlo en un termo durante toda la mañana porque estoy segura de que como no lo lleve, me dormiré a mitad del día.- río.- Ahora prepararé un tazón de cereales y a este paso, veo que tendré que preparar otro.

Max suelta una carcajada. El chico me mira con los ojos abiertos como platos ya que yo no solía comer mucho porque me llenaba con lo mínimo pero, a diferencia del resto de mi vida, estos últimos días comía bastante.

-No me gustaría verte hambrienta y embarazada.- dice divertido.

Suelto una carcajada y le enseño mi dedo corazón antes de darme la vuelta.

No, no estoy embarazada...

Tras terminar de preparar el tazón de cereales y todo lo necesario para poner a funcionar la cafetera, subo al piso de arriba.

Entro en el baño y, en cuanto cierro la puerta, empiezo a dejar un camino de ropa que lleva hasta la ducha.

Después de cinco minutos o un par de minutos más, salgo de la ducha. Tapo mi cuerpo con una toalla rosa y salgo del baño tras secarme.

Los Que Se Pelean ¿Se Desean?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora