Capítulo 38.

15.9K 1.1K 92
                                    

Bella.

Abro los ojos. Froto mis ojos al sentir como el rímel probablemente se me haya corrido alrededor del ojo y, en cuanto termino, estiro mis brazos mientras bostezo.

Mi brazo izquierdo golpea algo o mejor dicho, a alguien y levanto rápido el brazo al darme cuenta de que Max sigue durmiendo.

Miro a Max, el cual todavía sigue durmiendo. Siento como los dedos de su mano, la cual está debajo de mi espalda, acarician uno de los lados de mi barriga lentamente y sonrío.

Me incorporo en la cama y tapo mi cuerpo desnudo con la camiseta negra que Max había llevado anoche a nuestra cena.

Salgo de la cama tras coger mis gafas de la mesita de noche. En cuanto piso el frío suelo, todo mi cuerpo se eriza y camino de puntillas hasta la estantería en la que tengo mi Canon.

Para cuando cojo la Canon del estante en el que tan solo estaba colocada ella junto con sus diferentes objetivos, vuelvo hacia la cama. Esta vez, camino hacia el lado en el que duerme Max y, en cuanto llego, me subo a la cama colocando cada una de mis piernas a cada lado de su cuerpo.

Enciendo la cámara y segundos después, cuelgo esta de mi cuello. Enfoco a Max moviendo el objetivo de la cámara y, para cuando está perfectamente enfocado, hago las primeras fotos.

Busco las primeras fotos en la galería de la cámara y sonrío. Todavía no podía creerme que el chico que aparece en la foto dormido, despeinado y sin camiseta, viniese por mi justo cuando había echo un mes desde que le había regalado esos billetes de avión.

Después de hacerle unas cuantas fotos, Max mueve sus brazos hacia el y frota sus ojos, momento que aprovecho para hacerle alguna que otra foto.

Muerdo mi labio inferior cuando esté me mira aún pegada a la cámara y este me imita mordiendo su labio inferior.

Sonrío.- Mmm...

-Buenos días, princesa.- dice colocando su brazo debajo del cuello.

A la mierda la cámara...- pienso al mismo tiempo que dejo la cámara sobre el suelo de la habitación.

-Buenos días, cariño.- le beso.

Entrelazo mis manos con las de Max mientras nos besamos. En cuanto nos besamos, el chico se incorpora en la cama haciendo que yo quede sentada sobre sus piernas y este aparta mi pelo hacia un lado para más tarde, besar mi cuello.

Después de un par de minutos en los que mi boca y la de Max no se separan ni un segundo, este se levanta de la cama conmigo en su regazo.

-¿Qué quieres para desayunar?- pregunta bajando los primeros escalones.

-Me he aficcionado a las tortitas con chocolate desde que vivo en Londres.- digo divertida.

Sonríe.- Entonces te haré tortitas.- baja un par de escalones más y continúa hablando.- Así también te aficcionarás a mi.

Muerdo mi labio inferior.- Creeme que lo estaré antes de que vuelvas a Barcelona.

Max se queda quieto en la mitad de la escalera, justo con un pie colgando para bajar al siguiente escalón. Este me mira y segundos más tarde, nuestros bocas vuelven a estar juntas.

Mientras Max me besa, siento como bajo de un momento para otro a su cintura y suelto un grito al mismo tiempo que me agarro con todas mis fuerzas a su cuello.

Max suelta una carcajada. Más tarde, me echo a reír.

Para cuando llegamos a la planta principal de la casa, Max me lleva hasta la cocina. Cuando pasamos al interior de la cocina, este me deja sobre la isleta que se encuentra en el centro de la cocina.

Los Que Se Pelean ¿Se Desean?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora