Capítulo 16.

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Bella.

Escucho pequeños golpes contra la puerta de mi habitación, la cual sino recuerdo mal, había dejado abierta por si Max necesitaba algo.

Me giro hacia el otro lado de la cama y abro un ojo. Sonrío al ver como Max está apoyado en el marco de la puerta.

-Pensaba que tendría que colocar el colchón hacia abajo para que despertases.- dice divertido.

Suelto una carcajada.- Buenos días para ti también.- bostezo y continúo hablando.- ¿A qué hora trabajas hoy?

-Eso era lo que quería decirte.- sonríe y continúa hablando.- Estos días no trabajaré porque un amigo me debía un par de turnos así que prepárate porque nos vamos.

-¿Nos vamos?- frunzo el ceño.

Max sale de la habitación sin responder a mi pregunta. Me incorporo en la cama y miro hacia la cuna de Alan.

-¡Alan está conmigo abajo!- grita mientras escucho como baja las escaleras.

Enciendo la pantalla de mi móvil para ver que hora es y, cuando veo que todavía son las nueve de la madrugada, salgo de la cama y entro en el vestidor para escoger la ropa.

Cojo mis gafas de pasta negra que no sé como han terminado en uno de los estantes vacíos del vestidor y empiezo a buscar un vestido que ponerme. Escojo el vestido negro de manga corta que hay entre los cinco vestidos que había traído a España. 

Dejo el pijama con el he dormido esta noche en el sillón del vestidor y, tras poner el vestido negro que llega hasta la mitad de mis muslos, cojo los únicos botines de tacón que había metido en las maletas y el abrigo de color negro y gris que había comprado con Alex en el centro comercial.

Diez minutos más tarde, salgo del baño después de haber hecho mis necesidades, maquillarme y peinarme. De nuevo, entro en la habitación y me subo a los botines de tacón. En cuanto termino, me coloco delante del espejo y reviso que no me falte nada.

Después de recoger el abrigo que había dejado sobre la cama, veo como mi cartera y mi iPhone están sobre el escritorio y, tras cogerlos, salgo de la habitación.

-¿Qué haces?- dejo de bajar escalones y miro con el ceño fruncido a Max.

El chico se gira y los dos reímos.

Max está tumbado boca arriba en el suelo del salón con las piernas encogidas y con los brazos estirados hacia arriba con los que sujeta a Alan que está boca abajo riendo.

-¿Tu no eres la fotógrafa? ¡Haznos una foto!- dice desde el suelo.

Durante el tiempo que había pasado en Londres, había dejado la fotografía más a un lado ya que los estudios, las firmas de libros, las entrevistas y la nueva novela no me dejaba tiempo como del que antes, quizás disponía.

Enciendo la cámara de mi móvil. Max le sonríe a Alan y coloca sus ojos como un bizco mientras este ríe. Hago la foto justo en el momento en el que Alan tiene la boca abierta mientras ríe y bajo las escaleras para enseñársela a Max.

 El chico se incorpora en el suelo y le doy el móvil para que vea la imagen.

-¿Te gusta?- le hago gestos al bebé para que venga conmigo y este no tarda en estirarse hacia mi para que lo coja. Beso la pequeña mejilla de Alan y este apoya sus manos en mi pecho.

-La enmarcaré y la colocaré en el mueble de la entrada.- Max se levanta y me devuelve el móvil.- ¿Nos vamos?

-¿Cómo que nos vamos?- guardo el móvil en el bolsillo de mi abrigo.- ¡Yo todavía no he desayunado!

Los Que Se Pelean ¿Se Desean?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora