Capítulo 19.

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Max.

Mientras Alan juega con dos patos de plástico que flotan sobre la poca agua que hay en el interior de la bañera, regulo la temperatura del agua de esta. Coloco el mango de la ducha por encima de la cabeza del bebé y quito toda la espuma que había quedado del típico champú para bebés. 

-Bella será quien te bañe a partir de hoy.- digo divertido mientras esquivo los pequeños charcos que hay por el suelo de mi baño.

Cojo el pequeño albornoz blanco que hay sobre la tapa del báter y, cuando me giro, veo como Alan da pequeños golpes en el agua de la bañera haciendo que el suelo se moje.

Niego con la cabeza mientras río por el simple hecho de no llorar al pensar en que tendré que secar todo esto.

El timbre de casa suena. Saco a Alan de la bañera tras envolverlo en su albornoz y salgo del baño. Busco con la mirada el paquete de pañales que debería haber cogido antes de bañar al bebé y corro hacia la habitación de Bella.

Tumbo al bebé sobre el edredón de la cama de Bella para secarle y, en cuanto termino, cojo el paquete de pañales que hay en la entrada del vestidor de la habitación.

Levanto las piernas del bebé con la esperanza de que no le entren ganas de mear y pego las cintas del pañal a cada borde de este.

¿Soy el único que piensa que el bebé al que cambias te meará en la cara?

Me aseguro de que el pañal haya quedado bien colocado para que no se le caiga ni nada por el estilo y cojo a Alan en brazos para bajar y abrirle la puerta de la entrada a Nicol ya que mi móvil ha sonado un par de veces mientras colocaba el pañal.

Resoplo cuando el timbre vuelve a sonar mientras bajo las escaleras con Alan en mi regazo. En cuanto llego al piso de abajo, corro hacia la puerta de la entrada y la abro para que Nicol deje de timbrar.

-¿Tengo que sugerirte una vez más que deberías hacerme una copia de las llaves de casa?- pregunta la pelirroja entrando en casa.

Suelto una carcajada.- Tu cara no me transmite confianza.- cierro la puerta de la entrada.

-Me indignaría, pero prefiero ignorar lo que has dicho.- se gira para enseñarme la palma de su mano.

Los dos reímos.

-¿Y Diego?- pregunto a Nicol mientras esta deja su bolso sobre una de las sillas altas que hay alrededor de la isleta ya que esta está cubierta por restos de comida y las tazas del desayuno.- ¿Puedes vestir a Alan mientras me preparo?

-Me ha traído y se iba al centro para solucionar unos problemas de Benja.- hace una pausa y continúa.- ¿Cuando no te he ayudado yo?

Sonrío.- En el instituto no eras de las que me ayudabas.

Nicol suelta una carcajada.- ¡Tampoco te puteaba!

La miro alzando una ceja y esta ríe.

Bella.

Cierro el libro de la tercera y última temporada de mi novela y se lo devuelvo al chico de pelo castaño que hay al otro lado de la mesa mientras la canción Army de Ellie Goulding suena en la sala.

-¡Muchas gracias por venir! Espero que te guste este último libro.- le sonrío.

Habían pasado cuatro horas desde que la firma de libros había comenzado y tan solo quedaban dos horas para firmar los libros de todas las personas que esperaban en la cola que llegaba a mi mesa, tanto dentro de la sala como fuera de esta.

Me giro hacia atrás y veo como Alex le hace una foto con su móvil al conjunto de bolsas con regalos y a la caja en la que guardamos todas aquellas cartas que, a lo largo de estas horas, los lectores me han dado.

Los Que Se Pelean ¿Se Desean?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora