¿Eres tú? o ¿Soy yo?

Capítulo 2

Puedo sentir como mi cuerpo cobra vida propia y se lanzará en cualquier momento de la maldita Paige —Todoterreno de Jason. —  y si no fuera por él que le agregó seguro de niños a las jodidas puertas, lo haría, si de niños para que no abriera la puerta, es tan dulce.

Mi cara parece un arcoíris por los innecesarios litros de maquillaje que Sophía me obliga a usar hasta que lleguemos a la fiesta o si no me dejan encerrada hasta que terminen de follar con cualquiera que conocieran en una de las habitaciones de la DreamHouse, aunque lo dudo. ¿Qué me toca? no me quedaría en este auto con olor a nicotina, Paige es más un prostíbulo rodante de todas las porristas que mi amigo el capitán logra engatusar, el olor es casi asfixiante al igual que la situación.

— ¿Cuándo llegamos? —miro a Sophía que sigue retocándose el maldito maquillaje. Se ha pasado el labial más de trescientas veces, que ahora parece si tuviera los labios de Kylie Jenner, pero en una mala cirugía.

—En cinco minutos más, tú tranquila —se limita a decir y vuelve a mirarse en el espejo de mano para ver si su delineado está bien y perfecto.

—Eso me vienes diciendo hace media hora atrás —exteriorizo cruzándome de brazos y acomodándome en mi puesto. Jason solo se ha dedicado a escuchar nuestras pequeñas disputas.

—Si sabes no preguntes entonces —gira para mirarme y replica. —Se ha ido un poco el color de labial ¿te lo retoco? —me sonríe y levanta el color rosa pastel.

Muevo un poco mi carencia de cabello más de lo que está y revuelo los ojos.

Ignoro su comentario y ostento de nuevo. — ¿Cuándo llegamos? —voltea los ojos y vuelve con su delineador. Por una cosa no específica, el auto se mueve mucho haciendo desviar la mano de Sophía y hacer una línea curva en su perfecto delineado.

En uno, dos y...

—Estúpido, ¿no te das cuenta de lo que acabas de hacer? —agarra su bolso y le golpea en el rostro a Jason quien frena el auto ante el acto.

Comenzamos de nuevo.

—Tú serás la estúpida, imagina que nos hubiéremos accidentado —espeta Jason golpeando el volante con rabia.

—No, porque si fueras más atento al manejar no hubieras arruinado mi maquillaje y por tu culpa Ann casi muere sin un novio quien llore por ella — ¿Por qué siempre tiene que salir a la luz mi nombre para nada agradable?  O mejor ¿Por qué siempre sale la palabra novio?

Volteo los ojos de la escena con mero desprecio, sabe muy bien que mi relación pasada fue horrible, Ryan un idiota que se le pasaba robándole el auto a papá para salir a comer en ridículas comidas rápidas y beber cerveza con sus amigos, desde que descubrió el sexo, adicto con el, ¿los hombres por qué se vuelven adictos a eso? Cuando se mudó de estado a Oklahoma con su padre quería que mantuviéramos una relación a distancia. Con eso confirme que para idiota no se nace.

Ahora, tienes que hacer de psicóloga para que estos dos no se terminen matando y nunca llegaremos a la maldita fiesta. Y nos los vuelvas demente. Más como tú el mundo no necesita.

—BASTA, PIENSO QUE DEBEN CALMARSE —me incorporo en mi asiento para parecer intimidante. —Sophía solo límpiate y ponte de nuevo corrector y punto. Y tú —señalo a Jason con mi dedo índice y lo miro fijamente con frialdad. —enciende el jodido auto y llévenme a la jodida fiesta que me obligaron a venir.

—Solo límpiate y ponte corrector —Sophía imita mi tono de voz muy mal, pero solo la miro al igual de hostil que Jason. —Como si fuera tan fácil

—Me obligaste a venir, me soportas —declaro y me vuelvo a acomodar en mi asiento.

Jason y Sophía siguen discutiendo, pero no le presto ni la más mínima atención, ver la ventana y observar las casas una más grande que otras se hacen más interesante. La música electrónica comienza a escucharse no tan lejos y un alivio recorre mi cuerpo porque me estaba molestando de estar tanto tiempo sentada. Las luces nos guían al camino a la gran fiesta. Los colores fosforescentes que predominan el lugar me afectan la visión cada vez que nos acercamos, Jason no tarda en estacionar en el parqueadero repleto de autos. Las dos personas de adelante bajan y yo intento abrir la puerta para salir porque el olor a nicotina e incesto me está mareando, pero recuerdo que hay "seguro de niños".