Capítulo 11

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Golpeo el lápiz que está entre en mis dedos como sube y baja. La voz de la profesora Laure de biología resuena como un molestoso zumbido en mis oídos. Creo que es la cuarta clase que asisto en toda mi secundaria, hasta la vez me sorprendo de como paso de año con ella.

Y si me concentro en algo era a en Matthew y Miriam juntos. El Homo Sapiens parte de mi familia. Eso no puede ser real.

—Profesora Laure ¿Puedo ir al baño? —pregunto sin ganas.

—No —dice ella escribiendo en el pizarrón sin mirarme. Los demás están tomando apuntes de lo que escribe. Miro a Sophía que escribe en su celular. Jason está intentando coquetear a la chica que está a su lado y ella complacida del capitán de fútbol. Suelto un bufido sonoro y con el mismo lápiz de mis dedos escribo mi nombre en mi pupitre en lo que queda sin escribir.

—Morgan ¿puedes tener el respeto de prestar o fingir que le interesa la clase y dejar de rayar la mesa? ¿En su casa también la raya? —su voz chillona de treinta años y sin esposo resuena por todo el salón. Todos me están mirando e incluso Matt, la profesora tiene una mano en la cintura y su pie derecho lo mueve repetitivas veces.

Otros están durmiendo o escuchando música, tirándole bollos pequeños de papel que se le quedan pegados en su cabello o tienen el jodido celular afuera y escribiendo en él, y a mí me llama la atención por rayar la mesa. Me odia.

Una sonrisa sarcástica invade mi rostro y respondo. —Cuando deje de ser aburrida y en mi casa no me aburro tanto, como en su clase, señora; y mi mamá si me deja ir al baño cuando quiero

— ¡Se va de mi clase y no vuelva hasta que traiga a su representante, y para los que no le interesa lo que estoy explicando pueden acompañarla! —grita enojada la profesora Laure señalando la puerta con su dedo índice y respirando agitadamente. Solo eso fue lo esencial para que todos e incluyo los nerds del curso se levantaran y comenzaran a caminar a la salida.

Una risa se me escapa al escuchar de nuevo a la profesora. —No se vayan, regresen; si se van mañana tomo una prueba de todo el libro de biología

— ¡Haga lo que quiera, pero ni piense que volveré su clase por hoy! Paz por un día—grita algún chico que se confunde entre la multitud de estudiantes. Suelto una carcajada estrepitosa hasta que veo a la profesora Scott, que voy en su misma dirección.

Que no me vea, que no me ve...

—Anne. Estoy buscando los de la obra para ensañar en el jardín del colegio creo que un poco de ambiente natural y aire libre no hará mal —me paso una mano por mi corto cabello estresada al escucharla.

—Sí, pero ¿puedo ir al baño primero? —ella sabe que más pregunta es un hecho que va a suceder sí o sí.

—Bueno, voy a buscar al resto de estudiantes. Te espero en el jardín trasero donde queda las canchas de fútbol y basket —dejo salir un suspiro aliviado y me dirijo al baño arrastrando los pies.

Al llegar me lavo la cara con agua fría y me miro en el espejo. Nunca suelo venir al baño, el color rosa crema de las paredes me marean desde que las porristas aportaron por la decoración. El olor a flores y lavanda no ayudan en nada. Así me aguanto hasta llegar a mi casa.

Unas risas muy conocidas se hacen presentes, no obstante, me escondo en un cubículo de baño.

— ¿Y lo vio April? —cuestiona Aline mientras abre el grifo.

—Ella no, pero mi prima sí. No le diré la verdad, quiero divertirme con el rumor de que Matty es el supuesto padre y ver su expresión. Se nota que le gusta —dice Miriam entre risas y Aline se le une.

¿Eres tú? o ¿Soy yo?Where stories live. Discover now