Capítulo 24

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La profesora de química entra y nos queda mirando para que guardemos silencio y así se hace, revuelo los ojos y me separo un poco mi cabello en el ojo, me sorprende que crece muy rápido que la última vez. La voz de la profesora hace que observe a la pizarra al igual que los demás chicos, ella está escribiendo con una tiza líquida: NO3

—Chicos, espero que hayan repasado la tabla periódica en las vacaciones porque ahora quiero que alguien me diga que significa esto —nos observa, su cabello negro lo tiene en su simpática coleta, es muy joven para ser una profesora, pero su actitud es de una señora de 100 años.

Alguien alza la mano y ella le da la palabra.

— ¿Puedo ir al baño? —la clase se ríe por la idiotez de la persona que habla.

—No —ella camina de un lado a otro viendo el desinterés de sus alumnos, yo garabateo en la banca como siempre. —Como todos son tan inteligentes, ya deben saber que es nitrato

—Con eso, nitrato de aprender —suelta alguien haciendo que todos vuelvan a reír y eso fue la gota que derramó el vaso para que la profesora de química explotara.

—Y bueno yo tampoco nitrato de enseñarles, así que todos me sacan una hoja que les voy a tomar toda la tabla periódica y esa es la nota del parcial —sentencia y se sienta en su escritorio toda campante mientras nos ve sufrir mientras sacamos una hoja.

—No puede hacer eso profesora, es abuso de poder —le digo haciéndola entrar en razón, cosa que no logro y solo me gano su mirada acusadora.

—Miren como lo hago, así que en quince minutos retiro la hoja y el tiempo corre desde ahora —señala su reloj como si fuera un cronometro. Ni Hitler era así de tirano.

Hasta ahora lo único que tengo bien es mi nombre.

Comienzo a escribir los no metales que son los más fáciles para completar algunos metales que se me vienen a la mente.

Unos segundos después puedo ver como la hoja es arrebatada por la profesora para proseguir con los demás estudiantes, resoplo y comienzo a guardar todo en mi mochila cuando el timbre suena.

Se pueden escuchar las quejas de algunos de la maldita injustica y puedo percibir la voz de la profesora diciendo: esto es una dictadura.

Tengo una sudadera azul que no recuerdo cuando fue la última vez que la lavé, un short de mezclilla que en un pasado fue un pantalón, ya que todos mis pants están sucios y con unos zapatos que antes eran de mi hermana y me los robé. Un estilo medio exótico que solo se encuentra en Renton por mí obviamente.

Llego a mi casillero y lo golpeo para que abra ya que se decide a mantenerse cerrado ocultando información de la nasa. Guardo unos cuadernos que no necesito.

—Anne ayúdame —su voz sale como un susurro para que la aglomeración de estudiantes no lo escuchen, veo como Cyrine pasa y le sonríe, mi amigo como idiota le regala una sonrisa. Toso para que vuelva a prestarme atención.

—Jason no me digas que dejaste embarazada a Cyrine porque te corto los huevos —mi amigo sonríe burlesco.

—Si fuera así, ya no estaría aquí —dice el maldito hijo de su madre con una sonrisa arrogante, aunque tiene un buen punto.

—A ver suelta —lo apuro viendo que a la siguiente hora me toca clase con la señorita Laure de lenguaje, la que me sacó de clase la última vez, creo que si falto a su clase le hago un favor hasta me pasa con una A.

—Mira, quise fumarme un Joint y bueno, aquí no me lo pude fumar porque sino me sancionan así que me fui a la parte trasera del colegio donde nadie va porque es puro pasto —se pasa una mano por su cabello con destellos rubios y sus ojos azules dilatan desesperación.

¿Eres tú? o ¿Soy yo?Where stories live. Discover now