Capitulo 4

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Es lunes, un estresante lunes y lo peor de todo; comienzo de clases. Un pasado domingo agotador, con dolor de cabeza insoportable y Sophía comiendo grandes cantidades de helado mientras lloraba con películas asquerosamente románticas. Al final de tanto llorar se quedó dormida y yo me terminé de comer todo el helado restante mientras veía American Horror Story.

Con mi bolso en mi hombro, una sudadera negras más unos jeans negros y mis zapatos, sin maquillaje. Lo habitual, lista para comenzar un lindo día de clases.

Me coloco la capucha de la sudadera con la disposición de salir por la puerta para ir al infierno "El instituto Jackson Hall o mejor Hell".

Hell ya que es infierno en inglés, vaya retórica.

—Hija, podrías sacarte eso de la cabeza, hace sol hasta podrían confundirte con una infiltrada o algo —me recomienda mi madre saliendo de la cocina con unos sándwiches en una bandeja.

Había dicho la obcecación de mi madre hacia los sándwiches, de cualquier tipo, de atún, de queso, y Nutella, que son los más ricos por si preguntan.

—No repliques madre, ella quiere parecer un niño que juega basketball. Déjala ser —dice puras sandeces, Chris con sarcasmo y malicia, limándose las uñas.

Christina Morgan, más conocida como Chris, mi querida hermanita mayor. La que todos adoran y admiran por su belleza naturalmente artificial. La que me salva de pocas y trae problemas en muchas.

Ella es del tipo llevar faldas corta y yo con unos pants, ella ensalada de frutas y yo tan papitas fritas con doble mayonesa.

Definición: yo me inyecto neuronas y ella se inyecta los labios.

—No sé por qué no se va a un departamento, tiene veinte años y todavía vive con sus padres. Tiene su año sabático que es lo peor —manifiesto y quejo con sarcasmo, carente de gracia.

—Cuando puedes sacar de quicio a una persona no se desperdicia la oportunidad y falta un año completo, cuando vaya a la universidad me extrañaras, me amas —agrega con cinismo levantándose del sofá de la sala con la vista en sus uñas limadas dirigiéndose al segundo piso.

Que directa hermanita. Te deseo con el corazón que se te quiebre una uña.

—Cero discusiones, llévate un sándwich para el camino porque no quisiste ni desayunar —advierte mi madre mientras me extiende la bandeja color naranja. Elijo uno forma de persona.

Oh se me olvidaba: a sándwiches con forma de personas.

Sí, mi madre tiene una obsesión de hacer sándwiches con formas, vale recalcar, desde que se compró moldes de figuras y sus favoritos son los que tienen de figura a galletita de jengibre.

— ¿Y papá? —pregunto al no verlo, aunque eso es siempre de costumbre. No tengo importancia al resentimiento ya que siempre procuró pasar siempre con nosotras cuando éramos pequeñas.

—Ya salió, lo llamaron del departamento de policías temprano —contesta mi madre entrando a la cocina. Él casi nunca pasa en casa, su trabajo de policía lo consume día y noche, ya ni recuerdo cuando fue la última vez que interactúe con él.

Quizá el día de gracias del año pasado.

Me encojo de hombros sin nada más que decir, le doy un mordisco a mi desayuno y espero en la puerta a que el auto de Jason aparezca en cualquier instante.

Pensando porque el cielo es azul, porque las mariposas vuelan y porque no puedo tener un auto como la cabeza de ardilla de mi hermana, sin depender de nadie. La bocina reconocida del auto de Jason me saca de mis pensamientos, dejando a la intemperie a Paige, su auto.

¿Eres tú? o ¿Soy yo?Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin