Capítulo 3

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Los populares o más bien conocidos como las deidades son personas sin cerebro y no razonan a acusa de eso, tienen apariencia de modelos de Gucci o Calvin Klein o eso suelen pensar ellos, yo creo que son imitaciones baratas de alguna tienda en oferta. En unas palabras: Matt Rowling y sus amigos.

Y no sé si son las palabras de ese Idiota o la falta de alcohol en mi cuerpo ya que el efecto va despareciendo. Quiero un baño, me sofoca el calor que emiten la cantidad de personas.

Más simpática eres con alcohol en tu sistema, Ann.

Que malo que no podía ser inmune a los idiotas porque si no la humanidad no existiera.

Es decir, hasta un Homo Sapiens que es la especie más acercada a la humana, podría razonar mejor que él, pero si él hubiera existido antes, de ley Charles Darwin lo hubiera agregado en las fases de la evolución.

Tome esa Darwin, descubrí una nueva especie. Es muy inteligente eso.

Tras abrir cada puerta de la primera planta encuentro un baño, milagro que no se ve a una pareja haciendo barbaridades. Me acerco al retrete con la esperanza de vomitar, Quiero vomitar, pero no puedo y solo opto por lavarme el rostro.

¡Besé a un chico! ¡Besé a un chico! ¡Besé a un chico!

No podía ser cierto, no me parezco a uno ¿O sí?

Me miro en el espejo que estaba al frente del lavamanos, pelo extremadamente corto hasta el mentón, sin ningún accesorio, y con maquillaje, sin contar la ropa que me hace ver delgada a un nivel máximo. Diosito santo, bendíceme.

Si parezco un chico con maquillaje en el rostro y extremadamente delgado.

Abro el grifo y lleno con el agua el hueco que formaron mis manos al unirlas y agacho mi cara para lavarme el rostro y quitarme el maquillaje a un cincuenta por ciento. Me vuelvo a mirar y todo el maquillaje está regado en mi rostro, busco una toalla y procedo a limpiarme no del todo bien.

Tengo que salir de aquí antes de que me encuentre de nuevo al idiota de Matthew; o peor Miriam Logan. Ella sí que es insoportable. Peor que un golpe en las tetas.

No estoy totalmente sobria más bien como en un limbo, pero si consiente de lo que hago y pienso, salgo dispuesta a buscar a Sophía. De puntillas comienzo a buscarla con la mirada en todo el lugar y la encuentro en la misma mesa sentada mirando su vaso mientras lo mueve en círculos lentos y lo ve con tanta afición que olvida que hay personas a su alrededor. Parece que su príncipe azul nunca apareció.

Me aproximo donde ella, que levanta la vista cuando percata mi presencia y espeta:

— ¿Te estás divirtiendo?, al parecer sí, porque dejas a tu amiga aquí y bailas con un grupo —una carcajada brota de mi por su puro sarcasmo, —si supiera. — y ella la emocionada de venir a la fiesta está sentada en una mesa donde a lado hay una pareja comiéndose a besos. La realidad del amor.

—Mueve tu jodido trasero y levántate, que este hálito ambiente está peor que un sauna, vamos a buscar al imbécil de Jason para volver a casa ya que al parecer soy mamá pato que cuida a sus patitos —deja su vaso en la mesa y mira con desprecio a la pareja. Reviera los ojos ante mis palabras.

—Eres una muy mala mamá pato, a ti te vale nuestra existencia —hace una pausa y muestra un ridículo puchero. — ¿Sabes? busqué a Jack para ver si quería bailar y lo vi entrándose a una habitación de arriba con Miriam —añade de la nada. Muerdo mi labio para no reírme, sé que esta fiesta era una fantasía de Sophía para ver si —su sapo o mejor príncipe. — sería Jack Griffin, sin olvidar ser uno de los mejores amigos de Matt.

¿Eres tú? o ¿Soy yo?Where stories live. Discover now