P es de Platónico.

Mismo Día, luego del autobús.

Todo sería más fácil si supiese su nombre. Las clases han pasado sin percatarme y en mi cuaderno sólo hay absurdas líneas que hice sin pensarlo. No sé qué me pasa. Por lo general siempre me pasan cosas en el transporte público: resbalarme, torcerme los pies, apretarme los pies en la puerta; pero nunca nada como esto. 

Lo malo de la situación es que lo más probable es que no lo vea nunca más. De las muchas micros que pasan cada 5 minutos por la calle, con gente retrasándose o adelantándose según sus necesidades, ¿Qué probabilidad hay que vuelva a verlo? Casi nula. Tal vez ni siquiera es su línea de transporte habitual. Quizá sólo andaba donde una tía, un amigo, una prima, su abuela, su novia... Y nunca tomará esa micro de nuevo, por lo que las posibilidades de verlo se resumen a... cero.

Debo ser la persona con más mala suerte del planeta.

La chica del almuerzo me mira con cara de "dame tu maldito dinero y lárgate", debo haberme quedado en blanco en algún momento porque ni siquiera recuerdo qué comida saqué. La pago y sigo a mis compañeras a su mesa. Si, es el primer día, debería estar desesperada por sociabilizar y hacer amigas pero, rayos, su imagen no sale de mi cabeza. Hoy todos los novatos de la carrera almorzamos juntos. Ya saben, apoyo moral y bla bla blá.
Por lo menos la parte de mi cerebro que está funcionando me sirve para no echarle sal a la jalea y no comer la sopa con tenedor. Aún puedo salvarme de la idiotez total.

Tomar la micro sola no es agradable, ¿saben? Sobre todo cuando tienes complejo de minion y con suerte te ves en la inmensidad de la acera. Esta debe ser la parada de autobús más solitaria que existe. Es un poco tétrico incluso, ya que mi campus tiene muchas áreas verdes ya que queda al límite de la ciudad. Siempre puede aparecer alguien al que le gusten las chicas con nariz pequeña y respingona, nunca se sabe.
Estuve todo el verano insistiéndole a mis padres que necesito un bote con gas pimienta, como en las películas, pero ellos piensan que lo digo de broma.

Tres transeúntes, dos ciclistas y treinta y siete medios de trasporte erróneos, para que por fin se detenga una micro que me sirva y que me deja fuera de casa. La micro está casi vacía, a excepción de un hombre de terno, unas chicas de Liceo y el chofer. Mi corazón se entristece.
Vaya, esto si que es una idiotez. ¿Es que acaso esperaba a alguien? Deberé de dejar las gaseosas, causan un efecto negativo en mi. Pago, me siento al final del autobús y acomodo mis audífonos mientras le subo el volumen a mi música.
La luna ya casi está brillando en todo su esplendor. La observo seguir el autobús mientras me dejo llevar por la melodía.

Este va para ti @EstefCar por apoyarme y darme ánimos en esta nueva idea 💛💜💛