Día 16.

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Me quedé a dormir donde una amiga. Queda más lejos de la U así que tuve que levantarme una hora antes. La muy traidora no quiso ir a clases porque "hace mucho frío y me puedo derretir" ¿Habían escuchado una excusa más tonta?
Tuve que tomar la micro sola. Bueno, había más gente a mi alrededor pero ustedes me entienden, no es lo mismo estar con gente que estar acompañado. La micro se detiene y subo. Me siento casi al final, sola. Voy tan concentrada en la música que me sobresalto cuando siento un peso desconocido en el asiento contiguo. Miro de refilón y me encuentro con el chico. Ese mismo chico que me roba el sueño hace días. En mi interior siento un maremágnum de emociones mezcladas. El corazón me salta en el pecho como si quisiera salirse y saltar donde mi compañero de asiento.
Es tan guapo. Me riño mentalmente por pensar esas cosas.
Tal vez es un vampiro y puede leer la mente. No se porqué siempre pienso eso de todos los pasajeros.
Procuro cerrar mi mente y pensar tan silenciosamente que no pueda ni siquiera llegar un eco de lo que hay en mi mente a la suya, ni en la imaginación.

A pesar que no cruzamos palabras, el viaje es perfecto. En mi interior, agradezco a mi amiga el no haber venido, si no, no hubiésemos estado así de cerca.
También agradezco haberme peinado.

P es de Platónico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora