Deje mi arma en la mesa desgastada, sentándome en aquella banca comencé a desarmarla para limpiarla. Aventé mi cabello hacia atrás para que no estorbara más en mi labor.
— ¿Qué tal va él nuevo?
Un peso extra se sienta a lado mío pero aún así no me giré a verle.
—Sabe utilizar ya el machete, puede entrar al pabellón sin problema alguno —conteste colocando el cartucho —¿Alguna otra petición señor Grimes?
—¡Vamos! no lo puedes tomar para mal ahora el chico se divierte en las rejas con los caminantes.
Inconscientemente mi mirada se posa en aquella dirección que observa el líder con una gran sonrisa en su rostro. Rubén se mantiene hablando con la menor de las Greene dándole una sonrisa coqueta, rodeo los ojos para volver mi vista al arma entre mis manos.
—Da igual, necesitamos despejar ese pabellón ahora ¿Cuándo piensas hacer eso? —desvíe el tema, coloque el cartucho en el arma para después guardarla en mi espalda —Entre más rápido entremos será mejor.
—¿Cuándo dejarás de ser así Agnes? Desde que Shane te engaño jamás volviste hacer la misma. —susurra haciéndome parar de golpe.
—Eso a ti no te interesa, Grimes. Es mejor que te preocupes por Lori si no quieres que le ocurra lo mismo con Shane —advierto apretando los dientes quedando cara a cara con él ojiazul— no te interesa saber sobre mi vida, yo te sirvo para cuidar tu trasero y tú me sirves para poder sobrevivir. ¡Nada más eso!
—Debes afrontarlo —contesta con total calma dándome una sonrisa de lado— Deja de amargarte lo mucho o poco que te queda de vida.
Dándome media vuelta comencé a caminar a uno de los extremos opuestos de la prision, para después sentarme de golpe en el sucio pasto viendo fijamente a los caminantes en la lejanía.
—Hey ¿estás bien? —pregunta Rubén sentándose a lado mío —Creo que estás un poco molesta.
—Largo de aquí rubio.
—Vamos, podemos hablar sin que seamos amigos ¿cierto?
Aquel comentario hace que lo observe de reojo, este se mantiene serio viéndome fijamente como si esperara un permiso para poder continuar estando a lado mío.
—Has lo que quieras. —respondo desviando mi mirada de él.
—¿Podrás decirme lo que tienes?
—¿Qué es lo qué tengo? —vuelvo a formular la pregunta— Solo quiero un lugar seguro, eso es todo. He vivido muchas cosas desde que inició el Apocalipsis eso es lo que tengo, solo quiero que este lugar funcione —digo con calma—necesito creer que todavía estoy aquí por alguna razón, eso es lo que pasa.
—Siempre que inició el día me digo una imposibilidad —confiesa captando toda mi atención.
—¿Qué clase de imposibilidades?
—Por ejemplo hace dos días mi imposibilidad fue aprender usar un machete, y lo logre— dice con total naturalidad— puedes decir que tú imposibilidad es lograr tener un lugar seguro.
—Eres raro —digo girándolo a ver completo haciendo que su rostro se volviera lleno de tristeza—Pero... me gusta.
A Rubén se le dibuja una sonrisa a la vez que sus ojos se le iluminan mostrándome algo en ellos, algo que casi no veía hace tiempo... Esperanza.
—¡Chicos! —gritan haciéndose ver a aquella dirección, Rick con las manos en su cadera se dirigía a todos para que nos acercáramos a él.
Levantándome junto al rubio camine hacia dónde estaba el líder.
—Hoy comenzaremos con la limpieza del pabellón A —informa Rick provocando un silencio terrible, casi ensordecedor—Buscaremos la enfermería, cafetería. Este lugar es una mina de oro para que todos podamos vivir como lo fue él granja incluso mejor.
—Mejor —afirme captando la atención de todos lo presentes— lo que sucedió en la granja se queda ahí —gire hacia Lori que tocaba su vientre ya crecido, sintiendo mi mirada esos ojos cafés chocaron con los míos — ¿verdad?
Esta asiente costosamente.
Primera Imposibilidad; Encontrar un lugar seguro.
