32.

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Con una mano acariciaba el rostro de Rubén mientras que con la otra la mantenía entrelazada con la suya. Denis que se encontraba al otro lado de la habitación leyendo un libro sobre lo que estaba pasando mi rubio, me decía de vez en cuando lo que creía que estaba pasando con él, sin embargo me mantenía callada ante sus diagnósticos.




—Puede que esté en una crisis postraumático, normalmente pasan esas cosas con las personas que están apunto de entrar en una clase de coma —comenta una vez mas. Enarque una ceja y por primera vez alce mi mirada hacia ella, notando que estaba sentada en el suelo cruzada de pierna a la par que ojeaba con desesperación su gran libro— Yo lo siento, no estoy siendo de mucha ayuda ¿cierto?


—¿Por qué tienes tanto miedo sobre esto? —pregunte sin dejar de fruncir mi ceño— Jamás vuelvas a decir eso Denis, eres la mejor ayuda que tengo en estos momentos. Salvaste Rubén, ahora, a él le toca despertar por su cuenta.



Denis costosamente asiente a la par que se levanta y se acerca hacia mí hasta quedar del otro lado de la camilla.


— Realmente espero no incomodarte con esto, pero eres una mujer fuerte. Me gustas



Ante su confesión provoca que niegue con tranquilidad con la cabeza —Estas confundiendo tus emociones con apoyo —respondo provocando que ella suelte sus hombros afligida— Creo que te has dado cuenta a quien amo.



—Lo siento —se disculpa apenada para con prisa retirarse de la habitación.  Dejándome sola con Rubén.



Volviendo mi vista hacia Rubén note como su rostro se encontraba pálido y casi sin vida, su cuello y parte de sus mejillas se encontraban manchadas de un rojo carmesí. — Mi Rubiuh —lo llame en un susurro— No sé si me estás escuchando o si estás aquí, pero necesito que te quedes conmigo. Por sobre todas las cosas, siempre juntos. Me lo dijiste... —reproche con rabia sintiendo las lágrimas salir nuevamente de mis ojos.. Llevando ambas manos a mi boca trate de calmar los sollozos que salían con más intensidad —Perdí a nuestro hijo... no puedo perderte ahora a ti.





Cerrando mis ojos solo podía escuchar su lenta y pausada respiración —Agnes —me llaman provocando que abra mis ojos de golpe, Aiden se mantenía en la puerta de la enfermería. Su ropa estaba completamente mancha de sangre y su cabello se pegaba a su frente por causa del dolor
— Me han dicho lo que a ocurrido. Creo que no es necesario que permanezcas aquí, todo el tiempo, debes comer un poco.


— ¿Qué haces aquí? —pregunte ignorando lo anterior dicho— Se supone que debes estar con Glenn ayudando a Rick sobre la horda.



— Todo dio un giro radical con la bocina que sonó. Creo que es mejor mantenerse en silencio por un buen rato —responde rascando su nuca nervioso— Raspberry...


—Murió




El silencio inundó en el lugar, Aiden acercándose hasta mi tono con delicadeza mi hombro.


—Rubén despertara, tenlo por seguro.

—Rubius está apunto de morir o vivir ¿Real o no?


Pearce confundido, da un leve apretón a mi hombro a la vez que desvía la mirada para después responder un doloroso; —Real.




Asentí tratando de ocultar las lagrimas, Aiden dando par de palmadas en mi hombro para después comenzar a caminar dispuesto a marcharse
—¡Pearce!— interrumpo su acción antes de que se retire— Te necesito.



Pearce dándome una sonrisa de lado cerró la puerta para volver a caminar hacia mí, tomando una silla la colocó a lado mío para poder sentarse conmigo.



—¿Sabes? también Clara se preocupaba mucho por mí como tú lo haces con Rubén —comenta dándole una leve caricia en mi mejilla— estará bien.

— Me he repetido muchas veces lo mismo pero no me lo creo ni yo misma —respondo— ¿A ti también te a dolido, te desgarras a ti mismo para entrenarte como yo?




Pearce en su respuesta me envuelve en un abrazo, cerrando los ojos y aspirando su aroma deseando que no se tratara de él si no de Rubén, recordé las palabras que me dijo Rick: no puedes despertarte... esto no es un sueño.

汽油Where stories live. Discover now