22.

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»Solo somos fantasmas«






Sonreí notando como Aiden colocaba una protección alrededor de la cabaña, ya no traía esa vieja chaqueta sobre él, la gorra había desaparecido. Estos pocos días había cambiado considerablemente.



—Será seguro, un tiempo. Pero podremos vivir por lo menos una semana sin estar corriendo a cada rato —aclara el ojiazul— ¿qué piensas? Raspberry.



El ladrido del pequeño animal, fue un poco más gutural, enarque una ceja notando como este estaba más grande.


—¿No crees que crece mucho? En tan poco tiempopregunte cruzándome de brazos.



Aiden confundido, frunció su ceño, entre abrió los labios pero antes de poder contestar el sonido de las ramas ser pisadas nos alertó.


Un hombre se acercaba hacia nosotros, sin vacilar, Raspberry se colocó a la defensiva a la vez que emitía gruñidos, Pearce tenía su arma en alto observando fijamente al hombre.


—Tranquilos —responde alzando sus brazos a los costados de su cabeza— no vengo hacerles daño, les vengo ofrecer algo que han estado buscando todo este tiempo.


Bajando rápidamente del pórtico, me coloqué a lado de Aiden. Claramente; no le íbamos a contestar, este entendió y bajo sus brazos.


—Mi nombre es Aarón —se presenta cordialmente—vengo de una comunidad no muy lejos de aquí, que probablemente les gustara. Tenemos muros, vigilancia las veinticuatro horas del día, comida, agua.



—¿Cómo sabemos que no mientes? —pregunta Pearce a la defensiva, bajando lentamente el arma la guardo en su espalda.


—Bueno, ahora mismo no traigo mis fotografías pero les aseguro que no miento, es mucho pedir esto en estos días pero, confíen en mí —responde el rizado. —Si viniera mi compañero lo entenderían pero está en otras situaciones en la comunidad. Él es mejor hablando que yo.


—¿Está lejos tú comunidad?


—No, como aún kilómetro, en menos de una hora estaremos ahí, Deanna hace entrevistas pero sé que los aceptara —dice con una amplia sonrisa.


—Podemos intentarlo —comente, Aiden en respuesta costosamente asiente girando hacia Aarón.


—Bueno, si mientes, no durare en darte de alimento a los caminantes —advierte— Iré por las mochilas Agnes.



Asentí levemente viendo como comenzaba a caminar dentro de la cabaña, gire nuevamente hacia Aarón que ahora se mantenía viendo como Raspberry lo olía.


—Lo siento —me disculpo— hace como un mes nos separamos de nuestro grupo, y no hemos visto a varias personas desde que nos encontramos con Aiden.


Aarón dándome una sonrisa nerviosa, este asiente viendo a Raspberry: —Tranquilo amigo, yo hace mucho tiempo no veo a sobrevivientes, pensaba que jamás iba a volver a llevar alguien más a la comunidad —dice Aarón dándole una sonrisa—; te gustara ya veras.


汽油Where stories live. Discover now