Capítulo 3

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Creo que ese fue el mejor beso que me han dado a mis 22 años. No pude negar que me gustó, pero ahora estaba confundida.

-¡Eres imbécil!-Grité apartándome.

-¿Si soy tan imbécil porque no te has apartado mientras te besaba?-Ahora su expresión es seria. Maldito bipolar.

-Que te den.-Salgo pegando un portazo.

Narra Héctor.

Mierda, ¿se ha enfadado porque la he besado? Creía que era al revés. Ahora está enfadada conmigo, genial.
Ari esta muy cambiada desde que la conocí, ella no lo sabe, pero la conozco desde que tenía 12 años, su padre y yo somos grandes amigos y cuando estaba casado con María, mi ex mujer, íbamos muchos fines de semana a comer a casa de Javier y Luisa. Desde que vi a Ari me llamó la atención, con su melena rubia y sus grandes ojos, tan tierna...
Ayer cuando la vi por primera vez después de 10 años me quedé boquiabierto, es extremadamente guapa y seguro que sigue siendo tan tierna como antes. Cuando ella tenía 13 años me divorcié de María, desde entonces no creo en el amor verdadero y solo me he acostado con mujeres por puro placer y nada más. Ahora llega Ari y no sé que me pasa...

Narra Ariadna.

Salgo de allí y me voy con Aitor, mi novio. Llevamos año y medio juntos y estoy bien con él, aunque desde que tuvimos una pelea bastante fuerte por encontrarlo con otra ya nada es igual. Mi hermano Iván me insiste en que lo deje, que ese chico no es bueno para mí y creo que hoy será el día en que tome esa decisión.

Llego a la cafetería y aparco el coche dispuesta a terminar con esto y con el sabor en los labios del señor Hutson, quien me ha besado hoy como si fuese una maldita niñata rendida a sus pies, y no es así querido.

-Hola Aitor.-Saludo sentándome en la mesa en la que él ya me esperaba.

-Hola nena.-Dice sin siquiera darme un beso-¿Dónde estabas?

-En la empresa con papá-Digo seria.

-¿Seguro?.-Me mira amenazante por un segundo.

-Si, seguro Aitor, deja de controlarme.-Digo suspirando.

-Eres mi novia y puedo hacerlo.-Dice creído.

-De eso venía a hablarte, quiero terminar con esto Aitor.-Digo intentando no parecer débil, tengo un poco de miedo ante su reacción.

-¿Qué? Eso es porque estás con otro, eres una maldita zorra asquerosa.-Grita haciendo que todos nos miren.

-¡Deja de gritar imbécil!.-Me levanto dispuesta a irme y cuando salgo de la cafetería me agarro del brazo.

-Escúchame bien zorra, eres mi novia y nada va a cambiar, ¿entendido?.-Su mirada me da miedo.

-Déjame Aitor, me estás haciendo daño, quiero irme.-Mis lagrimas comienzan a salir.

-¿Y si no te suelto? ¿Qué?-Dice desafiando.

-Entonces te las verás conmigo.-Esa voz, esa voz, ¡Héctor!

-¿Y tú quién coño eres?-Aitor me suelta y se acerca a Héctor.

-El que te va a arrancar la cabeza si no la dejas en paz de una vez.-Viene hacia mí-Vamos Ari.

Aitor se queda mirándome y gritando que esto no va a quedar así, me puede tanta presión y termino viniéndome abajo en el coche del señor Hutson.

-Nena no llores, es un imbécil y no volverá a tocarte, antes tendrá que vérselas conmigo.-Acaricia mi mejilla y se desvía de la carretera parándose en un camino de tierra.

-Gracias Hutson.-Digo sin apenas poder hablar.

-Para ti Héctor, no lo olvides.

-¿Cómo sabías que estaba en la cafetería?.-Pregunto un poco más calmada.

-Salí detrás tuya para pedirte perdón.-Mira hacia abajo.

-¿Perdón por qué?.-No lo entiendo a este hombre.

-Por besarte.-¿Por besarme? ¿Se arrepiente?

-No pasa nada si te arrepientes lo entiendo.-Mis lagrimas vuelven a salir.

-¿Arrepentirme? Claro que no Ari.-Seca mis lágrimas y me mira.-Tenia ganas de besarte y simplemente lo hice, y me encantó.-Sus palabras me alivian.

-¿Por qué Héctor? Tú serás un hombre casado, no entiendo porque te fijas en alguien como yo.

-No estoy casado pequeña, y si me fijé en ti fue porque desde que te vi no paro de pensar en ti.-Oh dios mi Hutson.

-Gracias por librarme de Aitor.-Agacho la cabeza y vuelvo a llorar.

-Ven aquí mi Ari.-Me pega a él y me rodea con sus brazos.-Mi dulce y pequeña Ari.-Besa mi frente.

Este hombre definitivamente me va a matar, es un maldito bipolar y este lado tierno me encanta, me siento segura en sus brazos y sus besos me relajan, me hacen olvidarme de todo lo que ha pasado.

El socio de papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora