Capítulo 14

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Susan va a abrir la puerta y mi padre entra hecho una furia.

-Señor Jackson, ¿sucede algo?.-Susan parece tranquila pero sé que no lo está.

-¿Dónde está Ariadna?.-Mi padre parece relajarse.

-Estoy aquí papá, ya te lo dije...-Miedo me da lo que pueda decir ahora.

-Me asustaste cariño...-¡Se lo creyó!

-No pasa nada papá, ahora vamos a seguir en la fiesta, mañana nos vemos.-Mi padre se despide de mí y sale por la puerta.

Susan me mira de nuevo y se pone a reírse, yo estoy al borde del infarto.

-A sí que con el socio, ¿no?...¿¡Lo has besado!?.-Dice saltando.

-Nos hemos besado, no sólo yo...-Ella ríe aún más.

-Que suerte tienes Ari, ese hombre es la perfección en persona.-Dice como si se lo estuviese imaginando.

Quiero avisar a Héctor de que todo está bien pero el gilipollas de Aitor me rompió el móvil, ahora no puedo avisarle hasta mañana en el trabajo.
Susan me deja uno de sus vestido y nos adentramos de nuevo en la fiesta, están todos nuestros amigos de la universidad y algunos primos de Susan. Lo pasamos genial hasta las 5 de la mañana y yo tengo que estar a las 8 en la empresa, todo muy bien.
Suena mi despertador y automáticamente pego un salto de la cama al ver que es la tercera vez que suena, ¡¡Las 8:20!!, me visto corriendo, peino mi pelo en una cola y salgo directamente a la empresa que me pilla cerca, ¡para colmo tengo que ir andando!.

Llego lo más rápido que puedo con la respiración agitada y muerta de calor, entro y saludo a la secretaria.

-¡Buenos días señorita Jackson! El jefe la espera en su despacho.

-Entendido, ¡gracias Marta!.-Subo en el ascensor hasta la séptima planta y toco dos veces en su puerta. Nadie contesta. Vuelvo a tocar y lo mismo. ¿Se habrá ido? Abro un poco la puerta y me encuentro lo que menos quería ver, siento que mi corazón se parte en mil pedazos.

-L-lo siento...-Tartamudeo ante mi nerviosismo.

-No, Ari, ¡espera!.-Héctor viene hasta la puerta y rápidamente cierro de un portazo y voy a mi oficina echando el seguro para que el muy hijo de puta no pueda entrar.

¡ESTABA MORREANDOSE CON UNA TÍA! No me espera esto para nada, Héctor anoche me dijo que me quería, mis lagrimas no tardan en salir y mi corazón se acelera, en ese momento alguien toca la puerta.

-¡Qué me dejes en paz! ¡No quiero volver a verte en mi vida!-Grito pensando que es Héctor.

-Soy Kevin...-Me levanto rápidamente y abro.

-Oh...lo siento.-Bajo la mirada. Al abrir la puerta Héctor está sacando del brazo a esa perra de su oficina, me mira por un segundo y antes de que venga cierro de un portazo.

-¿Todo bien?.-Pregunta Kevin preocupado.

-Si...si.-Digo llorando.

-¿Es él no? El jefe...-¿Cómo lo sabe?

-¿Cómo lo sabes?.-Lo miro y este me contesta.

-El otro día al salir vi al jefe borracho al pasar por un bar.-¿¡Héctor borracho!?.-Me acerqué y le pregunté qué que le pasaba, él me contestó que sí yo era tu novio y le dije que no, me confesó que te quería y que tú a él no.-Me quedo atónita ante las palabras de Kevin, pero no puedo olvidar lo que acabo de ver, me siento rota por dentro.

-No sé qué decir...

-¿Lo quieres?.-Su pregunta me sorprende pero no puedo negarme, le mentiría.

-Si...

-Lo sé, por eso estás así, deberíais hablar las cosas, seguro que hay una explicación.-Sus palabras me convencen aunque ahora mismo no tengo ganas de verlo, siento que me ha mentido y traicionado.

Le doy a Kevin su lista de cada día y él se va a hacer su trabajo, al cerrarle la puerta miro la de Héctor y está cerrada, parece que todo está más calmado que antes.
Entro en mi oficina y enciendo el ordenador para ponerme a hacer mi trabajo. En ese momento suena el teléfono y se perfectamente quién es...

-¿Si?.-Digo pareciendo profesional.

-¡Déjame explicarte por favor!.-Su voz suena preocupada y desesperada.

-Héctor déjame, ¡eres un mentiroso de mierda!.-Mi voz vuelve a quebrarse.

-Nena, déjame explicarte, me entenderás, por favor...-Doy un largo suspiro.

-Está bien, ven a mi oficina.-Cuelga y en menos de un minuto está entrando por la puerta...

El socio de papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora