Capítulo XXXII: Tercera Llamada

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Al día siguiente la dirección de la Academia anunció lo sucedido, Joseph Buquet era a quien yo había visto muerto en el suelo del lobby, al parecer alguien lo había empujado desde el cuarto piso pues, según la policía, había signos de lucha.

Aquello ya era un infierno. Guardias por todos lados. Tres muertos y el mismo denominador común: Erik.

En aquellos días, lo hubiera dado todo por cambiar mis decisiones. Hubiera querido reunir el valor necesario y salir de la escuela, regresar con mi familia. Volver a conversar con Lucas, ya no sabía nada de él. Hubiera querido que el tiempo se detuviera o que pasara más lento, pero en cambios los días transcurrieron en un abrir y cerrar de ojos, en menos tiempo de lo esperado, el día de la función llegó.

~*~

Día de estreno.

Día de estrés.

Día de la captura de mi Fantasma.

Mi mente se hallaba tan llena de tantas cosas tan diferentes que no podía pasar más de cinco minutos concentrada en lo que hacía. Mi mañana había empezado relativamente normal, clases, receso, más clases, otro receso y una última clase. Al dar el reloj las 3:30pm todo explotó, pero no literalmente, no aún.

Corrí al teatro y comencé a ayudar a montar la escenografía en todo el escenario, conformé los demás actores fueron llegando, me relevaron de mi puesto. El director me mandó a los camerinos a ayudar a darle los últimos retoques y ajustes a los vestuarios. Tras ayudar a algunas chicas, me dirigí al último camerino, en dónde encontré a Christine parada sobre un pequeño taburete, con un vestido de tela blanca, que era el vestuario de la escena de la boda. Se miraba en el espejo de cuerpo completo pero no había vida en su mirada, sus ojos eran tan sólo un hueco en su bello rostro.

- Christine. – la llamé, pero ella no respondió. – Christine. ¿Estás bien?

Ella me negó con la cabeza para luego clavar su vacía mirada en mi reflejo.

- ¿Qué sucede? – le pregunté

- Meg, debería estar aquí, ayudándome. No tú. – me dijo

- Pues ella no está aquí, Christine, y jamás lo estará. Yo sí, no tienes opción.

Me adentré más en el camerino y me acerqué a la chica, comencé a jalar el vestido para asegurarme de que le quedaba bien. Todo estaba en orden.

- La extraño, ¿sabes? – me dijo

- Yo también la extraño.

- Ella sabía todo sobre mí, le contaba todo. Compartíamos todo. Ahora ya no está...

- No deberías distraerte de esta forma, la función ya casi comienza.

"¡El grupo teatral de la Academia Atenas les da la bienvenida, ubiquen sus asientos y prepárense para lo que está por venir. Ésta es la primera llamada, primera!", se escuchó por los altavoces.

- Meg, sabía sobre el Fantasma, y sobre la Musa... - ante la mención de ésta última, me tensé un poco.

- Debo ir a cambiarme. – me alejé de la chica

- La Musa me protegió aquella noche en la casa del Fantasma.

Me hallaba ya casi en la puerta del camerino cuando escuché el roce de la tela al bajar del taburete y la mano de Christine apresando mi muñeca. Me giré para encararla.

PhantomWhere stories live. Discover now