Capítulo 11: Conflicto

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Me encontraba absolutamente alarmada por dos cosas importantes: uno, Cleo estaba en una de las etapas más duro de su embarazo y eso que estábamos en mayo, y dos —algo que no estaba del todo segura— era de que Lucas se había posiblemente enamorado de mí. Esa idea me abrumaba plenamente en todo lo que era yo; y no sabía que debía hacer, me sentía acorralada, atrapada, prisionera de todo lo que yo aún no conocía de aquel sentimiento nuevo y extraño. Jamás me hubiese imaginado, en una situación como la que me hallaba en estos momentos. No tenía a nadie con quien hablarlo, porque estando mi madre como se encontraba ahora y decirle lo que me estaba pasando, me horrorizaba la idea de que podía angustiarla aún más de lo que estaba y no deseaba mortificarla. Temía por su seguridad y la de sus bebés.

Suspiré y me senté en la silla. Encendí la computadora, y lo primero que se presentó fue fondo de pantalla, después de eso hice lo mío. Lo primero que hice fue buscar la información de mi tarea, y era molesto. Aunque las cosas en la casa estaban, que echaban humo, mis tíos seguían educándonos y la tarea, era lo de menos. Después de eso, me distraje buscando los archivos y abrir las imágenes. También, estaban los archivos de Carly; lleno de sus escritos y novelas. Pero busca otra cosa, en eso dos carpetas estaban ahí, una con fotos familiares de las vacaciones del año pasado en Cancún y otras de Carly. Selfies donde mostraban su increíble hermosura pero a la vez, su inmensa arrogancia y vanidad, a flor de piel. Era mi hermana con un traje de baño, un bikini. Color malva y con unos grandes lentes de sol Gucci. Se reía en la foto, junto a Carter y mi hermano y en comparación con Carly, ambos se veían mucho mejor que esa estúpida. Continúe con la siguiente foto.

En esta mostraba a todos mis tíos, mi hermano y mi papá. Ellos se veían aún mejor que Carly, solo Alex y Rick llevaban sus camisetas y el resto sin ellas; un grupo de adonis completamente juveniles disfrutando de las vacaciones y tenía que admitir que...eran muy seductores, no lo podía negar. En ningún ángulo se notaba alguna imperfección en sus cuerpos, en sus rostros y tan poco en sus cabellos. Solo puramente esbeltez y gracia en ellos, sin descartar a mi padre, ¡ni se notaban sus veintiséis años!

Me reí

>>> En nuestra casa solo hay gánales <<<, pensé

Suspiré, mientras seguí mirando más de las fotos

Otra que no se debía descartar de la "galería de cuerpos divinos" eran mis tías y Cleo. Tres de ellas de cuerpo entero, pero solo mi madre y Jennifer con bikini; todas parecían reinas. Juntas eran las diosas y una en particular destacaba, Sofía. Aunque tenía un pequeño y flacucho cuerpecito y le falta estatura, era muy bonita. Sonreía de una forma tan singular y completamente feliz, y sus perfectos cabellos dorados, relucían con la intensidad del sol en la fotografía. Ahí en esa foto, esa chica, no era Sofí. Era otra. Una totalmente nueva, era completamente diferente, porque sonreía. Se reía y estaba contenta. Parecía una transformación, por solo desteñirse sus cabellos, del negro al dorado de redención; su personalidad cambiaba de un momento a otro. Me parecía totalmente increíble, pero solo era en una foto. Mi tía no había vuelto a desteñirse sus cabellos hacía meses.

Sus largos y oscurecidas hebras, mezclado con su mal humor y sarcasmo repulsivo, habían hecho a Sofía un monstruo vomitivo y sin corazón, y después no volvió a sonreír, ni a dirigir comentarios o diálogos positivos a ninguno de nosotros; ni Jack ni a su propio marido. En fin, no había salida para su estado de ánimo. Me mordí el labio con recelo. Estaba empezando a odiar a mi propia tía. A veces creía que padecía un trastorno de personalidad múltiple o bipolar, porque antes ella tenía dos caras, una buena y una mala. ¿Cómo se las habría ingeniado mi madre para aguantar por dos siglos a semejante hermana que le tocó? Pobrecilla. El comportamiento de mi tía era desconcertante, y estúpido

Luz y Oscuridad © ✓Where stories live. Discover now