Capítulo Extra (Carly)

737 185 17
                                    

Hay días, en que desearía ser hija. ¿Por qué?, porque no soporto a mi hermana menor, Madison. ¡Arg! Aunque nos parecemos físicamente—ojos color zafiro, cabello negro y la edad de un adolescente—, somos dos polos opuestos, por completo. Dos caras de la misma moneda. ¡Y eso ni hablar de mi hermano mayor! Zane Junior o mejor conocido como, Zeke. Ya se había acostumbrado a su apodo. Gruñó. Aunque fuéramos, trillizos, éramos por completo distintos uno del otro. Quizás fue después de cumplir dieciocho (según nuestra edad biológica), fue más consciente de mi realidad y ser más de yo, en vez, de tres.

Hubo un tiempo en que los tres, siendo más pequeños, estábamos los tres juntos. Siempre juntos, y lo hacíamos todos los tres, pero cuando empezamos a tener edad para poder comprender, lo que en realidad éramos en verdad y cómo había que comportarse en el mundo real (o sea, el mundo de las personas normales, no de nosotros, los vampiros), pude saber cómo era la realidad misma y también que era lo que me iba a pasar, en el futuro.

Desde que tuve memoria, supe que mis hermanos y yo éramos diferentes a los demás. Corríamos más rápido que otros niños, podíamos comer todas las golosinas y dulces sin engordar o sentirnos enfermos. No tuvimos caries ni raspones en nuestras rodillas, ¡y nuestras heridas se curaban solas! Oh, y por supuesto, ¡no íbamos a los pediatras para nuestras vacunas anuales como los demás niños de nuestra edad! Sí, eso era increíble, obviamente, si tenías siete u ocho años. ¡La edad de las mil maravillas! ¡Yupi!

Adoré esa etapa de mi vida, cuando mis hermanos y yo jugábamos a los superhéroes o las princesas, en el patio trasero. Y nuestros tíos y el abuelo, nos daban todos nuestros caprichos infantiles. Suspiré.

De acuerdo, fue una buena época, lo admito. Pero entonces, cuando teníamos doce, mamá y papá se sentaron con nosotros a decirnos muchas cosas. Cleo y Zane —nuestros padres—, nos explicaron todo y nos dijeron la realidad, bueno, nuestra realidad: "Chicos, son vampiros. Somos vampiros" Y todo nuestro mundo cambió. Fue sorprendente saber, porque éramos tan distintos a los otros niños de nuestra edad, pero también éramos solo una parte de ello. ¿Y por qué? Uhmm, bueno, éramos híbridos; somos híbridos.

Sabía por el diccionario, que la palabra híbrido significaba "la cruza de dos organismo de dos especies distintas" Hice una mueca. En otras palabras: Yo y mis hermanos éramos una mezcla de especies.

Hijos de un vampiro con una humana, o en nuestro caso, de una vampira (una Seivia) con un hombre humano. ¡Mierda! En ese tiempo, ya estábamos en los noventa y fue una locura. Oh, y mucho más sabiendo que nuestro tío —el medio hermano de nuestra madre y mi tía Sofía—, también era como nosotros. Él también era hijo de un humano con una vampira (otra Seivia, en este caso mi abuela, qué ya estaba muerta). Aun así crecimos, y eso que tan solo creceríamos hasta cierta edad y dejaríamos de envejecer. Oh, qué bien y aunque tuvimos que adaptarnos a esa idea por mucho tiempo, logramos arreglarnos sobre eso. Claro, con otras cosas más que nuestra madre nos explicó sobre ser híbridos.

Uno; tendríamos la apariencia de adolescentes, ¡PARA SIEMPRE!

Dos; nunca, pero nunca jamás. ¡Jamás!, debíamos beber o alimentarnos de los seres humanos, especialmente nosotros. (Eso, porque los híbridos como nosotros éramos o mejor, dicho, tenemos poca tolerancia con la sangre humana. ¡Seríamos animales sanguinarios, en busca de presas! ¡Al igual que un tiburón oliendo sangre en el agua!

Me reí. Claro, junto con la canción de Tiburón en el fondo. Y haciendo: ¡Tump!, ¡tump!, ¡tump!, ¡tump! ¡Y salto! ¡Estaríamos encima de la pobre alma en pena bebiendo su sangre!

Suspiré.

Y la tres; éramos estériles.

Eh, sí, es horrible. Para mí lo fue. Era una mierda. Jamás íbamos a tener descendencia, o sea que mis padres jamás iban a ser abuelos ni que yo ni mis hermanos íbamos a ser padres. ¡NUNCA! Mmm, aunque mis padres y mis tíos fueron protectores con nosotros, con lo que concierne al mundo normal, o sea, sobre cosas de adolescentes normales, mis hermanos fuimos conscientes sobre eso.

Luz y Oscuridad © ✓Where stories live. Discover now