Capítulo 31: Momento equivocado

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¡Cleo! ¡Mamá! — gritamos al unísono

Carly se aproximó a nuestra madre, para ver qué le sucedía; yacía de espaldas de nosotros en posición fetal. Mi hermana colocó su mano y la volteo para verla. Tenía los ojos cerrados, con mucha fuerza y los labios temblando, pero aun así se podía notar que estaba sufriendo. Y volvió a gritar. Está por dar a luz a gemelos. Pero ¿cómo íbamos nosotros a ayudar a mi madre? ¿Cómo le haríamos para avisarle a mi papá y al resto de mis tíos? La tormenta de hielo, el corte de la luz y ahora esto; eran los elementos "perfecto" para esta escena.

—Ay, no —gimió mi madre. — ¡Chicos!

Pronto mi madre empezó a quejarse con ligeros y leves llantos, casi comprimidos por sus labios, trataba de gritar y de no alterarnos o ponernos nerviosos, sin embargo ya lo estamos.

— ¡¿Ahora qué?! ¡¿Qué vamos hacer?!—chilló mi hermano alterado

— ¡No sé! — gimió Carly asustada

— ¡Ay, Dios mío! — exclamó Alex, todo nervioso y aterrado

Mi tío y mis hermanos fueron los únicos que entraron en pánico; en cambio Desirée, Rick y yo no. Desirée se había acercado a mi madre, mientras que ella respiraba rápidamente, por las contracciones que estaba teniendo, Rick había tomado una de sus manos y le decía que respirara más lento, entonces Cleo cambio sus inhalaciones un poco más pausadas, para controlar el dolor que tenía. Yo me mantuve de pie. ¿Qué debíamos hacer durante esta situación? Jamás en mi vida había asistido un parto, aunque había visto los suficientes programas por televisión para saber qué hacer durante este tipo escenarios. Sabía que lo peor error que podía cometer, era entrar en pánico, aunque Carly, Zane y Alex ya lo habían hecho. Y de repente, Cleo soltó otro gemido de dolor, pero esta vez más fuerte que el anterior y ahí fue donde todos entraron en acción...

— ¡Zeke! ¡Carly!—pronunció Desirée con rapidez y fiereza

— ¿Sí? — respondieron en coro los dos

—Busquen toallas, mantas o sábanas... — les ordenó y en un santiamén, mis hermanos salieron disparados por toda la casa buscando lo que les habían pedido. — ¿Rick? — llamó en un tono de almirante

— ¿Sí?

—Ve arriba y prepara la habitación de Cleo...

— ¿Con qué? — le interrumpió Rick, con la angustia dibuja en su rostro

—Pues...con las cosas que su usan para un parto, tonto...—le dijo con seriedad y luego suspiró. —De acuerdo. Sube y ordena todo, para cuando Alex y yo la llevemos. — le explicó

—Pero...

— ¡ANDA DE UNA BUENA VEZ! — le gritó mi tía con dureza. — ¡No hay mucho tiempo! ¡Tal vez empiece a pujar...pronto!—

Richard fue velozmente, como rayo hacia la habitación de mis padres; mientras que en ese instante, Zane y Carly ya habían vuelto con las sábanas y mantas, sobre sus manos. Desirée les indico que debían ponerlas en la alcoba de nuestros padres, entonces con voz de mando, llamó a Alex para que la ayudara a cargar a Cleo a la habitación. Cleo aún resistía las contracciones, que al parecer eran más intensas cada segundo que pasaba. El dolor constante de mi madre y la fuerte helada invernal, se estaban volviendo cada vez más descontroladas y el ambiente de toda esta algarabía, se estaba convirtiendo en lo que, quizás, yo había sentido durante todo el día de hoy. ¡Este era el mal presagio que había percibido! ¡Esto era! ¡Qué mi madre diera a luz bajo estas circunstancias tan agravantes! Tragué saliva, mientras observaba como mis tíos llevaban a mi mamá a la alcoba, para dar a luz.

Luz y Oscuridad © ✓Where stories live. Discover now