Capítulo 25: El abismo

776 199 19
                                    

Podía sentir su respiración sobre mi rostro; era un aire caliente y eso me incomodaba aún más. Retrocedí un par de pasos atrás, mientras que el solo se me quedo mirando con una mirada seria y cruel. Sus ojos se volvieron algo sobrecogedores y amenazantes, y me dieron unas ganas de salir corriendo de ahí, pero algo me lo impedía totalmente ¿Pero por qué? Ahí, parada frente a él, tuve la oportunidad de observarlo un poco mejor. Sus ojos chocolates se veían algo depredadores e imponentes, se había cortado bastante corto el pelo pero tenía el suficiente el cabello, para tenerlo algo despeinado y revuelto; y su rostro mostraba dureza y vileza. ¿Qué le había pasado? Deseaba averiguarlo. Me sentía amenazada con solo mirar sus ojos, y parecían estar aún más solitarios que nunca, sin embargo, aún eran perfectos, pero en una forma peligrosa y violenta. Resoplé.

— ¿Para qué me citaste aquí? — le pregunté en una forma áspera

—Vine a hablar contigo y a despedirme también— murmuró

— ¿Despedirte? — inquirí alzando una ceja. — ¿Te vas del pueblo?

Asintió débilmente, observándome con bestialidad

— ¿Por qué te vas de White Rose? — inquirí. — Creí que amabas tu hogar, Lucas o... ¿me equivoco?

No hubo respuesta de su parte, solo dirigí su mirada hacia el horizonte. Y suspiró

— ¿Por qué te vas? — le volví a preguntar. — ¿Por qué?

Nuevamente, hubo un silencio entre los dos y una corriente fría circuló en los alrededores. Lucas se quedó callado y comenzó a caminar hacia barandas metálicas del puente, hipnotizado con el panorama. El viento se hizo más fuerte y unos cuantos de mis cabellos, se alzaron con la ráfaga de aire. Me acerque a Lucas, mientras arreglaba mi pelo y me quedaba a sus espaldas. Sabía que tenía decirle lo que me había pasado durante estos meses, los nuevos sentimientos encontrados en mi corazón. Emociones hacia él.

Dije su nombre. El silencio que había era mortificante. Me moría de las ganas de hablarle y sacar todo lo que me estaba agobiando, desde lo más profundo de mi ser. Me estaba impacientando; y yo solo quería que se acabara. Tenía miedo, pero aun así, levante mi mano hacia su hombro pero no podía, me temblaban la mano. Vacilé durante un momento todo y solo pude, mi mano sobre su espalda y lentamente la puse en su hombro. Lo apreté con algo de fuerza

—Lucas...—vacilé un momento para pensar mejor las cosas. — ¿Por qué te vas? —le susurré

Por unos segundos no hubo respuesta de su parte, así que no tenía caso seguir molestándolo. Entonces decidí quitar mi mano de su hombro e irme de ahí, pero apretaron la mano con fuerza. La suficiente para sacarme un chillido

— ¡Ay! — gemí, mientras sentía, que mis dedos se "partían". Pero era un dolor punzante ni agobiante, solo una sensación de presión

—No me voy para siempre...solo por un tiempo corto— susurró.

No pude decir más, después de eso. Luego de un rato, me devolvió mi mano. La sentía algo rígida y me dolía moverla; y aunque no fue un apretón muy fuerte, si sentía la presión que había hecho para dejármela inmóvil un momento.

—Pero aun así...te vas — dije de repente. — ¿Por qué?

—Es por algo...muy pero muy personal. Tengo que...—susurró y su voz se desvaneció y no dijo más nada

— ¿Tienes qué? — le pregunté

—Tengo que alejarme de aquí, de White Rose de todo, para por...así, quizás, pueda olvidar...

— ¿Olvidar qué? — inquirí. Estaba algo curiosa por esa última frase que había dicho. Suspiré forzosamente y retomé la conversación. — Supongo que por...Elizabeth, sabes que...Troy no está aquí, ¿cierto? — le informé. — Y que...

Luz y Oscuridad © ✓Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz