Capítulo 30: Tormenta imperfecta

687 222 4
                                    

Habían pasado cuatro días desde que había hablado con mi madre sobre Lucas y estaba a su vez, de contarme la trágica historia del hermano mayor de nuestro padre. Inesperadamente, el tiempo climatológico del pueblo se estaba volviendo horrible; poco a poco un par de lluvias leves se habían convertido en repentinas y fieras tormentas de nieve y hielo sobre el poblado de White Rose. Las tempestades se estaban volviendo fuertes y congelantes ventiscas gélidas que estaban empezando a afectar al pueblo, aun así tratábamos de sobrellevar todo lo pasaba. Era ocho de noviembre, pero no había muchas novedades con el embarazo de Cleo y eso ya estaba empezando a preocuparnos y a ponernos los pelos de punta a todos en la casa. En cambio, mi madre estaba segura de que los bebés sabrían cuándo era el momento indicado para poder nacer; sin embargo, a estas alturas del partido...era más importante la seguridad de los bebés.

Eran casi las siete de la noche en la casa. No había mucha actividad, aparte de Alex, Desirée, mis hermanos y mi madre. Mi papá estaba en el pueblo con el resto de mis tíos y el bebé para traer al abuelo Jack a la casa. La mayor preocupación sobre el viejo cura era algo normal en mi familia; y como el pobre anciano vivía solo en su iglesia, mis tíos y mis padres querían que Jack estuviera con nosotros en estos días tan horribles del mal clima de invierno. Les preocupaba su seguridad.

Nuevamente, no había recibido muchas noticias de Lucas; y mientras más pasaba el tiempo sin saber mucho de él, más los pelos se me ponían de punto, por las angustias que me ocasionaba no poder saber nada de él. ¡Ese imbécil me estaba matando de la ansiedad!; no obstante, debía ser "paciente" como había dicho mi mamá, pero era más fácil decirlo que hacerlo

Suspiré por el aburrimiento que me provocaba todo esto. Y a medida que avanzaba todo se ponía peor.

Carly y mi tía se habían puesto a hacer la cena. Y por los movimientos que tenían en la cocina, debía ser algo delicioso y grato de devorar, para hora del banquete; la cual siempre se servía para todos a las ocho y media, más tardar las nueve. La noche estaba fría y como el reporte del tiempo lo había dicho, en la tarde, era muy posible que cayera una tormenta de nieve después del atardecer, sin embargo, aún nada se había arrojado por los alrededores de la nuestra casa. Aunque una fuerte corriente de viento y nubes negras y sombrías estaban en constante movimiento sobre nuestras cabezas, aún nada...se había manifestado nada.

Mi hermano y Alex estaban leyendo comics, plácidamente en los sillones; mientras que mi madre y yo yacíamos sentadas en el sofá, Cleo estaba leyendo una revista y yo, muy concentrada en mi iPod. Pero aun así, me inquieta la extraña y desigual ansiedad, que revoloteaba en mi interior. Percibía que algo terrible estaba a punto de suceder...esa noche. Y si bien había estado sintiendo esa mal presagió desde primer instante que me levante de la cama; no comprendía que podría ocurrir...a parte de la latente amenaza de un grupo de sanguinarios vampiros, como los Les Royals o de la tormenta de hielo, no había nada más que pudiera perjudicarnos, entonces...¿por qué esta rara sensación de peligro? ¿Acaso era posible que hubiese algo oculto en los bosques, que nos estuviese acechando? O ¿era que efectivamente ya me estaba volviendo paranoica? Algo se me trabó en la garganta y sentía que me había cortado el oxígeno. Entonces, empecé a jadear de repente...como pez fuera del agua....

— ¿Maddy? ¡Madison! — chilló mi madre

No le podía contestar. Sentía como si me estuvieran asfixiando, apretujándome la tráquea, desde adentro. Llevé la mano hacia el cuello y percibí que estaba sin aire.

— ¿Qué le pasa? —inquirí Alex algo nervioso, por su tono acobardado

— ¿Mamá? ¿Qué le sucede a mi hermana? — intervino mi hermano

—No sé qué le pasa, chicos...—repuso Cleo con miedo. — ¿Maddy, cariño? ¿Te encuentras bien? — me preguntó con sus manos sobre mi espalda

Jadeé con fuerza hacia el piso y tosí dos veces, antes de poder contestarle.

Luz y Oscuridad © ✓Where stories live. Discover now