6

177 9 0
                                    

Al salir del hospital Killian me llevó a casa, se estacionó en la entrada y los dos comenzamos a reír por todo lo que había pasado esa noche, hasta que él puso fin a nuestra risa.

- Deberíamos salir de aquí, amor-

- Bueno, creo que Granny's aún está abierto- seguía sonriendo, pero esa sonrisa se borró cuando vi que hablaba en serio.

- No me refiero a eso. Éste lugar es como un callejón sin salida, ya habíamos hablado de esto- tenía razón, jamás iba a conseguir lo que quería.

- Mi padre quiere que obtenga una beca en Harvard, es la mejor escuela de medicina en el mundo y... oí que el Boston College tiene un curso de gestión hotelera- con esas simples palabras logró convencerme de mudarme a Boston con él, creo que lo pudo notar por la sonrisa que puse a lo que él también sonrió, le dije que hablaría sobre nuestros planes a mis padres y después le diría lo que había pasado.

- ¿¡Qué!?, ¡de ninguna manera vas a ir!- en ese momento mi madre enloqueció, parecía como si ya me hubiera mudado.

- Pero mamá...-

- Si te vas jamas volverás a alimentarte correctamente y ¿qué hay de tu ropa sucia?-

- Estoy segura de que tienen lavadoras en Boston-

- David, habla con tu hija- sin decir más salió de la habitación, mi padre, quien hasta el momento no había dicho nada al fin habló.

- Vamos a caminar- salimos de casa rumbo a su oficina. Mi papá era el alguacil del pequeño pueblo donde vivíamos, había mucha delincuencia para ser un pueblo con pocos habitantes. Cuando entramos me di cuenta de que Graham, el ayudante de papá, no estaba allí. Graham era lindo, alguna vez llegó a gustarme, pero eso fue antes de que trabajara con papá.

- Papá, ¿tú jamás quisiste más?- me miró mientras se sentaba con una taza de café en las manos.

- Lo primero en lo que pensé cuando nos contaste sobre tu plan fue en mi padre, él siempre decía " No para nosotros", aún podía escucharlo hablar desde la habitación de arriba. No quiero esas palabras en tu cabeza, así que, si es lo que quieres, debes hacerlo- no podía ocultar la enorme sonrisa que tenia, estaba muy feliz en ese momento, cuando reaccioné, faltaba que mi madre me apoyara.

- Si lo hago mamá dejará de hablarme-

- Si, pero si no lo haces yo dejaré de hablarte- era un hecho, me iría a estudiar a Boston, claro que primero tendría que hacer mi solicitud y tendrían que aceptarme, pero esa seria la parte fácil.

Semanas después de haber hecho mi solicitud fui a visitar a mi papá y a Graham a la comisaría ya que Killian estaba muy ocupado con Ruby, tal vez tenía celos, pues claro, antes de Ruby, Killian y yo siempre estábamos juntos y ahora que está ella, parece que se olvidó de mi. Cuando llegué a casa había cartas tiradas en la entrada, comencé a buscar si había algo para mi y así fue, abrí el sobre lo más rápido que mis temblorosas manos me dejaron, estaba muy nerviosa.

-"¡Querida señorita Nolan, felicitaciones!. ¡Estamos encantados de ofrecerle un puesto en la Universidad de Boston!" ¡Dios mio!¡Dios mio!¡No puede ser!- empecé a gritar como loca y salí corriendo rumbo a la casa de Killian. Crucé la calle y llegué a su casa, toque la puerta y en menos de un minuto se abrió.

-¡Oh, hola, Liam!, ¿está Killian?- 

-Él está ocupado-

-Puedo volver después- estaba lista para dar vuelta e irme cuando me detuvo. 

-Bajará en ¿tres minutos?- ok, no tardaría demasiado, podía esperar. -¿Quieres algo de tomar?- entramos a su casa y me senté mientras Liam traía un vaso de agua, se sentó junto a mi y tomó un libro que estaba sobre la mesa. Todo estaba muy silencioso, solamente se podían escuchar pequeños murmullos pero, conforme le ponía atención me di cuenta de que en realidad eran gemidos y venían de la parte de arriba.

- ¿Esa es...?-

- Ruby-

- Entonces cuando dijiste que estaba ocupado en realidad estaba...-

- Ocupado- Liam no dejó de mirarme en todo momento.

- Creo que debería irme- en ese momento sentí como mi estómago se revolvía y las nauseas se apoderaban de mi cuerpo, tomé mi bolso, que era lo más cercano que tenia y volví el estómago.

-Lo se, es asqueroso, ni yo se lo que sigo haciendo aquí- volvió a tomar el libro, no me importó si seguía hablando, solo salí de la casa y comencé a caminar. Necesitaba tomar aire, seguí caminando hasta que perdí la noción del tiempo. Llegué a una calle donde había una farmacia y decidí entrar, tenia días sintiéndome mal y pensé que el encargado podría ayudarme. Cuando entré no vi a nadie, pero la música se oía muy alto.

- ¿Hola?- tuve que gritar para poderme oír sobre la música.

- ¡Ya voy!- escuché la voz de una chica a lo lejos, acompañado por un sonido como de algo estrellándose contra el piso.        

   

Love, Emma.Where stories live. Discover now