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5 años después.

-¡Henry!- caminé hasta su cuarto y abrí la puerta de un empujón

-¡Mamá, se supone que debes tocar!- estaba sentado en el suelo junto a Violet con un montón de almohadas a su alrededor.

-¡La música está muy fuerte!- le hice unas señas para que me entendiera mejor.

-¡No puedo oírte!¡la música está muy fuerte!- fui hasta su reproductor y bajé el volumen.

-¡No hagas eso!

-Si, esa música hay que sentirla- entre los dos trataron de convencerme que no bajara el volumen de la cosa a la que llaman música, creo que tanto tiempo que pasa con Regina le esta afectando, eso y la adolescencia.

-¡Bien!, mantendremos el volumen bajo, pero danos privacidad, mamá, ¡por favor!- tomó un cojín y lo lanzó hacia mi.

-Bien- cerré la puerta y fui a la sala de estar. Pasaron unos cinco minutos y el teléfono comenzó a sonar; eran mis padres diciendo que se irían de vacaciones, les dije que iríamos más tarde a despedirlos, exactamente cuando Violet se fuera.

-¿Tienen la ropa térmica que les di?- mis padres salían de casa para subir al taxi que los llevaría al aeropuerto.

-Es el mediterráneo, cariño.

-Eh ¿qué hay del dinero en efectivo?, si quieren les puedo dar un poco. ¿Llevan cargadores?, ¿Tu billetera, papá?.

-Emma, todo está bien. ¿Quieres dejar de quejarte cono mamá gallina?- mi papá se quedó parado frente a mi y me abrazó, mientras él se despedía de mi, mamá se despedía de Henry y después intercambiaron lugares.

-¡Adiós!-

-¡Adiós, mamá, te quiero!-

-Entra, Mary, entra-

-¡Adiós!

-¡Adiós, abuelos!

-Entonces mis padres vendieron la casa y ahora se van de viaje, mientras yo me quedo en casa con un niño de 12 años, teniendo la "charla". Hablando en serio, ¿podrías encontrar otra prueba de como he jodido mi vida?- mientras limpiaba el piso de la recepción, hablaba con Regina sobre lo que había pasado durante el fin de semana, justo en ese momento vi un par de zapatos que se pararon frente a mi.

-¿Ruby?- me levanté lo más rápido que pude y alisé mi uniforme.

-¡Emma Nolan! ¿Ahora trabajas aquí?- corrí hasta el mostrador y me paré lo más recta que pude.

-Si, de hecho, me acaban de promover a la recepción.

-¡Oh! ¡Felicidades!-

-¡Pero tu! Tu éxito. es, eh... ¡Es increíble!-

-Recién volé desde Marruecos, mañana vuelvo a tomar otro vuelo a Nueva York, Boston, Chicago, simplemente es una pesadilla.

-El corazón sangra- ya se me hacia raro que Regina no hubiera hecho uno de sus comentarios, hasta ahora.

-Asi es.

-¿Boston? Deberías ver a Killian.

-¿Hablas en serio? Killian Jones, ¿aún siguen en contacto?

-Si, seria bueno tener una cara conocida allá, ¿no?

-¡Genial!, después te pediré su numero- Regina le dio la llave de su habitación con una sonrisa fingida- Gracias, ¿Podrías mandar algo de Evian a mi habitación? Porque es la única agua que puedo beber; tres botellas ¿y el servicio de limpieza dos veces al día?- sin decir más se fue hacia el elevador.

Regina y yo la seguimos con la mirada, viendo cómo se contoneaba.

-Así es cuan jodida está tu vida.

El día pasó más rápido de lo que esperaba y a la mañana siguiente, mientras preparaba el desayuno recibí una llamada que arruinó por completo mi día.

-¡Hola, mamá!, ¿todo bien?, ¿han encontrado buenos lugares para comer?- sollozos, eso era lo único que se oía- Mami ¿estas bien?-

-Lo siento, yo... yo debí...

-Mamá ¿qué pasa?

-Es una mala noticia para ti- más sollozos, comenzaba a asustarme, mamá casi nunca lloraba, esto en verdad era algo grave.

-¿Mamá?- ella no dejaba de llorar y yo cada vez me ponía más nerviosa- ¡Mamá! ¿qué ocurre?- sin darme cuenta empecé a llorar, una parte dentro de mi me decía que las cosas no estaban nada bien.

-Tu padre...

- ¿Qué tiene papá?, ¿esta todo bien?

-Yo... lo siento, cariño... tu papá... tu papá falleció- Falleció, esas simples letras retubaban en mi cabeza, esas simples palabras me dejaron en shock, mi mamá que antes sollozaba ahora lloraba incontrolablemente.

-Mamá, dime que no es cierto- ahora era yo la que lloraba, quería que fuera un sueño, un muy mal sueño.

-Ojala lo fuera, corazón- colgué el teléfono estando aún en shock. Mi papá se había ido, jamas lo volvería a ver, mis lágrimas rodaban sin control alguno sobre mi cara; fui hasta la sala de estar, tomé una foto que tenia con mi papá y la abracé muy fuerte, como si con ese abrazo pudiera traerlo de vuelta.

Me quedé acostada en el sillón recordando todos los momentos felices que pasé con él, la vez que me enseño a andar en bicicleta, cuando asustó al chico con el que tuve mi primera cita, cunado me enseñó a manejar, todas las noches que me leía un cuento, la primera noche que pasó en vela conmigo y Henry, cuando me entregó en el altar. No pude evitar llorar al recordarlo, no quería aceptar que el señor más maravilloso en el mundo se haya ido, ¿cómo podría seguir con mi vida?, ¿a quién acudiría cuando tuviera un problema?, ¿cómo podría vivir sin él?

Sentía un dolor inmenso en el pecho, como si algo tratara de clavarse en el y quisiera hacerle un agujero, el aire me faltaba, quería gritar, romper todo lo que estaba cerca de mi.

¿¡Por qué a él!? ¿por que a mi? No quería aceptar que mi papá, mi papi ya no iba a regresar.

Love, Emma.Where stories live. Discover now