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Cuando llegué a Storybrooke pasé con mis padres a recoger a Henry, les conté como estuvo mi viaje, sin contar la parte de Killian, claro; en el trayecto de la casa de mis padres a mi apartamento, Henry se quedó dormido. Tuve que cargarlo para subirlo a su habitación, lo dejé en la cama y comencé a desempacar; tomé mi bolso y saqué mi pasaporte junto con otros papeles, pero hubo algo que llamó mi atención, era una hoja blanca doblada por la mitad, la desdoblé y vi un dibujo que Henry había hecho; estaba su papá, él y yo. Algo era seguro, tenia que buscar a Neal; así que tomé un bolígrafo y una hoja de papel y comencé a escribir sin esperar una respuesta.

Pasaron los días y de nuevo tuve que presentarme a trabajar. Mientras limpiaba los vidrios del hotel un hombre se paró delante de mi, subí la mirada y me topé con su cara.

-¡Oh no!- abrió a puerta de cristal  y se acercó a mi, sin lugar a dudas había cambiado bastante aunque seguía igual de atractivo que cuando lo conocí.

- ¿Contenta de verme?- 

-¿Qué estas haciendo aquí?- no podía salir de mi asombro, retrocedí unos pasos y él entró al edificio

-¡Me enviaste el dibujo de Henry! así que tomé el primer vuelo disponible-

-¡No no no no! lo que hice fue un capricho, ¿de acuerdo?- lo tomé del brazo y literalmente lo empujé hacia a salida- Henry hizo el dibujo, pero enviarlo fue un error, ¡nunca esperé que realmente aparecieras!

-Esa carta me hizo pensar sobre mi vida, ¡quiero conocerlo, Emma!, soy su papá.

-¿Dónde estaba su papá, cuando no podía dormir por las noches a causa del dolor de estómago?, ¿cuándo perdió su primer diente, o dio sus primeros pasos?- estaba enojada, pero yo tenia la culpa por buscarlo.

-¿Alguna vez te han dicho que tienes unos ojos hermosos?- me sonrió de manera coqueta, como si eso fuera a evitar que le siguiera gritando; para mi mala suerte la puerta del hotel era giratoria, osea que, si salias por ahí no podrías entrar por el mismo lugar a no ser de que dieras la vuelta completa, asi que eso fue lo que tuve que hacer, al pasar sobre la acera, él entró en la puerta y me siguió dentro del lugar.

-Mira, lo siento, ¿de acuerdo?, lo entiendo, fui un completo idiota. Pero no ha habido un solo día en los últimos cinco años en que no me pregunte cómo es ella. ¿Se parecerá a mi?, ¿tuvo suerte al heredar mis genes?- ¡cómo se atreve!, espero que no los haya heredado.

-¡Eres un idiota!- lo dejé hablando solo y seguí haciendo mi trabajo, él me siguió y se paró junto a mi.

-¡Por favor, dame una oportunidad, Emma!, puedo ser diferente, lo prometo- voltee a verlo, le creía muy poco pero debía darle otra oportunidad, no por mi sino por Henry- ¿Quieres que me ponga de rodillas?- al mismo tiempo que lo dijo se hincó delante mio- ¡Cualquier cosa, Emma, te lo ruego!-

  -¡Levántate, idiota! si esto fuera por mi, ¡créeme que te llevaría al aeropuerto ahora mismo!-

-Solo si tu también vienes-

-¡Una oportunidad!- lo amenacé con el limpia-vidrios que tenia en la mano, como si de un arma se tratase- pero cualquier metida de pata y estás fuera, ¡y se bueno!, no me refiero solo a "Bueno" en termino medio, quiero decir...¡Santa Claus-conejo de pascua-Tom Hanks!, ¡todo en uno!

-Si...

-¡Y vas a comprarle el mejor y más caro libro de cuentos que puedas encontrar!

-Voy a buscarlo en Google ahora mismo-

Los días pasaron y Henry estaba feliz por tener a su papá con él, Neal era demasiado bueno con el niño, le compraba todo lo que quería y lo llevaba a todas partes, se volvieron prácticamente inseparables. La cosa "empeoro" cuando Neal le entregó el libro, Henry lo llevaba a todas partes, nunca lo soltaba; con ese estúpido libro, Neal se ganó a mi hijo.

Al principio fue difícil ver a Neal todos los días en mi casa, pero conforme pasaba el tiempo lo fui asimilando, a  tal grado que él se mudó con nosotros. Ahora no podía estar más feliz, al fin tenia la familia que siempre había querido, tenia a una figura paterna para mi hijo. Neal lo llevaba a la escuela y le ayudaba en sus tareas, nos llevaba al cine, cocinaba para nosotros, nos llevaba a la playa, todo parecía sacado de un cuento de hadas; hasta el cuerpo Neal, ya ni cuando nos conocimos tenia tan bien trabajado su torso, ni sus brazos; sin duda había mejorado, tanto que no pude contener mis ganas de recordar la noche en la que tuvimos a Henry, claro evitando la parte del condón atorado.

-Espera un momento ¿hiciste qué?- cuando el lunes llegó no dude en contarle a Regina lo que había pasado la noche anterior entre Neal y yo- ¡Oye!, estamos hablando del mismo hombre que te abandonó en la mitad de la noche ¡con un condón atorado en la vagina!- la ultima parte la dijo casi susurrando, no era buena idea que todos en el hotel se enteraran de lo que había pasado.

-Pero es el papá de Henry- Regina parecía frustrada por mi respuesta, pero no hizo más que sentarse junto a mi- ¡Deberías ver como su carita se ilumina cuando él entra en la habitación!¡Realmente construyeron un vínculo!, claro que nada de eso importaría si tuviera un cuerpo del asco, vaya que ha trabajado en eso, ¡wow!

-Eres mala, Emma Swan- las dos reímos ante su comentario, pero no tardé en contestar.

-Sólo quiero pertenecer a alguien, Regina. Estoy cansada de esperar, y me siento tan bien con él; somos una familia.




Love, Emma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora