Capitulo 8

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Febrero 2016

Llevo cinco meses solo saliendo para ir a la biblioteca o quedar con Tris.

Tris era guapa, pero había un chico en la biblioteca que lo era más. Siempre me ayudaba con los trabajos. Llevaba un collar con un colmillo que siempre se metía dentro de la camiseta.

Cuando me ayudaba a estudiar, siempre se acercaba muchísimo a mi, y eso me ponía el corazon a 100 por hora. Siempre se estaba riendo de los errores que hacía al escribir, diciéndome: "¿pero cómo se te ocurre ponerle tilde a esa palabra? ¿nos hemos vuelto locos?" y siempre nos acabábamos riendo los dos. Él estaba en el tercer año de periodismo, pero no iba a mi universidad.

Se llamaba Milo Amorós, a su lado me sentía bajito pero era cariñoso a más no poder, y por eso me daba miedo decirle mi secreto, ¿en qué momento de una conversación se decía eso?
<< - Hola ¿qué tal? Soy gay. >>
Así seguro que no. Pensé en hacerme el macho y no decírselo nunca, era lo más fácil.

**************

Hablando con Tris sobre Milo, quiso conocerlo, y me la llevé a la biblioteca para que lo viera.

- Mira Tris, es el que esta apoyado en la puerta haciendo cola. -le dije yo. Cada vez que lo miraba era más guapo, algo imposible de conseguir.

- ¿En serio? Tendré que salir más contigo para que me presentes chicos guapos. - A Tris le salió una buena carcajada por la boca y me hizo reír a mi también.

- Ya te presentaré a algunos amigos solteros y heterosexuales, pero de momento, delante de Milo tengo que parecerlo yo, de hetero. Y en eso tú tienes la práctica, ¿qué hago? -dije yo, medio desesperado.

- Así que por eso me has llamado... No te preocupes, déjame a mi. - 'déjame a mi', que miedo me daba esa frase, pero aun así, asentí.

Cuando Milo había devuelto los libros, vino directo hacia la mesa de siempre, pero ésta vez con una sorpresa, Tris.

- Oh vaya, así que hoy te has traído a una amiga, ¿eh? -dijo él con total confianza y nos hizo una mirada pícara recorriendo nuestros rostros.

- Bueno, Tris este es Milo, el chico del que te habl... -Tris me dió una patada antes de que terminara la palabra- ¡Au! ¡Mi espinilla! -le dediqué a la chica una mirada de "ésta me la pagas".

- ¿Así que le has hablado de mi? Que mono eres -al terminar la frase, evité sonreír como un tonto, pero Milo me revolvió el pelo y lo hice. Adoraba que me hiciera eso, así como mínimo me tocaba con cariño.

- Esto... Bueno, un poco. Ya sabes, gracias a ti he aprobado muchos exámenes -le dije yo, con la misma sonrisa tonta de antes.

Asintió con la cabeza y puse las manos sobre la mesa, antes habían estado frotándose para coger calor. Tris me miró y puso su mano derecha encima de la mía, cogiéndola bien fuerte, yo me quedé parado. ¿Tris cogiédome la mano delante del chico que me gusta? ¿Se había vuelto loca? Miré a Milo para decirle que no estábamos juntos, pero no supe como expresarle eso.

- Soy gay -dije sin pensar. De repente me volví rojo cual camaleón. Ojalá lo fuera de verdad y pudiera camuflarme con el suelo de la biblioteca. Todos me estaban mirando, ya que lo había dicho en un tono bastante alto, olvidándome que estaba en un lugar de total silencio. - Tris quería ayudarme a ser más varonil, para que no lo supieras, pero me he alarmado cuando me ha cogido de la mano y aquí estamos.

Me fui casi corriendo de ahí sin darme cuenta de que esos dos me seguían casi tan rápido como yo seguía el camino hacia mi casa. En mi cabeza solo pasaba la imagen de la expresión de asombro de Milo al decirle que era gay. ¿Por qué era tan difícil decir eso? No le estaba diciendo a nadie que su madre había muerto, solo le estaba diciendo mi condición sexual. Los heterosexuales no tenían ese problema, ¿por qué yo sí?

- ¡Espera, por favor Diego! -el hecho de que Milo estuviera en rehabilitación del tobillo, me daba ventaja, y a Tris nunca le había gustado la educación física.

- ¡Te quiero! -me dijo Milo lo más fuerte que pudo. La gente que pasaba por la calle se iba parando a nuestro alrededor- Yo también soy gay, ¿pero qué importa eso? ¿Somos defectuosos? Pues entonces lo seremos juntos, pero no me pienso separar de ti en mi vida. Puedo dormir en tu cama o en el felpudo de tu casa, tú eliges. -seguía gritando igual de fuerte a pesar de estar a escasos metros de distancia.

Me giré, solo para verle la cara. Toda la gente estaba sonriendo, grabando, esperando a que fuera hacia él, y así fue. Nadie me había dicho nada igual, quería a ese chico como nunca había querido a nadie, más que a mi propia familia, más que a Tris, más que a mi mismo. Mientras caminaba hacia él, casi inconscientemente, él me perseguía con su mirada y cuando me quise dar cuenta, ya nos estábamos besando. Mi estómago estaba a explotar de esas mariposas, todo el cuerpo me hacía cosquillas mientras mucha gente nos aplaudía.

Me separé un milímetro para contestarle, aun con los ojos cerrados: '-Yo tambien te quiero.' Y lo volví a besar.

¿Gay? Yo noWhere stories live. Discover now