Capitulo 24

1.1K 90 6
                                    

《Narra Tris》

- Solo quería gorronear -le dije a Aiden después de colgar, con una gran sonrisa que le contagié.

- Cuando tengamos la casa lista, los invitaremos.

- Es lo que le he dicho -le respondí yo-. Y hablando de la casa, ¿cuando empezaremos? ¡Tengo muchas ganas!

- Mañana, ¿sí?

- Sí, amor.

Aiden me besó, fue tierno y tranquilo. Le dejé un espacio en la silla y se sentó. Nos quedamos los dos mirando la pared de enfrente, de un color pálido, un poco sucia.

Nos miramos y nos reímos.

《Narra Diego》

Nos quedamos abrazados durante unos cinco minutos, luego se separó. Me lo quedé mirando sin saber qué era lo que le pasaba, ¿por qué estaba llorando? No me gustaba para nada verlo así. Le saqué las lágrimas de las mejillas con el pulgar y lo peiné un poco.

- Bien -le dije-. Ahora, respira tranquilamente y cuando puedas cuéntamelo.

- Yo... -dijo después de un rato-. Mi... mi madre está... no está.

- ¿No... está? -repetí preocupado. No acababa de entenderlo, pero no me daba muy buena espina.

- Ha muerto -dijo él, neutro. Un mar de lágrimas le volvió a brotar de los ojos, cayéndole por las mejillas.

Me quedé paralizado, no sabía qué decirle, y ver a Milo llorar de esa manera no me ayudó. Él quería mucho a su madre.

Milo me abrazó muy fuerte mientras lloraba, yo aún tenía el cuerpo paralizado, pero moví los brazos lentamente hacia su espalda para abrazarlo también.

- No te preocupes -pensé-. Yo estoy aquí.

《Narra Tris》

Aiden me miró fijamente y una sonrisa se le escapó por los labios.

- Ya es la hora -informó Aiden, feliz.

- ¡A comprar! -casi grité yo. Estaba muy animada, era la primera vez que iba a un almacén de muebles.

Habían miles de mesas, sillones, puertas, armarios... todos muy bonitos. Parejas muy enamoradas llenaban el sitio, algunas con niños, otras con un hombre o mujer que los guiaba hacia una mesa, donde se sentaban y hablaban de los precios.

Cogí la mano de Aiden y lo arrastré a mirar absolutamente todo lo que había allí; algunas mesas, todas las sillas, probamos las camas... se nos iban acercando trabajadores del lugar para ayudarnos, pero les decíamos que no. Se necesitaba un tiempo para crear la imagen de tu nueva casa, escogiendo unos muebles prediseñados.

- ¿Y bien? -me dijo Aiden, haciéndome una reverencia-. ¿Cuál es el veredicto, mi señorita?

Yo, muy animada, empecé a señalar muebles, mirando la cara de espanto de mi prometido.

- ¿Solo eso? -preguntó Aiden con media sonrisa en los labios.

Me quedé parada. ¿Podía escoger más cosas? Le cogí la mano muy fuerte y seguí señalando mientras pasábamos por delante de muebles maravillosos.

Al final, una trabajadora se nos acercó y nos sentamos en la mesa donde la pareja del principio había completado su casa. Acordamos los muebles que queríamos y cómo los queríamos.

- En un mes aproximadamente, los tendréis -informó la señora.

- ¿Un mes? -pensé-. ¿Un mes sin nada?

Aiden y yo nos miramos, preocupados.

《Narra Diego》

Después de hablar durante un rato sentados en la cama, nos fuimos a dormir. Pasé el brazo por encima de Milo para que no se sintiera solo, le acaricié la mejilla hasta que me pareció que se había dormido. Yo me quedé un rato más pensando en mis padres, en si hacía bien al no llamarlos.

Estuvimos hablando sobre cómo seria el funeral, las flores y entre los dos nos encargamos de ir llamando a sus amigos y conocidos cercanos para dar la noticia.

El brillo característico de los ojos de Milo había desaparecido. Las comisuras de los labios que siempre estaban hacia arriba, se habían vuelto tristes. Su espalda ya no estaba recta, sino encorbada, con una mano apoyada en la mejilla derecha y la otra en el teléfono, pensando en si nos olvidábamos de alguien.

Ya llegó el día y nos teníamos que arreglar un poco, aunque costara. Milo me estaba peinando con su plancha, igual que hacía cuando salí del hospital, pero esta vez era diferente. Esta vez, íbamos de negro, Milo tenía los ojos rojos de haber estado llorando durante un largo rato e íbamos a un funeral y no a conocer al novio de Tris.

Cuando llegamos allí, todos estaban muy tristes. Pude ver al padre de Milo apoyado en una esquina llorando desconsoladamente. Milo me pidió permiso con la mirada para ir con su padre, yo acepté sin pensarlo.

Pasé la mirada por esa sala, unos llorando, otros consolando, y... ¿mis padres?

Me aparté de la puerta y me escondí entre algunas personas, presentándome y dándoles el pésame, abrazándoles, consolándoles...

Una mano me tocó el hombro, me giré rápidamente y era mi madre, con aspecto de no haber dormido en días. Intenté escapar, pero su mano no me dejó; a pesar de que eran finas, también eran fuertes.

- Cariño, ¿salimos un momento? -me dijo ella con un tono dulce-. Tenemos que hablar.

《Narra Tris》

Salimos del lugar decepcionados, tardarían un mes en llevarnos los muebles, ¿dónde viviríamos? Pensé en volver a la casa de mi madre, con Aiden durante un mes más, pero se la veía tan feliz cuando nos fuimos, que no la quería molestar.

- Podrías llamar a Diego -dijo Aiden mirando al suelo, señal de vergüenza-, y decirle si podríamos usar su cocina y su baño con libertad.

- ¿Eso no es penoso?

- Un poco... -siguió él, aún con la mirada baja- pero no tenemos otra opción.

Lo llamé y me saltó el contestador, no lo quise molestar y pensé en llamarlo más tarde.

N/A: ¡¡Hasta aquí el capítulo!! Perdonad de nuevo por no haberlo subido el lunes... esque estaba de exámenes.

¿Qué pensáis sobre los cambios que estan pasando en la vida de Milo y Diego, y en la de Tris y Aiden?

¡¡Hasta el lunes que viene!! (Esta vez sí, prometido). Os quiero<3

¿Gay? Yo noМесто, где живут истории. Откройте их для себя