Capitulo 11

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Nos quedamos un rato más "mirando" la televisión, y luego nos fuimos al bar donde había quedado con mi padre.

Estuvimos esperando un buen rato hasta que llegó. Se sorprendió al verme con Milo.

- Diego, tu padre y tú teneis la misma cara -me dijo él susurrándome al oído.

Se sentó delante de nosotros y le pidió agua al camarero. ¿Ya no bebía alcohol?

- Buenas señor... -empezó Milo, miedoso al no saber el apellido de Diego.

- Park -le interrumpió el hombre mientras Milo asentía- aunque me puedes llamar Shawn.

- Bueno Shawn, él es Milo y supongo que te acordarás de mi.

- Claro, ¿cómo me voy a olvidar de mi hijo? -dijo con una leve sonrisa.

Yo preferí no contestar a eso, porque sí que se había olvidado de mi todos aquellos años.

- Bien, ¿y qué es lo que quieres? ¿Porque te ha cogido ahora por enviarme un mensaje?

Milo estaba callado, girando la cabeza de un lado a otro de la conversación.

- Hijo... yo sólo quería verte. Te echaba mucho de menos. Y conocer a Milo me ha hecho mucha ilusión, tiene pinta de ser un buen chico -dijo Shawn, mientras Milo se sonrojaba a más no poder- y estoy seguro que no me equivoco.

- No, no te equivocas, él es lo mejor que me ha pasado en estos 18 años -a Milo aún se le subieron más los colores y me cogió la mano, debajo de la mesa. Me di cuenta que había estado temblando todo éste tiempo.

- Y su hijo también es lo mejor que me ha pasado a mi en mis 20 años -se le escapó una pequeña sonrisa y me apretó un segundo la mano-. Sé que puede costar un poco aceptar que su hijo es homosexual, pero créame cuando le digo que así está muy feliz. A mis padres también les costó aceptarlo cuando se lo dije pero aún así, me siguieron queriendo y me apoyaban. Se los puedo presentar y pueden hablar de eso sr. Park, digo... Shawn. Y nunca es tarde para empezar una nueva vida con Diego.

Yo me quedé impresionado. Intenté decir algo pero no tenía nada en mi cabeza, sólo a Milo. Me olvidé de quién estaba delante de mi o alrededor y lo besé. No sabía como se lo tomaría mi padre pero eso no me importaba, sólo quería estar con la persona a mi derecha para siempre.

- Algun día de estos podemos quedar los seis y así nos conocemos todos -dijo mi padre con la sonrisa más grande que nunca le había visto en el rostro.

- ¡Si! Hoy le digo a mis padres y quedamos -dijo Milo muy entusiasmado de haber arreglado las cosas con mi padre-. Te escribo el número de mi casa en ésta servilleta, ¿vale? Por cualquier duda o lo que sea.

- Yo ya me tendré que ir, chicos. Me he escapado de mi trabajo un segundo.

- Ah vale -dije yo. Parecía que Milo y mi padre se habían hecho muy amigos. Me acerqué a él y le di dos besos, que no se esperaba para nada-. Ya nos veremos, papá.

Me pareció ver una lagrimita deslizándose por su mejilla izquierda, pero... ¿mi padre llorando? Imposible. Cogí fuerte de la mano a Milo y nos fuimos. Menudo chico había cazado, el mejor de todos.

¿Gay? Yo noWhere stories live. Discover now