Capitulo 21

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AVISO: Las vidas de Tris y Diego se van a separar un poco. Diego se cambia de universidad y se va a vivir con Milo. En la vida de Tris todo seguirá igual. A partir de ahora habrá la parte de Tris y Aiden (narrada por Tris), y la de Milo y Diego (narrada por Diego) por separado. Los capitulos también seguirán siendo igual de largos, puede que a veces un poco más. Espero que os siga gustando.

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《Narra Diego》

Esa era una decisión muy importante, nunca antes me había ido a vivir con alguien, pero Milo no era alguien, Milo era todo. Desde conocido, pasando por amigo, por mejor amigo, hasta llegar a algo más que novio. Era como mi familia.

- ¿Y bien? -Milo seguía tendiéndome las llaves, se le estaba cansando el brazo pero su cara seguía siendo la de siempre, felicidad por todo el rostro.

Le cogí el par de llaves y las añadí a mi llavero. Levanté la mirada y lo vi sonriendo, todo su rostro era una sonrisa gigante: el principio de las pocas patas de gallo que tenía, los ojos achinados, los hoyuelos a cada lado de la boca... Nos miramos durante un rato, sonriéndonos, provocándonos con la mirada, ambos sabíamos qué pasaria esa noche, pero de momento era por la mañana.

El día me pasó muy rápido en compañía de Milo. Fuimos a tomar un café, Milo me estaba mirando mientras cogía el sobre de azúcar.

- ¿Pero eso no es sal? -dije yo preocupado, aunque llegué tarde, ya se la había puesto en el café.

- ¿Por qué van a poner sal en una cafetería?

- No lo sé, también hay aceite y vinagre -dije mientras señalaba la cajita en la que estaban-. A ver, déjame ver eso.

Cuando me lo dió, ví que ponía en letras bien grandes: SAL. Quise avisarlo, pero él ya tenía la taza en la boca. Su cara se fué arrugando de asco.

- Te lo dije -dije yo entre risas.

《Narra Tris》

Desde que se habían ido, la casa estaba silenciosa. Mi madre se había ido a trabajar y me sentía sola. Ni la televisión me quitaba del mismo pensamiento: dejar que Diego se fuera con Milo. Pero entonces llamaron a la puerta, varias veces.

- Buenos días, princesa.

Era Aiden. Tenía una pizza y varias películas para escoger o verlas todas.

- Esta niña se tiene que alimentar de algo más que de verduras -continuó este, tocándome la barriga-. Y aquí estoy yo para arreglarlo.

Yo sonreí. Aiden siempre lo conseguía. Yo me aparté del paso permitiéndole pasar. Él dejó la caja de pizza y los discos, y se dió la vuelta con una expresión asustada.

- ¡Ala, me he dejado algo! -dijo él. Yo estaba a punto de abrirle la puerta, cuando de un salto llegó a donde estaba yo y me besó.

Sonreí, como siempre. En otro momento le hubiera devuelto el beso, pero no lo hice.

- ¿Pasa algo? -me cogió de la cintura y me la movió para que me animara un poco, pero esta vez no lo consiguió-. ¿Te encuentras bien?

- No es nada importante, solo me siento sola. Mi madre se pasa los días trabajando y Diego se ha mudado a casa de Milo.

- Sí que lo es, preciosa. Tienes miedo a perderlo, ¿no es eso? Tranquila, no lo harás, los mejores amigos no se abandonan.

Él me seguía moviendo la cadera y entonces sí que sonreí.

- ¡Eso es lo que quiero ver! Y ahora vamos al sofá, que, de camino, he alquilado una película de cada género. Las acabremos viendo todas, y lo sabes. Pero, ¿cuál será nuestra primera víctima?

- Yo digo que esta -señalé Yo antes de ti.

Abrimos la pizza, y nos pusimos a ver las películas. Yo solo aguanté tres antes de quedarme dormida en su hombro. La noche anterior, casi no había dormido pensando en Diego.

《Narra Diego》

Milo me quería enseñar cómo cocinaba, pero se le quemó el postre así que hizo fresas. A mi me gustaban con nata, pero tuvo un problema al abrirla. Ninguno de los dos sabíamos qué acababa de pasar, pero Milo estaba cubierto de nata. Le colgaba de la barbilla, las orejas, las pestañas, la nata le decoraba la camiseta. Yo le pasé el dedo por la mejilla y me comí un poco.

- Si restriegas la cara por las fresas -dije con una sonrisa enorme en la cara-, ya estarán con nata.

No lo podía aguantar más y me eché a reír.

- Creo que voy a probar con otra cosa...

Cuando ví que abría los brazos llenos de nata y se me acercaba para darme un abrazo, ahogué un grito. Restregó la cara contra mi hombro, y las manos por mi cara.

- Ya está. La venganza se ha terminado.

Intenté convencerlo de que yo no había amañado el pote de nata para que explotara, pero se me escapó la risa, era demasiado tarde para resultar convincente.

La nata de la oreja y el cuello me estaba diciendo: ¡Diego, ven a nosotros! Y le hice caso, ¿por qué no hacerle caso a unos trozos de nata de mi novio?

La noche fue, exactamente, como habíamos previsto por la mañana.

《Narra Tris》

Noté que alguien me levantaba y me llevaba en brazos hasta la cama. Abrí un poco los ojos y vi a Aiden sonriéndome y susurrándome cosas que no lograba a entender. Noté su beso en la frente y me volví a hundir en mis sueños.

Me desperté que aún era de noche y ví a Aiden estirado en el suelo durmiendo. Mi cama era solamente de una persona. Cogí un cojín del armario y se lo puse, con cuidado de no despertarlo, debajo de la cabeza. Me quedé un rato mirándolo. A Diego se le notaba paz cuando dormía y Aiden solo tenía cara de cansamiento, de no dormir bien por las noches.

Me volví a tumbar en la cama y en seguida pude volver a conciliar el sueño.

Me desperté que el sol ya iluminaba la habitación, Aiden ya no estaba pero había dejado el cojín en el suelo.

- Buenos días, Tris -dijo Aiden en la puerta de la habitación, con un vaso de leche en la mano-. Toma, esto es para ti. Te hubiera preparado algo mejor, pero no se me da muy bien la cocina.

Se puso, inconscientemente, la mano en la nuca, en señal de nervios. Me reí.

¡Buenas! Comentad si os ha gustado esta nueva forma de escribir los capitulos;3 si no os gusta, puedo reescribirlo, no hay ningun problema, pero a partir de ahora serían así, pot eso si no os gusta, decidmelo😘

¡¡Os quiero muchisisimo!!

¿Gay? Yo noWhere stories live. Discover now