LOU | Larry Stylinson

Capítulo 28

—¡Louis! 

No podía creer que lo había dicho.

Había podido completarlo. Había podido, por fin, decir su nombre completo. ¿Qué estaba pasando?

Cuando paró de correr, y quedó frente a Louis con sus ojos cristalizados e igualmente el castaño. Que parecía querer llorar para siempre, Harry solamente no pudo decir más nada.

—Harry... —preguntó una vez más—, ¿realmente dijiste, "Louis? ¿Realmente dijiste mi nombre?

El rizado asintió desconcertado, y Louis bajó su cabeza... Harry juró notar que estaba llorando.

Louis estaba destrozado.

Estaba completamente lastimado por dentro y luego, apretó el pico de la botella y sollozó. No quiso levantar su rostro para que el rizado no lo viera llorar. Por Dios, escuchar los sollozos de Louis te rompía infinitamente el corazón. Escucharlo llorar era lo más triste que había escuchado alguna vez Harry. A éste último comenzó a arderle los ojos, y las lágrimas no tardaron en llegar y deslizarse lentamente por sus mejillas, la cuales ya estaban mojadas.

Y... no, Louis paraba de llorar.

Harry reaccionó un minuto después, y se acercó a él.

No sabía que hacer pero lo primero que hizo fue quitarle la botella, y tirarla hacia el césped.

—No... —habló Louis con la voz totalmente rota—. Déjame. Estoy bien.

La peor mentira de todas.

Sin embargo, Harry se acercó para abrazarlo porque sabía que Louis necesitaba un abrazo.

Pero Louis no quería, y estaba tan destrozado que ni siquiera quería un abrazo. Y quiso alejarse de Harry.

Quiso alejarse de Harry.

¿Algo más doloroso para el ojiverde?

Pero Harry insistió en acercarse a él otra vez, y Louis quería alejarse y estaba haciéndolo. Y estaba llorando aún mas.

—Lou... —le musitó Harry apunto de llorar.

—No... quiero estar solo —dijo Louis, y quiso tomar la botella pero el rizado se lo impidió—. Harry, déjame. Por Dios, déjame tomar...

Harry deseó que se calmara de una vez porque estaba perdiendo la cabeza de tan dolido que estaba.

Deseó que dejara de pensar en estar ebrio para olvidar.

Deseó hablar, y decirle que él estaría para Louis ante toda las cosas que se presentaran.

Deseó poder abrazar con todas sus fuerzas a Louis, y que se dejase.

—¡Lou! —le exclamó para que se calmara.

Pero éste seguía repitiendo que se aleje, que se vaya, que le deje agarrar la botella de alcohol.

Parecía no escucharlo otra vez.

Lo siguiente que hizo Harry, ni siquiera lo había pensando con exactitud. Ni siquiera se le cruzó por la cabeza hacerlo, sólo lo hizo y ya.

Tomó a Louis de la sudadera de un puño, y lo atrajo hacía él para brindarle unos de aquellos besos que siempre deseó darle.

En los labios, claro.

Tenía sus ojos abiertos, y Louis también.

Los dos estaban tan sorprendidos que era digno de admirar, sin embargo Louis comenzó a cerrar sus ojos lentamente y cuando Harry pudo observar que el castaño cerró sus ojos, él también lo hizo.