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Esto era extraño.

Él había jurado que dejo el papel con el número de Tails sobre su mesa de noche, y ahora no estaba ahí, ¿donde estaba?

Revolvió las sabanas de su cama con la posibilidad de que lo haya dejado ahí pero se retractó cuando no encontró nada. Esto era inaceptable, por fin había encontrado a una persona con gustos en común y ahora pasaba esto. Como su el universo quiera que siempre fuera un asocial.

Soltó un bufido sonoro y se lanzo de espaldas sobre la cama matrimonial. Había pasado muchas cosas estas ultimas dos semanas, el problema y la desaparición del Silver y las extrañas palabras del azabache, Shadow. ¿Qué quería decir con esas palabras? 

Siempre estaré cerca de ti.

Esas palabras junto con la voz ronca del azabache rondaban en su cabeza, era como una canción pegadiza a no más poder, no lo dejaban en paz. Y luego estaba la manera en la que lo miraba, era como su sus ojos escanearan como parte de su cuerpo, incluso como si quisieran ver debajo de su ropa, era extraño y daba algo de... Miedo.

El sonido del timbre lo saco de sus pensamientos. Se levanto de la cama y camino hasta la puerta, la abrió y se topo con un pequeño abejorro con un traje de cartero.

— Paquete para Sonic el erizo. — Dijo sonriente el ojos amarillos mientras le extendía una caja media envuelta en papel cartón y un cordón blanco, no tenia el nombre de quien lo enviaba. — Firme aquí por favor.

— Claro — Tomo el lápiz y firmó el papel que el abejorro le extendía sobre una tabla. Luego de que se despidiera de cartero cerro la puerta a sus espaldas y deja la caja morrón sobre el mesón de la cocina.

Retiro la primera capa de papel y se abrió lentamente la caja, lo primero que sintió fue un olor nauseabundo llegar a su nariz, tomo la posibilidad de que fuera algún alimento que se daño durante la entrega pero su mente quedo en blanco después de que la abrió completamente.

Sus pupilas se contrajeron cuando vio una cabeza dentro de la caja, era real. El olor nauseabundo lo confirmaba. Un alarido escapo de su boca cuando reconoció su rostro de su amigo albino, su piel estaba de un color azulado oscuro; sus labios estaban morados y sus ojos eran de color gris opaco.

Apoyo su mano en el mesón de la cocina cuando sintió que sus pies no le funcionaban, tenia arcadas y su cuerpo sudaba como nunca. ¿Por qué estaba eso aquí? ¿Qué le paso a su amigo para que terminara de esta forma? Miro el suelo y noto como un pedazo de papel reposaba sobre este, tenia algo escrito.

«Nadie toca lo que es mío, él lo hizo, te toco. Tuvo que pagar el precio de esta manera.

Si el otro hace lo mismo tendrá el mismo destino que él.

Con mucho amor: Tu admirador secreto. »

No pudo más. Se levanto de forma brusca y salio corriendo hacia el baño, dejando que todo lo que había desayunado cayera en el interior de escusado. Jamás le había pasado esto, ¿Quién se supone que lo había hecho? El miedo corría por sus venas, ¿qué tal si lo mataba a él? Tenia miedo, digo que sí el otro se acercaba también lo mataría, ¿A quién se refería? ¿A Tails? No, él jamas lo tocaría como escribió en la nota.

Se aparto del escusado, recostó su espalda contra la cerámica del baño, esto estaba mal, muy mal. Por eso su amigo no había vuelto, lo habían asesinado...

— Maldición... — Susurro el ojos verdes mientras llevaba sus manos al rostro, tapando sus ojos llorosos. Tal vez si no le hubiera hablado así él hubiera abierto la puerta cuando se lo pidió todavía estaría aquí, completo y vivo...

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El azabache tomo el cuerpo del azul entre sus brazos y subió por las escaleras hacia su habitación. Se había quedado dormido en el suelo de baño, tenia sus ojos hinchados por haber llorado.¿Por qué lloraba?

Él solo se había desecho de quien le había hecho daño. Él le hizo llorar, tenia que pagar por eso. Un día después de que había asesinado al albino tuvo que ir a buscarlo y decapitarlo con una cierra, le sorprendió que nadie lo descubriera, aunque tampoco esperaba que lo hicieran, después de todo era un barrio solitario y nadie andaba por los callejones.

Arropo con la sabana el cuerpo del azul y deposito un pequeño beso sobre su frente.

— Nadie te volverá a lastimar de nuevo — Susurro mientras se alejaba lentamente del rostro del ojos verdes, saliendo por su ventana hacia el patio trasero.

Si todo iba como lo planeo, su ojos verdes se asustaría tanto que desconfiaría de todos, incluso del molesto zorro. Y ahí es cuando actuaria él. Se ganaría completamente su confianza.

Nadie más seria su amigo.

Solo seria de él y para él.

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Holi. Solo les diré que a partir de aquí la historia se volverá un poco más cruda en cuando descripciones se refiere, solo les pediré que luego no me reclamen por perturbar l@s o algo así. En el comienzo de la novela lo dice, si llegaron hasta aquí es porque están dispuest@s a todo.

Bye bye

Se Lo Que Piensas| +16Where stories live. Discover now