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— ¡Por amor a Dios, tranquilízate Shadow!

Scourge pasó ambos brazos por debajo de los de Shadow, sosteniéndolo con fuerza, quien estaba sin control golpeando el frío tronco de un árbol enorme, los sus guantes de algodón antes blancos ahora se encontraban manchados de sangre y cortados en los nudillos.

Antes de todo esto Scourge se encontraba recostado en el mueble mientras que escuchaba a Manic recitar como hacer un vendaje adecuado, mientras conducía en la madrugada había decidido aprender lo básico de los primeros auxilios, no siempre tendría a un Manic a su lado para curarlo a él o a cualquier otro, de eso estaban consistentes todos aquí. Lo que hacían era peligroso. Manic era el médico personal de un par de asesinos y sicarios, por lo que también era un cómplice para la policía, podría morir. Debía aprender algo más de cómo asesinar a alguien de manera silenciosa. Por eso le había pedido ayuda a Manic, lo escuchaba con atención y le preguntaba sobre cualquier cosa de la que tenia duda.

Pero cuanto Shadow había salido de la casa cerrando la puerta de golpe dejó de prestar atención, no espero más cuando comenzó a correr hacia la dirección de Shadow; Sabia perfectamente lo descontrolado que podía ser él si se encontraba más alterado de lo necesario. Tropezó varias veces en la gran cantidad de nieve que había por todo el lugar, se reprendió a sí mismo cuando no le hizo caso al Manic cuando le recomendó que fuera a dormir debido a que no había descansado nada en todo el trayecto de la madrugada hasta ahora en la tarde; estaba demasiado agotado. Levantó su cabeza cuando empezó a escuchar golpes en seco no muy lejos de su posición. Cuando llegó al lugar de donde provenía el ruido.

El ojos carmín golpeaba con bastante fuerza a puño limpio la fría corteza del árbol, provocando que sus nudillos sangrarán más y más a cada golpe. Sus ojos estaban fijos al frente, como si estuviera a alguien, aunque en realidad solo miraba a la corteza del árbol. Inmediatamente intentó apartarlo del ahí para que no se lastimara más, pues suficiente era con la herida en su abdomen, más sin embargo no le hizo caso y lo alejó de un empujón brusco hacia un costado, por poco y caía nuevamente a la fría nieve.

  — Shadow. — Llamo, pero no hubo respuesta. —  Shadow para ya, te haras mucho daño.

  — Me odia. — Respondió entre golpes, confundiendo a Scourge.   — Me desprecia, me aborrece, ¡Me mira de cualquier forma posible menos de cómo un amigo o como alguien a quien querer!

  — ¡Por amor a Dios, tranquilízate Shadow!  

La velocidad y la fuerza en la que golpeaba el tronco se intensificaron, por lo que Scourge no espero más y aprovechó para pasar sus brazos por debajo de las axilas del azabache, quien de inmediato comenzó a forcejear para soltarse, sacudiendo sus manos y esparciendo gotas de sangre por todo su cuerpo y parte de la nieve que hasta ahora había sido completamente blanca. Lo sujetó con fuerza hasta que noto como empezaba a dejar de resistirse, relajando su cuerpo dejo escapar un suspiro.

— ¿Ya terminaste? — Pregunto, haciendo que su rostro quedara un poco por encima del de él sin dejar de sujetar sus brazos. Solo recibió un gruñido de frustración por su parte, por lo que relajo su agarre. — ¿Que sucedió con Sonic?

Un escalofrío recorrió su espalda luego de que dijera su nombre, puesto que Shadow se dio la vuelta, sus ojos estaban enrojecidos. Trago saliva: — Algo muy malo.

— Me pregunto si seria capaz de asesinarlo — Respondió, sentándose al pie de las ramas del árbol que estaba golpeando. — Y no supe responderle, ¿Que se supone que le debía decir? ¡¿Que no puedo matarlo porque lo amo y simplemente tengo miedo de que se aleje de mi?!

— Respira hondo — Le ordenó, mientras tomaba al ojos carmín, quien se había levantando de donde estaba sentado. Hizo lo que le pidió e inhaló. — Escucha, entiende, lo apartaste de todo lo que él conocía, ¿Como crees que se siente eso?

La imagen del detective haciéndole la misma pregunta paso por su cabeza a modo de recuerdo.

— Pensé que estaría feliz conmigo, ver como lloro el día en el que ese tal Silver lo beso e intento tocarlo sin su consentimiento — Hizo una pausa. Recordando todo lo que había sentido todo ese día. — Debía protegerlo, protegerlo de todo lo que le pudiera hacer daño. Él me... Me recordaba a-

— A Erick. — Scourge lo interrumpió.
Sintió una punzada de dolor pasar por su pecho, recordando cada día que había pasado a su lado años atrás. — Lo trajiste contigo porque no podías olvidarlo, porque te recordaba a él, ¿O acaso me dirás que no es cierto? Porque te recordaré que he estado todos estos años a tu lado, he visto cada expresión de tu rostro, incluso cuando le sonreiás. Pero cree que una persona no puede ser remplazada por otra, por más que dobles la vista, nada sale dos veces igual.

— ¡Suficiente! — Su voz se escuchaba ahogada. Levanto ambas manos a modo de frustración, pasándolas luego por sus púas y desordenándolas. — No quiero oír una palabra más.

Comenzó a avanzar hacia la casa nuevamente, todo el lugar comenzaba a abrumarlo aun estaban a lugar abierto como lo era el terreno extenso de la propiedad, todo comenzaba a irritarlo. Más sin embargo otras palabras del ojos azul lo detuvieron:

— Tarde o temprano tendrás que decírselo y afrontar las consecuencias — Dijo, sin dejar de mirar su espalda, sus manos estaban dentro sus bolsillos. — Se ira, te odiara aun más y se ira lejos. Nada importara.

No se lo decía por mal alguno, lo contrario, deseaba verlo feliz pero no con alguien tan parecido a Erick. No seria feliz de esa forma. Escucho un suspiro pesado proveniente del azabache.

— Le diré todo. — Sacudió sus hombros intentado deshacerse de toda la presión que se acumulaba ahí.

— ¿Y luego? ¿Que harás después de decirle?

— Deberé dejarlo ir.

(...)

Para cuando ambos llegaron las interior de la casa el primero en recibirlos fue Manic, quien de inmediato miro a Shadow de manera recriminan te por las cortaduras en sus puños manchados de sangre. Lo tomo por los hombros y lo obligo a sentarse en el mueble marrón del recibidor, una carcajada salio de Scourge cuando Manic comenzó a regañarlo por haberse lastimado más de lo que ya estaba.

Un cosquilleo empezó a crecer en su interior cuando tono que el cobalto no había bajado en un largo tiempo, ni siquiera para buscar agua, dejando a Manic y a Shadow solos con las heridas comenzó a subir escaleras arriba, para cuando se detuvo enfrente de la puerta en donde dormía el cobalto un olor particular llamo su atención; era suave y gentil, tomo la idea de que el chico se estuviera aplicado algunas crema o parecido pero cuando toco dos veces y abrió la puerta noto como pequeños pedazos del espejo, que ahora estaba completamente destrozado, esparcidos por todo el suelo. No vio al cobalto a primera vista por lo que comenzó a avanzar hacia el baño, donde si importarle en lo más mínimo que debía tocar la puerta, entro.

El olor dulce que había percibido no era otra más que la sangre del cobalto, quien estaba en frente de lo que quedaba del espejo pequeño con la mirada perdida. Había una pequeña cortadura en su mejilla y la parte baja de su brazo, temía lo no ver una parte de sus muñecas y manos, más no se acercaba a ver, no sabia el porqué.

— Chico, ¿Que has hecho?

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