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Había sido un día tranquilo para Sonic. Demasiado. Y eso le incomodaba y asustaba pues significaba que el azabache tramaba algo.

Mientras una parte de sus pensamientos se imaginaba lo que él haría la otra se concentraba en no cortarse con el afilado cuchillo, podría herirlo con el cuchillo pero no podía puesto que el azabache tenía unos sentidos muy bien desarrollados, le era difícil tomarlo por sorpresa. Pequeñas lágrimas empezaron a caer por sus mejillas, jamás saldría de aquí.

Secó sus lágrimas con las manos y continuó cortando papas, una vez todas peladas las arrojó en una olla con agua, tardarían un rato en ablandarse. Dejo todo en su sitio y se sentó en uno de los grandes muebles que había en la sala, su casa era bastante grande; un sótano, cuatro habitaciones en planta alta, cada uno con un baño incluido, cocina y con un comedor incluido junto con una gran mesa para seis personas. Demasiado grande para su gusto si se lo preguntaban.

Suspiro desganado, miraba por la ventana que daba a la acera, siempre estaba vacía, no pasaría una persona a la cual pedirle ayuda por el hecho de que era una propiedad privada. La única persona que había visto cruzar por la calle era un erizo de color verde, ni siquiera miraba en su dirección. Era frustrante todo esto, se sentía como aquella princesa que fue encerrada en una torre aislada de los demás.

- ¿Sonic? - Giró su cabeza cuando escucho la voz de su captor, estaba de pia al final de las escaleras con un bolso al costado de su cuerpo, parecía pesado. - Escucha. Debo salir esta noche para resolver un asunto, alguien en quien confío se quedará contigo hasta que vuelva. - Lo miro con atención, nunca lo había dejado con alguien más, nunca se apartaba de su lado en pocas palabras. Se acercó hasta quedar enfrente de él, lo tomó con delicadeza por el mentón y deposito un beso cato sobre sus labios algo resecos, por supuesto le correspondió con obligación. No le gustaba nada la sonrisa que había en su rostro, era la misma sonrisa que tenía cuando asesinó a sangre fría a aquella mujer en su casa, volvió a hablar: 

- Volveré en la madrugada, no me esperes despierto. - Se alejó y comenzó a caminar hacia la puerta de salida, donde rápidamente introdujo un código especial en el tablero de seguridad que había junto a la puerta, no le dio oportunidad al cobalto para ver qué números presionaba como era predecible, en el momento en el que abrió la puerta una brisa helada invadió el lugar, haciendo que los ojos Sonic se cristalizaran.

Cuando la puerta se volvió a cerrar se desplomo de espaldas al sofá, conteniendo su llanto y transformándolo en leves espasmos, pero no tuvo mucho tiempo antes de que la puerta se abriera una vez más mostrando la imagen de aquel erizo de color verde que una vez había visto cruzando por enfrente de la casa. Llevaba una camisa negra y debajo de una chaqueta negra.Le sonrió con amabilidad y hablo:

  — Hey, tu debes ser Sonic. — Saludo, mostrando una sonrisa.  — Mi nombre es Scourge y por esta noche seré tu "cuidador" — Hizo comillas con sus dedos mostrando una expresión minúscula de fastidio, puesto que su amigo Shadow le había avisado tarde, como siempre, interrumpiendo su diversión con una linda rubia. Bufo molesto para sus pensamientos.

Miro con más detalle al cobalto, llevaba unas bermudas y un suéter color crema, su rostro tenia pequeñas ojeras y en su cuello habían pequeños moretones con la marca de unos dientes alrededor de estos. «Eres un salvaje Shadow» Pensó, arrugando su nariz y aparto la vista de su cuello, se concentro en no hacer que este tiempo no se volviera incomodo para los dos.

— ¿Ya cenaste? — El cobalto abrió sus ojos de golpe. Lo había olvidado por completo, corrió hasta la cocina y apago la hornilla retirando la olla de esta, cuando la abrió suspiro aliviado, pues había pensado que se había quemado lo que se convertiría en puré. — Supongo que eso era un no.

Se Lo Que Piensas| +16Where stories live. Discover now