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- Por favor, liberame. - Suplico el ojos verdes al borde de perder la cordura, solo quería salir de ahí.

Abrió sus ojos con miedo cuando sintió como algo se adentraba en su cuerpo, era y se sentía incomodo, comenzó a mover sus piernas en un intento por hacer que se alejara pero no podía.

- Oh. - Dijo el ojos carmesí mientras levantaba su vista para encontrarse con el rostro del azul ruborizado y lleno de unas pocas lágrimas. - ¿Todavía duele? No te preocupes, haré que desaparezca ahora.

El sonido de un cierre bajando hizo eco en sus orejas, levanto su cabeza y noto como entre sus piernas se estaba acomodando el azabache, preparándose. Abrió su boca y empezó a balbucear palabras, observándolo y pidiendo que no lo hiciera.

Pero él solo sonrió con burla.

Un dolor punzante recorrió su cadera y espina cuando su miembro entro de golpe, un grito se escucho por todo el lugar, el ojos carmín tuvo que aumentar el agarre el agarre en sus caderas para evitar que lo golpeara con sus piernas mientras se removía de manera brusca. No espero mucho más y empezó a moverse, al principio sentía presión mientras penetraba de manera lenta;

— Sigues así provocadas que me venga mucho antes de tiempo. — Dijo, comenzó a moverse más rápido a medida que el cuerpo del azul se adaptaba a su medida.

Mientras que para él se sentía grandioso para el ojos verdes era una tortura, no podía dejar de quejarse mientras que apretaba su mandíbula con fuerza, sintiendo como el miembro del azabache estaba y salia de manera brusca ante la falta de lubricación; solo rogaba para que se detuviera y se alejara, así fuera que lo dejara completamente solo en esta habitación.

Solo quería que esto acabase.

Jadeo de sorpresa y dolor cuando él se movió hacia adelante, acercando más su rostro al suyo mientras estiraba su mano hacia el copete de la cama y desatando una de las manos del azul; todo su mano con fuerza antes de que intentará hacer algo en su contra he hizo que se diera vuelta, quedando así boca abajo y con una mano junto a su espalda, sujetada por él.

Volvió a entrar solo que estaba vez no fue tan doloroso como la primera, ya se había adaptado lo suficiente a su tamaño. Volvió a mover sus caderas de manera rápida mientras que observaba como el rostro del azul cambiaba de expresión continuamente debido a lo que estaba haciendo.

A lo que él le estaba haciendo.

Acerco su cuerpo un poco más al suyo, haciendo que su rostro quedara cerca del pequeño espacio que se formaba entre su cuello su hombro, sonrió con malicia antes de morder con fuerza el hombros del azul, provocando que esté gritara de dolor y al poco tiempo empezara a salir pequeñas gotas de sangre en donde más se marcaban sus dientes, principalmente en donde se situaban sus caninos, eran los más afilados de toda su dentadura.

Se alejo de la parte superior de su cuerpo y termino desde se arqueaba su espalda, hizo a un lado las púas que cubrían su espalda antes de morder un poco más abajo de los omoplatos. Era la misma marca que la primera.

Comenzó a ir a un paso más rápido, los jadeos y gemidos también aumentaron en la habitación, mayormente provenientes del ojos verdes, había sentido como él tomaba entre su mano su miembro y empezaba a masturbarlo de manera rápida, seguía dando ligeros mordiscos a su espalda u hombros de vez en cuando.

— Tú debes ser mio. — Susurro el azabache mientras apretaba más su cuerpo contra el suyo. — Tu cuerpo,  tu alma, tu mente y pensamientos, ¡TODO!

Intento decir algo en respuesta pero su lengua se había dormido inexplicablemente, haciendo que solo provocara balbuceos u gemidos entre cortados. Algo similar a una pequeña descarga eléctrica recorrió su espalda y cadera; alertando que pronto habría de correrse en sus manos.

Se Lo Que Piensas| +16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora