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Scourge se encontraba mirando a otro erizo de color verde que estaba en la habitación, movía la aguja en su mano de manera rápida y precisa cerrando la herida que estaba en el cuerpo del azabache, más precisamente en su abdomen. A un lado de la cama se encontraba la mesa de noche repleta de algodones manchados de sangre u llenos de alcohol. Pronto se escuchó un suspiro por parte de Manic, quien era el responsable actual de la salud de su superior; Shadow, quien estaba sedado.

— Primera, y última espero, que veo a Shadow con una herida como esta. — Comento al aire, levantándose del asiento en donde estaba y retirando la liga que sostenía las púas sobre su cabeza. Le daba curiosidad saber como es que el había terminado así y le pediría respuestas, esto jamás le había pasado a él durante godo el tiempo que había tenido el placer de trabajar a su lado. — Jamás había pasado algo como esto.

— Por supuesto que había pasado — Dijo Scourge. — Yo estaba ahí cuando Shadow recibió dos apuñaladas. Tú todavía no habías llegado de... Han, lo olvide.

— De Alemania. — Respondió sin mirarlo, estaba concentrado en buscar la cicatriz de las dos apuñaladas. Comenzó a pensar que estaban en la espalda, más no podía voltear el cuerpo de Shadow. — ¿Como dejo que esto pasara?

— Por una distracción. — Apretó su mandíbula. — Su antigua pareja, había caído al suelo porque una bala impacto en su nuca.

Paso ambas manos sobre su rostro, recordando los gritos del azabache, no eran nada agradables, para alguien como él, ver a la persona más ruda y sádica llorar sobre el cadáver de alguien más le era muy conflictivo.

Sus pensamientos quedaron en blanco cuando empezó a oír pequeñas quejas por parte del azabache, quien se removía muy incómodo en su propia cama, sin menos clonar que empezaba a sudar. Pronto Manic se acercó hasta él:

— Solo esta teniendo una pesadilla — Comentó una vez que comprobó que no tuviera fiebre.kf

— ¿No puedes darle algún calmante? — Lo admitía, en el fondo le dolía verlo así.

— No, ya está muy sedado, podría darle una sobredosis si le inyectó más, por ahora, vayamos afuera.

Y como se escuchó; ambos erizos abandonaron la habitación, dejando al azabache completamente solo en su habitación, sus quejidos entre sueños solo revelaban que la estaba pasando realmente mal; más no había algo que sus compañeros o cualquiera pudieran hacer para ayudarlo, eran  sus demonios y debía lidiar con ellos. Y por más que buscara la manera de asesinarlos, no encontraría nunca la manera, ni siquiera con una copia de lo perdido.

Por otro lado, en cobalto se encontraba sentado en la cama de huéspedes, puesto que Manic le había pedido que saliera de la habitación apenas llegó en la madrugada, recordaba que cuando salió al pasillo con las luces encendidas noto como las manchas de sangre estaban ahí, había pasado mucho desde que vio una gota de sangre. Y finalmente, no había podido conciliar el sueño nuevamente por lo que solo miraba a un punto muerto en la habitación parcialmente a oscuras, la pequeña lámpara a su derecha iluminaba solo un poco.

(...)

Todos se encontraban en planta baja, observándose las caras, puesto que nadie sabía cómo romper el ambiente tenso que los rodeaba con mucho afán, Scourge mantenía su orejas moviéndose de un lado a otro, quizás en una forma de tranquilizarse. Manic por su parte solo se mantenía recostado sobre el mueble con sus piernas cruzadas una sobre otra y sus manos apoyadas sobre su rodilla, era una actitud bastante calmada, propia de un doctor con experiencia. Y finalmente estaba Sonic, quien solo se dedicaba a mirar hacia el suelo con sus ojos oscurecidos, más por el miedo que sentía de todo lo que podría pasar a partir de ahora que por la falta de sueño. Eso se reflejaba en sus ojeras.

Y como ya se había mencionado, nadie sabía cómo romper el silencio, por lo que pasaron muchos minutos más sin decir u hacer algo más. Pero, pronto el sonido de un celular quebró toda la tensión que había ahí. El único en levantarse del sofá fue Scourge, quien tomando su teléfono se alejó un poco de los erizos que seguían sentados metidos en su propio mundo. 

El cobalto noto como mientras que más pasaba el ojos azules escuchando a la persona que estuviera al otro lado del auricular, más se formaba una mueca en su rostro. Aprovecho la oportunidad de moverse y camino escaleras arriba, puesto que luego de varias horas, el sueño al fin comenzaba a volver a su cuerpo, era una lastima que no pudiera hacerlo.

— Sonic — Llamo Scourge, quien ahora se encontraba junto a Manic, ambos tenían un rostro serio. — Recoge todas tus cosas y ponlas en una maleta del armario.

— ¿Que? ¿Por que, sucede algo? — Su voz sonaba descolocada, puesto que el hecho de que tuviera que recoger todo le tomaba por sorpresa.

— Solo hazlo Sonic, te explicaremos luego. — Y mirando a Manic de manera dudosa, comenzó a subir escaleras arriba. Pasando por en frente de la del azabache, por supuesto, la puerta de la habitación estaba cerrada.

Cuando entro a su habitación caminó hasta el armario, de donde saco una maleta mediana como le había indicado Manic. Abrió la gaveta del ropero y tomo todo lo que había; digamos que Shadow se había encargado de reemplazar toda la ropa que había dejado en su antigua casa por una nueva. La mayoría eran solo camisetas y gorros de lana. Cuando la maleta ya no pudo más la cerró y la dejó en una esquina sobre la cama.La miro por unos momentos, las sábanas esponjosas de seda y el colchón que se adaptaba a su cuerpo y forma. Estaba decidido.

Sintió un enorme alivio cuando su cuerpo entró en contacto con la sábana e inmediatamente se quedó dormido.

  — Yo puedo con él. — Comentó Scourge, mirando desde un lado de la cama a Manic, quien guardaba varias cosas en una mochila negra. — No es necesario que vengas.

  —  Oh por supuesto que lo es. — su voz sonaba algo molesta. — Yo soy el médico aquí, no sabes nada sobre cómo tratar una herida u como si quisiera dar primeros auxilios. — Su rostro formo una mueca al escuchar eso, abrió su boca para replicar pero la cerró, tenía toda la razón: ¡Ni siquiera sabía cómo quitarse una curita sin arrancarse media piel! 

Manic sonrió ante su reacción: — Pero quien sabe, quizás aprendas un poco. — Le devolvió la sonrisa de manera burlona y luego volvió a un estado serio. — Debemos partir antes de amanecer, toma a Shadow, yo iré por Sonic.

Y sin rechistar Scourge se acercó al azabache aún sedado, tomándolo de los brazos con cuidado de no dejarlo caer y cargando sobre su espalda, pesaba bastante, cosa que correspondía a su altura. Un sonido de queja salió de sus labios.

  — Que afortunado eres, tu no tienes que cargar a este saco de papas. Aunque creo que un saco pesa menos.

 — Por supuesto que no tengo porque hacerlo, tu eres su mano derecha, imaginate si intento cargarlo, me iré de cara contra el suelo.

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Ya saben lo que dicen, si le pones nombre te encariñas y no sabes que podria pasar.

Se Lo Que Piensas| +16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora