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Sus puños se apretaban constantemente mientras iba a paso apresurado por las calle un poco llena de gente que para su situación, iba demasiado lento, así que tenía que moverlas de manera imprevista y algo brusca, se habían oído unas maldiciones hacia su persona pero no les hizo mucho caso.

Tenía que llegar, había durado demasiado comprando algunas cosas que necesitaba. Y si no hubiera sido porque el vendedor lo conocía, hubiera tardado mucho más. Ahora estaba un poco inquieto, había estado pensando en las palabras del cocodrilo.

Estaba metido en un mundo peligroso, y al relacionarse con el ojos verdes también lo había metido en este mundo. Pero, si había durado tanto tiempo observándose en las sombras mientras por otro lado llevaba las cargas que había dejado su padre, sí, podría hacerse cargo de esto.

Cuando por fin llegó a la cuadra en donde estaba la casa del azul, noto como en frente de estaba estaba un auto de color rojo, sin capó. Bastante llamativo, algo empezó a revolverse en su interior, un presentimiento de que ya conocía ese auto.

Cuando abrió la puerta de la entrada noto como el azul estaba sentado en frente de las sillas del recibidor, sonriendo de oreja a oreja.

— Hey, volviste. — Saludo de manera animada el azul mientras sonreía para él. Por lo menos estaba bien, no había sucedido nada en su ausencia, o al menos así pensaba hasta que escuchó una voz hablar, la voz de alguien un poco conocido.

— Es bueno verte Shadow. — Noto como un par de botas de tacón se hacían presentes en su campo de vista y seguidamente la figura completa de una joven murciélago. Su pelaje era blanco y sus ojos eran de un color verde brillante.

— Rouge. — Respondió en modo de saludo, muy amistoso, ¿Por qué estaba aquí ella?

— Ay, que serio, ¿ni siquiera una sonrisa? — Como de costumbre hizo un gesto coqueto con sus manos, pidiendo una en su cadera y otra en su mejilla. Ella era una maestra en el arte de la seducción hacia hombres, no por placer o dinero, sino porque su trabajo así lo requería para algunas situaciones. Como respuesta a su pregunta no recibió más que una mirada fría.

¿Cómo lo había encontrado? No había avisado a nadie  de donde estaría.

— Cariño. — Llamo al ojos verdes. — ¿Puedes dejarnos solos unos minutos, por favor? —Si no fuese porque era alguien demasiado tranquilo, ya hubiera hecho una mueca ante esa petición, pedirle que los dejara solos en la sala de su propia casa.

— Claro. —Dijo con una sonrisa antes de subir por las escaleras, perdiéndose en el último escalón de estas.

— ¿Cómo mierda me encontraste? — Pregunto el azabache, mientras se acercaba de más a la pelo blanco, mostrando su rostro totalmente molesto por lo que había hecho.

— No eres el único con contactos. — El tono de su voz había dejado de ser coqueto y cautivador, ahora era tan serio como el de él. Básicamente todo era tensión y seriedad en aquella sala, algo muy pesado. — Vengo a advertirte.

— ¿Advertirme de que?

— De lo que ha creado tu obsesión con ese niño. — Su voz se hizo más áspera al mencionar al ojos verdes, quizás no era su culpa desde cualquier otro punto de vista, pero para el suyo; era el culpable de lo que se venia encima del azabache. — Están Buscándote, ese chico al que Quemaste vivo era un detective importante en la zona.

—No debe haber algo por lo cual preocuparse Rouge, no dejamos ningún rastro ese día. — Se defendió el azabache mientras miraba de reojo hacia las escaleras, cerciorándose de que el ojos verdes no estuviera cerca de ahí.

— Oh, ¿Estás seguro? — Pregunto ahora la pelo blanco, y antes de que pudiera responder saco frente a su cara un pequeño sobre de color amarillo pálido. — Mis contactos lo hallaron en una de las oficinas de policía del norte.

Tomó el sobre con brusquedad y lo abrió, encontrándose con múltiples fotos de él y el azul, cuando estaban en el parque, en todos los lados a los que habían ido e incluso sobre la rueda de la fortuna; TODO.

— Te han estado siguiendo y por estar concentrado en el chico no te diste cuenta.

Aquí es cuando le daba la razón, su cuerpo había bajado completamente la guardia ante todo lo que lo rodeaba, solo se había concentrado en el ojos verdes; Sonic. Había cometido un error enorme.

— Todavía puedes salir de este aprieto — Dijo, mientras sacaba su celular del bolsillo de la chaqueta y comenzaba a marcar algún número en su lista. — Mandaré a que preparen un avión para que te saquen de aquí y- — Fue interrumpida por el mayor cuando este tomó su teléfono y colgó la llamada, lo miro confundida esperando a que diera la razón por la cual había hecho eso.

— Me quedaré. — Afirmó el azabache mientras le entregaba el aparato en sus manos.

No dejaría lo que le pertenece solo. Jamás.

— Debes estar bromeando... — Susurro mientras fruncía el ceño. Recibiendo una sonrisa ladeada por parte de él.

— ¿Crees que lo hago?— Pregunto de vuelta, mostrando una sonrisa cínica.— No dejaré que me aparten de su lado. — Dijo mientras sin dejar de mirarla, apuntaba escaleras arriba.

— Shadow por favor piensa en lo que estás diciendo, ¡Mira lo que ha hecho contigo! Solo piensas en él.

Estaba por decir algo más para hacerlo entrar en razón cuando este poso en frente de sus ojos el arma corta que siempre estaba sujeta a su cadera, ni siquiera se notaba el pulso en su brazo. Sus pupilas eran opacas y la sonrisa en su rostro no desaparecía.

Y sin pensarlo dos veces; jalo el gatillo.

Sus pupilas se contrajeron cuando presenció esa escena, la sala siendo manchada por la sangre de aquella mujer, al borde de las lágrimas, apoyo en la pared siguiente a la escalera. Con el pulso tan agitado que si te ponías cerca de él, podrías oírlo sin ningún problema.

Debía hacer algo. Rápido.

Sin pensarlo más, se levantó del suelo y corrió hasta su habitación; donde una vez dentro comenzó a buscar de manera frenética entre las almohadas de su cama, una vez que lo encontró empezó a marcar los números. Contestaron al segundo tono.

—Emergencias. ¿En qué puedo ayudarlo? — Intentó hablar pero su voz falló, producto de lo que había visto hace unos segundos. — ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

— P-por favor, ayuda — Ni siquiera entendía sus propias palabras, pero siguió. — Él acaba de, acaba de a-asesinarla...

— ¿Está seguro de que esta muerta? — Si tan solo aquella persona al otro lado de la línea estuviera en su posición. Entendería todo, duró unos minutos en silencio hasta que la voz se escuchó de nuevo. — Debe su dirección señor, mandare a alguien ahora.

Estaba apunto de decir la dirección cuando el teléfono fue arrancado de sus manos, miró sobre sus hombros y se encontró con su figura, su pecho y manos estaban manchadas de sangre, sus ojos solo transmitían frialdad y su sonrisa se había hecho más grande, podía ver sus dientes en forma perturban te.

— ¿Qué estás haciendo? Sonic.

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¿Qué? ¿Creían que Shadow psicópata había desaparecido? ¡JA!

Se Lo Que Piensas| +16Where stories live. Discover now