Cartas de Sangre

Decisión final.

La puerta continua siendo golpeada y halada de la manecilla, Peter gira los ojos y me jala para salir, el sube por una escalera y me hace un además para que suba y lo sigo, llegamos a una ventana que está rota también, el entra y me ayuda al quedar al lado derecho de esta, entro y suspiro.

Veo a Peter moverse por el cuarto iluminado vagamente, colocando la sabana en la ventana, para evitar que el viento entre, termina de colocarlo en una rendijas que yacen arriba de la ventana, el gira, camina a la cama, se sienta, suspira y me sonríe.

Entonces mi mente reacciona y corro en su dirección, tumbándolo mientras lo abrazo, lo tomo de sorpresa por que pega un grito en voz baja mientras yo me rio.

—Me extrañaste, ¿eh? —me dice

Me acomodo en su pecho y cierro los ojos.

— ¿Eso es un sí? —insiste

Sollozo.

—Diablos —se mueve para levantarme y quedar sentada frente a el— ¿Qué pasa?

—Pensé que....Jack te había hecho algo —murmuro entre sollozos

—No, no —me tranquiliza — si lo intentó pero escapé para llamar a la policía, de regreso pude ver como Jack estaba en el cuarto, entonces encendí las sirenas y el salió, le policía me dio un chaleco ante balas — dice y alza su camisa un poco— y me pido esconderme en el bosque, te vi salir, con —murmura y acaricia mi mejilla— tu mirada perdida, entonces salió el cuerpo de Criss y pude ver cómo te derrumbaste, lleve a los oficiales y médicos hacía donde estaba el cuerpo de Axel y te reíste al verlo llegar, maldita enferma — bromea y golpea mi mano— entonces recordaste a Miranda y jalaste a un policía y doctor, antes de que pudiera salir de mi escondite pude ver a Jack salir del sótano con gasolina, la vacío sobre oficiales y autos para después prender fuego, llegaste y le gritaste, entonces comenzaron las balas, corrí al costado derecho y no supe más, hasta que vi tu sombra en la ventana con un tubo, entendí que algo estaba mal y decidí hacer algo —su voz es suave pero ahora le falta el aire.

Trato de asimilar lo que Peter me ha contado, suspiro y sonrío.

—Y aquí estoy, te prometí que saldríamos juntos y así será —me dice

—Peter —murmuro

—Dime

—Miranda está viva —digo con una sonrisa de oreja a oreja

Las pupilas de Peter se dilatan y una sonrisa llena de ternura se hace presente, entonces me abraza.

—Oh, gracias a Dios —murmura en mi oído

Lo abrazo fuerte, la protección que perdí hace unas horas siento que se recupera poco a poco, él se separa y yo lo jalo, no quiero que se aleje, nunca, no,

—No me sueltes — le murmuro

—Kath —me susurra un poco sorprendido

—Por favor — suplico— quédate conmigo

El asiente efusivamente

—Lo haré, lo prometo —me dice — me quedaré contigo

Asiento mientras lo abrazo más fuerte.

Peter se separa y escanea mi cara, haciéndome sentir vulnerable ante su mirada, sé que estoy demacrada por tantos golpes, sé que mi cara es horrible, deforme, apaleada.

—Eres la mujer más hermosa, aparte de mi mama — me dice de repente

Él se ríe ante mi cara de sorpresa, siento el calor en mi cara.