Cartas de Sangre

Sin ti.

Un vacío se hace presente en mi pecho, suspiro y camino de regreso al gimnasio para tomar las mochilas de Axel, Sue y mía, al recoger mi mochila negra, la carta cae al piso, cerrada aun. Lo tomo con mi mano derecha y lo hecho de nuevo a mi mochila, acomode la mochila de Sue en mi hombro derecho, la de Axel en el izquierdo y la mía en ambas manos, abrazándola contra mi pecho.

Llego a la enfermería donde Sue "revisa" las cosas del estante de emergencia, y Axel estaba recostado, el gira su cabeza hacia la puerta donde yo estoy parada y se sienta de inmediato con una sonrisa.

—Tenemos clase y nos abandonas –dice en tono burlón

Río un poco y la imagen de Peter con su mirada perdida se apodera de mi mente para borrar la risa que tenía en mi cara.

— ¿Qué pasa niña bonita? –pregunta Axel, acercándose junto con Sue, a mí.

—Nada, vamos, tenemos que irnos a clases, el profesor Benjamín es muy estricto con la puntualidad, y faltan 4 minutos para que suene el timbre.

Sue me mira detenidamente, me conocía desde hace 5 años, sabe que algo pasa en mi cabeza, y a juzgar a como me mira, sabe que no es algo agradable. Al sentir su mirada la miro, tratando de suavizar mi mirada le sonrío, tratando de decir que decir «Estoy bien».

Caminamos juntos por el pasillo de la escuela, el silencio es abrumador, Axel camina ya mejor a como cuando salimos del gimnasio, lo cual es favorable. Llegamos a la puerta, Sue tiene que irse a cuidar a su hermana, pues acaba de salir del hospital. Se despide de nosotros con un beso al aire mientras corre por el pasillo, Axel hace que yo entre primero a la clase, el profesor aun no entra.

Un chillido molesta mis oídos, son las bocinas que yacen en las esquinas del aula.

—Atención, alumnos, atención –resopla el directo Miller a través del micrófono de la dirección— Por causas formativas, los profesores tendrán una reunión urgente, de esta manera, la escuela permanecerá cerrada por 3 días, favor de salir de manera ordenada y nos vemos el martes. Gracias.

De un momento a otro todos gritan y corren con sus mochilas en mano, miro a todos correr, mi mirada, aun sin comprender el por qué, busca a Peter desesperada, necesito que me aclare lo que habíamos hablado en el pastillo, de repente la encuentro, esa mirada tan profunda, está mirándome, de forma suplicante. Nuestras miradas chocan por ¿minutos? ¿Horas? ¿Segundos? No lo sé, solo sé que no quiero que acabe, pero lo hace, la quita su mirada y camina...

—Peter—digo en un murmullo, lógicamente no me escucharía.

Y se va...

Axel llega por atrás, con su mochila azul en el hombro. Criss llega al cabo de 3 minutos, su cabellera resalta sus delicados labios.

— ¿Lista?—menciona

—Emm... sí, claro.

Sin ganas algunas tomo mi mochila y salgo del salón, caminamos por el pasillo, Criss y Axel hablan, no sé de qué, pues mi atención está en este recuerdo de la mirada de Peter hace unos minutos, levanto la mirada tras darme cuenta que las lágrimas están por salir, distingo una cabellera negra a lo lejos, es Peter, lo reconozco donde sea...

Comienzo a correr, él siempre me espera para irnos juntos pues somos casis vecinos, al llegar a la puerta la abro desesperada y giro para ver a al chico de la cabellera negra...

—Peter...

El gira su cabeza al escuchar su nombre y me mira...

— ¿Me...estas esperando?—murmuro.

Tras de mi llegan Criss y Axel, algo cansados por correr tras de mí...Peter los mira y su mirada cae en mí.

—No podía irme sin ti... –responde mirándome para después solo mirar a otra parte—

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