Familia.

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El sonido de la puerta abriéndose me regresa a la normalidad, mi papá y Mari han llegado, no tarda mi madre en venir por mí para comer. Decido cambiarme con la carta aun dando vueltas en mi mente.

El cabo de 20 minutos, aproximadamente, mi madre me habla para comer, salgo y están todos sentados en la meza, es muy bonito este cuadro familiar. Entro a la cocina y lavo mis manos, camino en dirección a la meza, jalo una silla y me siento. Todo el silencio, excepto por los cubiertos chocando entre sí y contra el plato para trozar el bistec acompañado de puré de papa que ha hecho mi madre...

—Llegó un chico nuevo hoy –digo metiendo un poco de puré de papa a mi boca—

— ¿A sí? ¿Y cómo es? —pregunta mi padre.

—Es muy amable, tierno y simpático –respondo con una sonrisa— el profesor me puso como compañera de él, mañana nos juntaremos en la biblioteca para ponerlo al corriente de las clases—agrego— Por cierto, hay una reunión en la escuela, los profesores y eso, ya saben –resto importancia con un gesto— y nos tendré clases hasta el Martes.

—Tu escuela y sus "reuniones" –dice mi madre blanqueando los ojos.

— ¿Es guapo? –Miranda me mira

— ¿Qué?

—Que si es guapo –repite mi padre en tono burlesco.

— ¿Y tú qué sabes de guapos o no? Tienes 8. —respondo ofendida—

—Soy pequeña, no ciega – todos reímos.

—Sí, es algo guapo –respondo al final— es interesante hablar con él, es muy tierno.

— ¿A Peter le desagrada, no? –menciona mi padre con un trozo de bistec en la boca.

Lo miro momentáneamente y mi mirada baja en dirección al vaso de limonada que yacía en la meza rectangular para 4.

— ¿Cómo lo sabe?

—Cuando un chico "guapo" se le acercó a tu madre hace unos años, me desagradó igual –dijo mi madre haciendo comillas en el aire al decir guapo.

Casi me ahogó con el comentario.

—Es verdad, ¿Alfredo, no?—ríe mi madre ignorando mi violenta tos.

— ¿Qué quieren decir con eso?

—Nada que no tú sepas— responde mi madre.

—Y quieras negarlo –agrega Miranda

El silencio se apodera de mí, tomo limonada en intervalos de 5—10 segundos, para evitar responder algo.

—Es gracioso que no quieras aceptarlo, toda la escuela y personas que los miran sabe que Peter está enamorado de ti desde hace años—agrega mi padre— y tú de él.

El recuerdo de lo que paso con Peter hace algunos momentos está en mi mente ahora, mis ojos están abiertos.

—No es verdad, solo somos amigos –me escucho titubeando.

.Mi madre me sonríe, y sigue comiendo, al igual que todos dejándome como idiota mirando en todas direcciones.

La comida termina, todos levantamos los platos y hacemos "fila" para lavarlos.

—Escucha, si lavas el mío, te doy unos chocolates –le digo a Miranda.

—3

—2.

—3, o no hay trato— dice mientras mi madre cierra la llave del grifo y ella avanza en dirección a él lava—traste—

—Bien, 3. –respondo dejando mis platos aun lado de ella y camino en dirección a mi cuarto.

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