4. ¡No me ignores!

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(Damián)

¿¡Pero esa mujer que se creía?! ¿¡Quién era ella para ignorarlo?! ¡A él! Pues bien por ella, si quería ignorarlo ¡vale! Él también la ignoraría, a ver quién podía soportar más tiempo ignorando al otro. Miró hacia ella y vio como lo saludaba con alegría, la muy… seguro que se estaba divirtiendo de lo lindo, levantó su mano derecha y le enseño su precioso dedo corazón hasta que Ren le golpeó la cabeza.

―¿Te lo puedes creer? Esta ignorándome, ¡a mí! ¡Al gran Damien! ―exclamó con indignación, Ren suspiró y tomó asiento enfrente suya.

―No deberías darle tanta importancia.―contestó Ren con voz tranquila abriendo la tapa que cubría al i-pad y poniéndose a teclear.

Damián le lanzó una mirada asesina.

―¡¿Y tú desde cuándo te llevas bien con la “Oye, oye”?! ¡Te traje aquí como refuerzo, no para que te pusieras a hablar con ella sobre idioteces!―expuso casi a gritos y señalando a Ren con el dedo como si fuera el peor de los traidores, de hecho lo era.

―¿Quieres calmarte? ―preguntó el japonés sin apartar la mirada de la pantalla, Damián entrecerró los ojos y se cruzó de brazos con enfado.

Miró hacia Dafne con enojo y la vio hablando animadamente con Ann y Triz, no sabía de que hablaban pero seguro que no era nada bueno. La peliblanca sacó un folio y vio como se ponía a escribir en él a toda prisa mientras las otras dos hablaban, Damián frunció el ceño, ¿qué estarían hablando con tanta emoción? ¿una broma contra ellos, quizás? Con esas tres nunca se sabía.

―Están fundando un periódico.―comunicó Ren, Damián lo miró con interés y su amigo le enseño el facebook de Triz dónde había publicado un anuncio en el que decía que necesitaba estudiantes de periodismo para crear un nuevo periódico universitario.

―Lo que me faltaba, que la “Oye, oye” tenga acceso a los medios de comunicación.―dijo con amargura devolviéndole el i-pad al japonés.

Si la conocía y la conocía perfectamente en la primera edición saldría una foto suya vergonzosa. Mmm… debía esconder todas las fotos de su infancia cuanto antes. Además, esa endemoniada chica seguro que comenzaría a tomar fotos de todo el mundo en situaciones comprometedoras y luego pediría una exorbitante cifra de dinero para evitar su publicación.

―Hola.―lo saludó una chica de cabellos rubios y rizados, él la miró con curiosidad y ella enredó uno de sus dedos en su cabello.―Voy a tu clase de Psicología Criminal y me preguntaba si podrías dejarme tus apuntes.

―Vale, pero los quiero de vuelta mañana a primera hora y no me escribas tu número de teléfono en ellos porque no voy a llamarte.―indicó con seriedad sacando unos folios de su carpeta, ella asintió con vergüenza y Damián le entregó los apuntes. La chica le lanzó una última mirada antes de tomarlos e irse.

―¿Es que suelen escribirte los números de teléfono en los apuntes?―preguntó Ren enarcando una ceja, él colocó las piernas sobre la mesa y se estiró hacia atrás antes de asentir.

―Sí, esto de ser tan sumamente atractivo e increíble a veces es un fastidio, esas mujeres lujuriosas no me dejan concentrarme en mi meta.―explicó colocando las manos tras el cuello y bajando las piernas de la mesa cuando la camarera pasó a su lado.

―No vas a conseguir que ella diga que tú eres mejor, deberías darte por vencido de una vez.―dijo Ren con voz monótona.

―¡Eso nunca! ¡Los Duarte jamás nos damos por vencidos! ¡Lo conseguiré, ya verás, espera y verás! La “Oye, oye” algún día dirá: “Me rindo, Damien tú eres mucho mejor y más inteligente que yo”―habló poniendo voz aguda y llevándose las manos a la cara mientras pestañeaba mucho, Ren puso los ojos en blanco y continuó pulsando teclas en el i-pad.

Cállate y Bésame (TQST Libro #2)© [EN LIBRERIAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora