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POV Omnisciente

Así pasaron cuatro horas más, con Nicolás y Jaime casi tomados de las manos y ni siquiera soltándose en algún momento. Tal vez escondieron un poco las manos cuando fue otra vez la inspectora a echarlos de la sala pero no dijo nada cuando los vio, ya que no quería enfrentarse al moreno otra vez así que se fue de inmediato de la sala. Luego de todo eso, por fin sonó el timbre para salir de clases. Nicolás guardó todas sus cosas al igual que Jaime.

-Entonces vas a la casa del Nico?.-Preguntó Edgar cuando ya quedaba su grupo de amigos y Nicolás.

-Del profe Nico.-Había corregido el recién nombrado que también había escuchado eso.

-Sí, voy a ir a la casa del Nico.-Respondió Jaime con una leve sonrisa divertida mirando a Nicolás. Este último negó con la cabeza para luego reírse silenciosamente.

-Entonces no te vemos más tarde?.-Preguntó Manuel, quien sentía el brazo de Edgar pasar por sus hombros.

Jaime miró a sus amigos y luego a Nicolás. Este último lo miraba algo curioso, ya con la mochila en su espalda.

-No, no me verán más tarde.-Respondió el enojón terminando de ordenar sus cosas para luego cerrar la mochila y colocársela en la espalda.

-Bien, cualquier cosa avísanos si.-Dijo Naiko con una leve sonrisa para luego irse con sus amigos.

-Tal vez te dejaremos algo.-Dijo Alexander riéndose cuando estaba a punto de salir de la sala, haciendo que ahora Nicolás y Jaime volvieran a estar solos.

El moreno miró a Jaime y enarcó una ceja, como queriendo saber a que se refería.

-No es nada, ya debes entender en estas seis horas que hablan cualquier wea.-Dijo el alumno de Nicolás, sabiendo lo que quería este último.-En verdad vamos a ir a tu departamento?

-Bueno. al principio era un excusa pero en realidad necesito saber que no entiendes de mi materia.-Respondió el moreno con una pausa para luego seguir hablando.-No te molesta cierto? Puede ser otro día si quieres...

-No, esta bien para mí.-Dijo Jaime interrumpiéndolo con una leve sonrisa.-Vamos entonces?

El moreno asintió para luego hablar.

-No queda lejos de aquí en realidad.-Dijo el profesor moreno saliendo de la sala junto a su alumno.

Cuando salieron del colegio, el moreno comenzaba a caminar cuando Jaime lo detuvo.

-Mi auto esta en el estacionamiento.-Dijo el enojón con una leve sonrisa notando la cara de sorprendido que tenía su profesor al saber que tenía auto.

-Por qué tienes un auto?.-Preguntó el profesor Gaulle caminando al lado de él para ir al estacionamiento del colegio.

-Bueno, mi padre murió y al parecer tenía una buena plata para mí, así que yo la heredé.-Respondió Jaime con una sonrisa algo triste ahora.

-Lo siento, no quería...

-No importa Nico.-Dijo el enojón con una ligera sonrisa sincera, llegando donde estaba su auto para luego sacarle la alarma al auto. Fue a la puerta del copiloto y la abrió solo para que Nicolás pasara.

-Gracias.-Había dicho el recién nombrado casi en un murmuro y un sonrojo en sus mejillas.

Jaime lo miró unos segundos para luego cerrar la puerta del auto sin ser brusco para que su profesor no se asustara o algo. Luego de eso fue a la puerta del piloto y entró. Encendió el auto y volvió a mirar a Nicolas por varios segundos, como si quisiera algo.

-Qué pasa?.-Preguntó Nicolás aún con aquél sonrojo en sus mejillas mirándolo.

-Sé que parece que tengo todo pero no es así, no soy adivino como para saber donde esta tu casa.-Respondió Jaime con una leve sonrisa viendo como Nicolás se avergonzaba aún más.

El moreno le dijo por donde quedaba su departamento y Jaime de inmediato comenzó a conducir, sabiendo donde era.

-No vivimos tan lejos.-Dijo el enojón mirándolo unos segundos para luego seguir conduciendo.

-Ah si? Donde vives?.-Preguntó el pequeño moreno mirándolo, actuando desinteresado pero bien que quería saber aquello.

-Unos pocos edificios más allá tengo un departamento.-Respondió su estudiante tomándose un tiempo para seguir hablando.-Tal vez algún día te lleve a conocer donde vivo.

-No vives con tu madre o algo así?.-Preguntó el profesor Gaulle algo curioso sin dejar de observar a Jaime.

El moreno notó que Jaime había apretado sus dos manos y ahora tenía los nudillos blancos.

-No, no vivo con ella.-Contestó el enojón con un tono serio mirando el camino.

-No debí preguntar, cierto? Lo siento.-Dijo Nicolás no queriendo ver a su alumno así.

Jaime no dijo nada más, ahora conducía con una mano y con la otra estaba en la palanca de cambios. Nicolás pensó en algo y aunque fuera algo estúpido, colocó su mano izquierda sobre la mano del enojón. Este último miró al moreno y sonrió ligeramente. No dijeron nada por el resto del camino porque no era necesario decir nada en realidad, se podía sentir que todo estaba bien.

Finalmente llegaron y Jaime se estacionó al frente del edificio no más. El enojón insistió en salir primero haciendo que Nicolás se confundiera pero de todas maneras aceptó. Vio como Jaime salía del auto y se daba la vuelta y le volvía a abrir la puerta para ayudarlo a salir del auto. El enojón le extendió su mano para que Nicolás la tomara y saliera del auto. Eso fue exactamente lo que hizo para luego sentir como Jaime cerraba el auto y le colocaba la alarma.

El moreno saludó al portero y fue al ascensor junto a Jaime. El ascensor se abrió y entraron los dos sin decir ni una palabra. Nicolás apretó el botón del piso donde estaba su departamento y las puertas del ascensor se cerraron.

Jaime miró a Nicolás y este ya lo estaba observando. Hubo unos segundos de tensión hasta que el enojón acorraló al moreno contra la pared del ascensor, haciendo que a este último se le descontrolara un poco la respiración y mirara los ojos de su alumno para luego mirar los labios de este. Estaban demasiado cerca, podían hasta sentir la respiración del otro haciendo que la tensión entre ellos dos aumentara.

-J-Jaime...

-No digas nada.-Murmuró el recién nombrado con una voz ronca acercándose aún más a Nicolás.

Sus labios estuvieron a punto de tocarse hasta que el ascensor se detuvo y se separaron de inmediato para salir de este. Luego de eso hicieron como que nada había pasado y hablaron de cualquier otra cosa mientras Nicolás abría la puerta de su departamento.

Pero claro que había pasado algo ahí, algo que ninguno de los dos olvidaría.

I Want YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora