I Want You

51.-

POV Omnisciente

Ha pasado una semana y las cosas han estado bastante bien. Después de lo que pasó con Gustavo, no habían oído nada de este pero Naiko y Manuel les dijeron que Gus estaba bien, solo que estaba intentando olvidar a Nicolás, por eso no los había contactado.

Se podía decir que el moreno estaba viviendo en el departamento de Jaime, solo que no era oficial en realidad.

Ese día, Nicolás despertó y notó de inmediato que Jaime no estaba a su lado, haciendo que lo extrañará altiro. El moreno se levantó y se colocó unos boxers de su enojón y una polera también de este, sintiendo el olor al perfume de Jaime en esta ropa.

Se lavó la cara y se peinó un poco para luego salir de la habitación del enojón y escuchar como este hablaba con Edgar y Manuel.

-Cuando le vas a decir al Nico?.-Preguntó Edgar, con un tono notorio de preocupación.

-No le diré.-Respondió Jaime bastante seguro, no queriendo hablar de eso.

-Pero él necesita saberlo...

-Hola cariño.-Dijo el enojón interrumpiendo a Edgar, viendo como Nicolás aparecía en el living algo curioso.-Cómo dormiste?-Preguntó Jaime sintiendo como el moreno se sentaba en sus piernas y colocaba su brazo pasando por sus hombros.

-Bastante bien.-Contestó Nicolás, colocando su cabeza en el hombro de Jaime para luego decir algo en un susurro.-Te extrañé.

-Yo también cariño.-Dijo el ex drogadicto con una ligera sonrisa, abrazando a su Nicolás y tomando la mano de este para luego acariciarla, sintiendo la suave piel de su pequeño moreno.

-Cuando se van a casar?.-Preguntó Manuel de repente, shippeando demasiado en ese momento.

Nicolás se colocó rojo mientras que Jaime se reía.

-Vamos Manu, no los avergüences así.-Dijo el ruloso con una sonrisa algo divertida, tomando de la mano a su novio.

-Esta bien.-Dijo el recién nombrado con un ligero puchero, mirando a su pololo unos segundos.

-Y de qué hablaban antes?.-Preguntó el moreno recordando eso. Sabía que había algo que Jaime no le quería decir pero no le preguntaría en ese momento cuando sus amigos seguían ahí.

Edgar miró fijamente a Jaime como para que este le dijera.

-Estábamos hablando de que es lo que haríamos el resto de las vacaciones antes de entrar a la Universidad.-Dijo el futuro profesor de Matemáticas, no diciendo la verdad claramente, haciendo que Nicolás frunciera el ceño y Edgar también.

-Ninguno de ustedes recibió alguna beca?.-Preguntó el pequeño moreno de repente, sintiendo como Jaime se tensaba por lo que acababa de decir.

-A qué te refieres? Cómo para ir a estudiar a otra parte?.-Preguntó Eddie mirando fijamente a Jaime cuando decía esto.

-Sí, algo así.-Respondió el pequeño travieso algo confundido, no sabiendo lo que pasaba.

-Bueno, en realidad Jai...

-Edgar, podemos hablar afuera?.-Preguntó el ex alumno de Nicolás seriamente, interrumpiendo a este.

El anteriormente nombrado suspiró y asintió para luego levantarse de su asiento. Jaime hizo lo mismo y le dio un pequeño beso en los labios a Nicolás para luego salir del departamento solo por unos minutos.

-Sabes qué era lo que Edgar iba a decir?.-Preguntó el profesor de Lenguaje cuando vio como Jaime cerraba la puerta.

-No lo sé...

-No hace falta que me mientas, también sé que no estaban hablando de que haríamos el resto de las vacaciones.-Dijo el profesor Gaulle interrumpiéndolo, no queriendo que hasta Manuel le mintiera.

-No puedo decirte.-Dijo Manuel, queriendo ser leal a su amigo Jaime.

-Por qué no? Los dos sabemos que Jaime no me va a decir.-Dijo Nicolás, sabiendo que era verdad lo que decía. Vio como Manuel se ponía algo nervioso y volvió a hablar.-Por favor.

-Jaime recibió una beca.-Dijo Manu casi en un murmuro, no mirando a los ojos a su otro amigo.

-P-Pero eso esta muy bien, por qué no me diría algo así?...

-Recibió una beca para estudiar en Estados Unidos.-Dijo el pololo de Edgar, interrumpiendolo para que este entendiera.

Nicolás se quedó callado de inmediato. Si Jaime aceptaba la beca, este se iría y él se tendría que quedar en Chile, haciendo clases, claro que se sentiría casi sin vida sin el enojón, lo sabía pero por otro lado, no todos los días te ofrecen una beca para estudiar en otra parte y con todos los gastos incluidos.

No hablaron nada más hasta que Jaime con Edgar entraron de nuevo. El primero en ser nombrado se volvió a sentar y vio como su Nicolás se sentaba en sus piernas para luego acurrarse bastante en su pecho, como si fuera la última vez que lo fuera a hacer y probablemente, lo sea.

-Te extrañé.-Volvió a decir el moreno en un murmuro, con los ojos aguados pero sin dejar que Jaime lo vea así.

-Yo también te extrañé.-Dijo Jaime con una ligera sonrisa, sin notar ningún indicio de que su moreno estaba mal.

-I-Iré a la habitación, si? Creo que no dormí muy bien, ya que estoy algo cansado.-Dijo el pequeño moreno levantándose de inmediato de las piernas de Jaime para luego ir corriendo al cuarto, sin esperar que este le dijera algo como respuesta.

Cuando Jaime escuchó un portazo, de inmediato supo que algo andaba mal.

-Qué pasó cuando Edgar y yo salimos?.-Preguntó el enojón, hablándole a Manuel.

-É-Él insistió en que le diga la verdad, yo no pude mentirle.-Respondió Manuel, dejando bastante en claro lo que había pasado.

Jaime no le dijo nada, solo lo miró mal unos segundos para luego casi ir corriendo donde su moreno. Cuando abrió la puerta de su habitación, se encontró a este último, llorando en posición fetal, haciendo que se rompiera su corazón. Cerró la puerta y de inmediato se acercó a su moreno para luego abrazarlo fuertemente, no queriendo que este nunca estuviera así.

-Nico, no me iré.-Dijo el ex drogadicto, sintiendo sus ojos arder solo por saber que Nicolás no podía dejar de sentir aquél dolor que ahora sentían los dos.

-Sí te irás.-Dijo el pequeño travieso, en ningún momento parando de llorar.

-No Nico, no lo haré.-Dijo el futuro profesor de Matemáticas, solo un poco confuso.

-Sí lo harás, porque o si no yo te obligaré a que vayas.-Dijo el profesor de Lenguaje, no queriendo sentir nada en ese momento.

-Nico...

-No hablemos de esto ahora y solo abrázame Jaime.-Dijo el recién nombrado, sintiendo como este lo hacía mientras todavía tenía aquellas lágrimas en su rostro.