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POV Omnisciente

-Lo herí.-Dijo Nicolás de repente, después de varios minutos en silencio mientras sentía como el enojón lo abrazaba y le hacía cariño en la espalda.

-Cariño, no fue tu intención hacerlo.-Dijo Jaime diciendo la verdad, no queriendo que Nicolás se culpara por algo así.

-Pero igualmente lo herí, Jaime.-Dijo el moreno, volviendo a colocar su cabeza en el pecho del recién nombrado.

-No debes sentirte así.-Dijo el anteriormente nombrado, siendo sincero.-No has hecho nada malo amor, ya se le pasará.

-Tú crees?.-Preguntó el pequeño moreno mirándolo con algo de tristeza.

-Claro que sí.-Respondió el enojón bastante seguro de eso.-Solo necesita algo de espacio para pensar en las cosas y asimilar lo que pasó.

-Supongo que tienes razón.-Dijo el pequeño travieso sintiéndose un poco mejor.

-Quédate aquí, traeré algo para que comas.-Dijo el ex drogadicto con una pausa.-Solo una cosa, algo poco o definitivamente algo dulce?

-Definitivamente algo dulce.-Contestó el profesor de Lenguaje con una pausa, sintiéndose indefenso e incompleto cuando notó que Jaime se separaba de él.-Vuelve pronto.

-Claro que lo haré.-Dijo el futuro profesor de Matemáticas, apurándose solo para que Nicolás no estuviera tanto tiempo solo.

Jaime casi salió corriendo para buscarle comida a su pareja. Nicolás de inmediato se tapó casi hasta a la cabeza y se abrazó a si mismo.

No podía dejar de pensar en Gustavo y en la cara de dolor que este tenía al verlo ahí, pero de verdad sabía que no había hecho nada malo, solo había hecho el amor con Jaime y les podía asegurar que eso no tenía nada de malo, ni siquiera un indicio de eso.

Nicolás miró su cuerpo y vio varios chupones y marcas de dedos en su cuerpo. El primero miró su mano y juraba que todavía sentía la mano de Jaime tomando la suya, apoyándolo por si algo le dolía. El moreno sonrió un poco para luego acariciar su cuello, sabiendo que estaba tocando las marcas que Jaime le había dejado. Se sentía muy bien y nunca se lo había imaginado así.

El moreno nunca había estado seguro en hacerlo con alguien más, incluyendo a Gustavo, pero sentía que con Jaime todo era diferente. Además, Jaime es la única persona que ha amado tanto en toda su vida, se los podía asegurar.

-Estás escondido amor?.-Preguntó Jaime, sacándolo de sus pensamientos. Este estaba mirando al moreno, quien estaba completamente tapado ahora.

-Algo así.-Respondió Nicolás algo sonrojado, sacando un poco su cabeza, dejando sus ojos a la vista no más. Vio a Jaime con un pote de helado de chocolate y una cuchara.

Jaime se volvió a acostar al lado de su ex profesor para luego ver como este se acomodaba más cerca suyo. Luego de eso, Jaime abrió el pote de helado y sacó un poco de este en una cuchara para luego darle a Nicolás. Este abrió la boca y de inmediato tomó el helado con gusto, sintiendo el sabor a chocolate altiro. Luego de unos segundos, Jaime le sacó la cuchara de la boca y la dejó enterrada en el helado, esperando que Nicolás le hiciera un gesto para ver si quería más.

-Esta bien lo que elegí para "desayunar"?.-Preguntó el enojón con una sonrisa, observando a su Nicolás bastante feliz con el helado.

Nicolás asintió para luego abrir la boca otra vez haciendo entender a Jaime que quería más helado. Este último sacó más helado para Nicolás y le volvió a dar en la boca a este último. Nicolás cerró la boca y volvió a saborear el helado, sintiéndose feliz.

Cuando Nicolás terminó de tomarse ese bocado de helado, vio como Jaime miraba fijamente sus labios. Segundos después este último lo besó por solo un par de segundos para luego separarse.

-Tenías un poco de helado en los labios, tenía que limpiarlo.-Dijo el ex drogadicto como si esa fuera su excusa.

-Entiendo.-Dijo Nicolás con una sonrisa y una pausa.-No es por nada pero siento que todavía tengo bastante manchados los labios.

-Ah si?.-Preguntó el futuro profesor de Matemáticas con una sonrisa algo pervertida, dejando el helado en su mueble junto a la cuchara para luego acomodarse un poco y besar con mucha comodidad a Nicolás, sintiendo como este le correspondía de inmediato.

El sabor a chocolate lo hacía más adictivo de lo que ya era el hecho de besar al otro, era como si estuvieran intentando quitar el sabor al helado.

Estuvieron varios minutos así, disfrutando los labios del otro hasta que Nicolás sintió como Jaime colocaba sus dos manos en su cintura. Con esto hecho, el moreno se separó del beso para mirar a Jaime a los ojos. Este último ya lo estaba mirando fijamente haciendo que Nicolás pudiera notar los ojos dilatados de este y el deseo que también había.

Nicolás sintió como Jaime tomaba su mentón con cuidado para luego darle pequeños besos en los labios, haciendo que sonriera entremedio de estos.

-Te amo, cariño.-Dijo Jaime todavía observándolo con adoración y casi en un ligero susurro.

-Yo también te amo Jaime.-Dijo Nicolás con una sonrisa de felicidad, todavía sintiendo las manos de su enojón en su cintura.

-Más helado?.-Preguntó el enojón con una ligera sonrisa.

Nicolás asintió y vio como Jaime volvía a hablar.

-Bien, te daré más helado pero con una condición.-Dijo el ex drogadicto viendo la cara de confusión de su moreno.

-Cuál sería esa condición?.-Preguntó el moreno algo extrañado pero sabiendo que debía ser algo bueno para los dos.

-Mánchate los labios con el helado, por favor.-Dijo el futuro profesor de Matemáticas con una sonrisa coqueta y algo pervertida, viendo como Nicolás se sonrojaba.

-E-Eh, lo haré.-Dijo el pequeño moreno bastante nervioso y sonrojado, sintiendo como su pareja le besaba las dos mejillas. Jaime sintió lo calentitas que estaban estas, haciendo que sonriera ahora por ternura y felicidad.

-De verdad que me encantas, Nicolás.-Dijo el ex alumno del recién nombrado, admitiéndolo.-Sabes que no hay día en que no agradezca haberte conocido?

-Tú quieres que me convierta en un tomate, a mí no me engañas.-Dijo el pequeño travieso, sabiendo que su sonrojo no iba a desaparecer tan rápido.

-Me encantaría vivir con un Nico completamente sonrojado por la eternidad.-Dijo Jaime con una sonrisa.

-Eso se va a cumplir si sigues diciendo cosas así.-Dijo el profesor de Lenguaje sintiendo como el enojón lo besaba por unos segundos para luego tomar el pote de helado y darle de este a él.

I Want YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora