4 . Besos y corazones de piedra (Jack)

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Buenos días 😄 

Solté un suspiro y borré el mensaje.

¿Qué tal tu mañana? 🤗

No. Volví a presionar la tecla hasta que quedó en blanco.

¿Cómo está Smith? ¿Le gustó el regalo? 🤔 

Estuve a punto de presionar el botón de enviar, pero me arrepentí y borré todo de nuevo mientras observaba la pantalla sin saber que más escribir. La noche anterior nos habíamos quedado hablando hasta tarde sobre cualquier cosa, pero llegó un momento en el que por alguna razón me cansé de contestar sus mensajes.

Creí que solo era por la hora, pero cuando desperté en la mañana me di cuenta que no sentía la necesidad imperiosa de escribirle otra vez que pensé que iba a tener.

Y eso era una mala señal. Una muy mala señal.

—Pero que cara traes —exclamó Peter, abriéndome abría la puerta de su camioneta roja. Me observaba de reojo, aprovechando que estábamos detenidos por la luz roja del semáforo—. Pareces molesto desde que te recogí.

Estaba sentado en el asiento del copiloto, mi lugar habitual durante los viajes de la mañana hacia el instituto. La familiaridad de ese pequeño espacio con aroma a café en el portavasos y el body splash del asiento trasero del auto, hizo que toda mi preocupación se disipar.

—¿Qué? —susurré, bloqueando el teléfono para que no viera la pantalla—. No, estoy bien. Muy, muy bien. Excelentemente bien...

Solté una risilla nerviosa que, por supuesto, no fue convincente para él. Pero la luz cambió a verde y regresó su vista al camino. Aunque no pude escaparme de la mirada que había sentido sobre la nuca desde que me subí al auto.

—Cuando dices excelentemente bien lo haces sonar menos convincente —comentó la voz dueña de esa pesada mirada.

Eché un vistazo sobre mi hombro para encararla.

—¿Acaso no me veo bien, Happiness?

No se llamaba Happiness, pero tampoco era tan distinto a su nombre real.

Felicity en asiento trasero con su portafolio apoyado en su regazo, elevó la mirada. Desde que había tomado la impulsiva decisión de cortarse el cabello por encima de los hombros y flequillo la noche antes del inicio de clases, era muy difícil ver su rostro o sus ojos verdes por la forma en la que se esponjaba.

Y, aun así, sabía que estaba intentando leer mi lenguaje corporal como si fuera una perfiladora criminal del FBI.

—En nivel Jack Gallagher... pues diría que no tanto —comentó, elevando sus cejas.

—Debe estar pensando en Smith... —se burló Peter sin quitar la mirada de la carretera.

—¿Pensando en Smith? —curioseó Felicity, inclinándose hacia los asientos delanteros. —. ¿Por qué estás pensando en Smith?

—No estoy pensando en Smith...

Solo que, de cierta manera, lo estaba haciendo.

Esa era la otra cosa que me había estado comiendo la cabeza desde que tuve la brillante idea de comprarle esos chocolates de los que me había hablado Peter en sus conversaciones sobre las cosas que le gustaban a Lisa. Por supuesto, no tuve el valor de dárselos yo mismo después de lo que había pasado en Jacob & Daniels.

Porque después de haberle dicho que era guapo, la expresión de su rostro dejó de darme vueltas a la cabeza. Esos ojos oscuros y esa sonrisa fugaz, repitiéndose en bucle cada vez que algo me recordaba a él.

Jack & SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora