32. El verano más largo (Smith)

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Creo que lo último que esperé hacer en mi verano era estar en una fiesta de universitarios en Detroit con un chico con el que llevaba saliendo casi dos meses y con el que no había oficializado nada. Pero allí estaba, viendo como Lloyd se acababa una botella entera de tequila mientras que sus amigos le echaban porras para que llegara hasta el fondo y un montón de extraños bailaban a mí alrededor.

¿Y cómo llegué a este punto?

Pues era una larga historia. 

Luego de aquella noche durante la fiesta de cumpleaños de Mackenzie, luego de haber visto a Jack marcharse de manera decidida por la puerta del invernadero me di cuenta de que toda nuestra situación había alcanzado un punto de quiebre.

Dolió porque por un momento creí que él se daría la vuelta, caminaría hacia mí y me besaría mientras me pedía regresar con él. Y yo le hubiera dicho que sí porque al final Leo tenía razón.

Pero no lo hizo. Ya no había más Jack y Smith.

Ambos seguimos con nuestras vidas de manera paralela. Él volvió a concentrarse en su grupo de amigos y yo me esforcé en recuperar mi relación con el mío, todo lo que había dejado a un lado por aquel idilio con Jack. 

De hecho, incluso las cosas en el instituto se calmaron bastante hasta el día de la graduación de los gemelos y el baile. Aquel día fue la caída definitiva de Alex Rogers. No estuve allí, pero me contaron que durante el baile de graduación apareció con un ramo de flores y le declaró su amor a Lorenzo Riera frente a todos.

Y Lorenzo lo rechazó frente a todos.

James me comentó que luego de pasar aquella vergüenza frente a todo mundo, Alex se retiró y Lorenzo siguió bailando como si nada hubiese sucedido. Lorenzo se fue a Nueva York por la beca deportiva que le ofrecieron y Alex se fue a estudiar a Rochester, cerrando así el drama de los chicos de último año.

Los gemelos consiguieron becas deportivas en la Universidad Estatal de Michigan para jugar con el equipo de los Spartans. James se decidió por una carrera en comunicación y Arthur prefirió estudiar negocios. Como la universidad estaba en la ciudad, no había necesidad alguna para que se mudaran.

Entonces el verano llegó a Lansing. La temperatura pasó de dieciocho a veintiún grados, los días se sentían más largos y la mayoría de nuestros amigos salieron de la ciudad.

Mackenzie fue a pasar el verano con su padre en Los Ángeles (todos sabemos que lo hizo porque Leo no iba a estar en el país), los gemelos fueron a pasar sus vacaciones en un ambiente más cálido con los tíos de Nuevo México, Carlos y Dinah se fueron a Colombia a pasar el verano con el papá y los abuelos de ella. Leo se fue a España muy amargado porque tenía que pasar un mes primero con su padre en Madrid antes de irse a Barcelona con su abuelo.

Las pocas personas que nos quedamos en Lansing hicimos lo que hace cualquier joven en época de verano.

Conseguir trabajo.

Dakota me lo hizo muy fácil. Su tía iba a armar una guardería infantil para ayudar a aquellos padres que tenían niños de cuatro a seis años y no tenían con quien dejarlos. No lo pensé mucho, era muy bueno cuidando niños (había tenido algo de práctica con los primos pequeños de Lisa durante las fiestas) y además cuidarlos mantendría mi cabeza ocupada de los problemas que tenía en ese momento.

Como por ejemplo el hecho de que el cáncer de mi abuela había regresado y ella estaba yendo a quimioterapias. Era muy notorio cuando alguien entraba en ese tratamiento, además algunas veces la escuchaba llamando a alguna amiga y desahogándose con ella.

No me lo había dicho porque no quería preocuparme. Y yo no quería decirle que sabía porque sabía que ella se preocuparía por mí como cuando estuvo enferma hace un par de años, por eso supe que este trabajo nos haría bien a ambos.

Jack & SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora