17. Una mala idea (Smith)

13.9K 1.3K 1.1K
                                    

Se suponía que iba a una cena en casa de Leo.Porque mi abuela estaría pasando el día con Allison, porque no podía acudir conLisa sin haber resuelto ese asunto y porque en esos momentos el aroma de lacomida de Beatriu Bellpuig prácticamente me arrastraba al lugar.  

Además siempre me había gustado mucho el ambiente de su casa. Los olores, la decoración y me parecía divertido cuando hablaban catalán entre ellos. Entre Beatriu, Jayah (hermana mayor de Leo), Joan (hermano menor) y la tía Laia me convencieron para acompañar a Leo y que lo vigilara para que no causara problemas. Incluso me armaron el disfraz.

Así fue como terminé con un bigote falso recortado sobre mi labio superior, un raído saco azul marino y el cabello embadurnado en gel para crear un poco la ilusión de ese reconocible peinado.

Para un fanático de las ciencias era fácil identificar mi disfraz, pero para una persona normal... 

—Te ves totalmente adorable —reconoció Mac, dando vueltas a mi alrededor para observarme bien—. Pero... ¿Qué rayos eres?

Estábamos junto a un par de autos estacionados frente a esa enorme casa con una de las más costosas decoraciones de Halloween que había visto en mi vida. Algo que parecía demasiado extra para una simple fiesta de adolescentes, pero no para Raven Waldorf.

Mac estaba sentada en la banqueta de la acera mientras miraba su teléfono y fingía escuchar a un chico que se le había acercado para hablarle. Uno que por supuesto hizo a un lado cuando nos vio bajando del taxi. 

—Soy el padre de la corriente alterna, Nikola Tesla —dije mientras daba una desganada vuelta.

—¡Y yo soy el padre de la corriente directa, Thomas Edison! —exclamó Leo mientras daba otra vuelta.

Mac le dio una mirada de regaño a Leo.

—Siempre traes disfraces que nadie entiende y ahora metiste a Smith en esto, deberías avergonzarte Leonardo Jaume Ontiveros Bellpuig.

Leo cruzó los brazos sobre su pecho y empezó a darle una mirada de pies a cabeza con el entrecejo fruncido.

—¿Y quién eres tú? —preguntó—. Porque lo que veo es una setentera Mac con delineado de impacto y unos pendientes gigantes. 

Ella lo miró como si lo quisiera matar, pero enel fondo disfrutaba mucho eso. Que él tuviera sus ojos sobre ellay que fuera de las pocas personas que siempre le diría la verdad. 

—Soy Edie Sedgwick —dijo mientras me quitaba mi cigarrillo y posaba—, la musa de Andy Warhol, la Chelsea Girl original.

Leo se cruzó de brazos y una sonrisa se dibujóen su rostro. Claro que sabía quién era.  

—¿Acaso no fue esa la de la vida amorosa trágica,que nunca pudo tener el amor de Bob Dylan y murió de sobredosis? —Leo empezó anegar—. Dios, que deprimente.

—Mira quien habla —Mac se inclinó hacia él y le acomodó la peluca blanca con algo de brusquedad—. Ladrón de ideas, hostigador y capitalista.

Leo se inclinó hacia ella, hasta que sus rostros quedaron a centímetros de distancia y le dedicó una sonrisa bastante descarada. Si no los hubiera conocido, creería que eran una pareja a punto de besarse.

—Bien Edie... ¿Dónde está tu Bob Dylan ahora?

El gesto de Mac pasó de la diversión a la seriedad en menos de un segundo.

—Dios, a veces me hartas —murmuró ella antes de alejarse de él y darle la espalda—. Iré a buscar una bebida para lanzártela encima.

—Sabes que disfrutaría mucho eso —dijo mientras la veía alejarse a través de la multitud.

Jack & SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora