18. Mirador Lancaster (Jack)

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—Tienes sonrisa satisfacción después del sexo—soltó Italia durante el desayuno—. ¿Quién pone esas sonrisas en el rostro?

—No tengo sonrisa de satisfacción —me defendí—. Tan solo amanecí de buen humor hoy.

—Es lo que pasa después del sexo —dijo ella alzando una ceja.

—Cállate Lia —dije mientras intentaba concentrarme en mis tostadas de mermelada y mantequilla de maní—. No es de tu incumbencia.

Italia me dio una larga mirada antes de verter el café caliente en su taza favorita, una con la frase «Esto no me estaría pasando si fuera una Kardashian» mientras empezaba tarareaba una canción. En ese momento le di una mirada a mi reflejo en la tostadora y pude distinguir un sutil sonrojo en mi mejilla.

Pero ella luego me lanzó otra mirada para nada discreta que no hizo más que incrementar el calor en mi rostro.

—¿Podrías... dejar de mirarme así? —pregunté, apartando mi rostro de su vista—. Como si hubiera cometido un crimen o algo así.

—Deberías soltarlo ya, si yo no lo descubro de seguro Felicity lo descubrirá —dijo ella mientras le daba un sorbo a su café.

—No sé de qué me estás hablando —repetí colocando las tostadas en el plato y alejándome del mostrador.

Sentí mi teléfono sonar y por un segundo me apresuré a dejar todo lo que tenia en la mano para tomar el teléfono, teniendo la esperanza que fuera alguno de esos mensajes secos de Smith sobre lo que habíamos conversado un par de noches atrás.

Pero solo era un mensaje de nuestro grupo de chat preguntando si nos reuniríamos por la tarde en casa de Peter, porque al parecer habían logrado resolver lo sucedido en el festival de cine.

—Allí está de nuevo —señaló mi hermana con una sonrisa socarrona—. Si te pones así con un mensaje de texto no puedo imaginar cómo te pones después del sexo.

—¿Y acaso tú sabes algo del sexo? —inquirí.

Ella se quedó callada un segundo y luego una sonrisa se plasmó en sus labios.

—¿Con quién fue? ¿A quién tengo que matar? ¿Usaste protección? —pregunté verdaderamente preocupado.

Italia se echó a reír con ganas haciéndome sentir bastante estúpido. No era mi culpa, podía odiarla mucho, pero era mi hermana y al final siempre terminaría preocupándome por ella.

—Estábamos en Fordham, en la cafetería y hubo un clic entre ambos —respondió ella sin vergüenza alguna y una gran sonrisa—. Dios, fue tan bueno...

—Shhh, no me cuentes nada, no quiero saber sobre tu vida sexual —dije mientras me tapaba los oídos.

Italia rodó los ojos.

—Así que tú puedes presumir tu vida sexual y yo tengo que guardarme todo porque soy mujer, que intolerante eres Burnell —se quejó ella.

—¡Lo digo porque eres mi hermana Italia! —dije intentando borrar de mi cabeza el pensamiento de mi hermana teniendo sexo—. No sigas hablando del tema por favor.

—Pero que intolerante —murmuró, pero no estaba enojada. Solo disfrutaba molestarme y ponerme incómodo—. De momento me guardo su nombre. Pero prometo que en algún momento te lo presentaré.

—No gracias, no quiero conocer al chico que desfloró a mi hermana.

Italia parecía dispuesta en restregármelo, pero el sonido del mensaje de Peter anunciando su llegad con un meme fue mi salvación. Tomé mi mochila y salí disparado hacia la puerta. 

Jack & SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora