Jack & Smith

14. Muchos de aquellos

Tres idiotas y medio

Peter, Gerald , Martin, tú.

Gerald:

¿¿¿Pero cuál es su problema???

¿¿¿Por qué no les gusta mi idea de disfraz???

Martin:

Porque es ridícula.

Gerald:

¡¡¡¡PERO SI ES LA MEJOR IDEA DEL MUNDO!!!!

Martin:

¿En qué mundo ir disfrazados del elenco de Magic Mike es la mejor idea del mundo?

Gerald:

Las chicas lo amaran, literalmente no han parado de hablar de esa película. Seremos la sensación y al final de la noche cada uno va a tener a una chica del brazo.

Bueno, todos menos Peter y Jack.

Hablndo d ellos ¿Dónde están?

Martin:

Peter ¿Sigues ignorándonos por no haber ido a tu festival de cine?

Jack, te veo en línea.

Tal vez estaba en línea, pero totalmente alejado de ellos y en la misma posición de varios días atrás. Escondido bajo las cobijas de la cama, con la luz azul de la pantalla sobre mi rostro y mis dedos moviéndose de un lado a otro del teléfono sin contestar ninguno de los mensajes que aparecía en mis notificaciones.

El vibrar en mi mano había sido constante y no solo era por sus mensajes, sino también por los de Peter escribiendo desde el privado, memes de Felicity y uno que otro mensaje de Lisa Martell.

Gerald:

Bueno, tal vez tengan disfraces de pareja y esas cosas con sus novias 🙄

Martin:

Peter ya dijimos que lo sentimos mucho 🙏🏾

Gerald:

Dónde quedó el mejores amigos antes que novias??? 🙄

Martin:

Es que no entiendo por qué nos querías hacer ver esas películas ¿Acaso tienes algo que decirnos? 👀

Observé la pantalla una vez más antes de soltar un suspiro, bloquear el teléfono y lanzarlo fuera de mi fuerte de sábanas. Tal vez cayó en el suelo, pero no me importó una posible pantalla rota.

No tenía ni la menor idea de qué disfrazarme ni tampoco ganas de celebrarlo. Tenía la cabeza dando demasiadas vueltas y todas ellas tenían un mismo eje.

Smith Dawson.

Smith Dawson y su cabello oscuro.

Smith Dawson y su brillante sonrisa.

Smith Dawson y su actitud seca.

El recuerdo de esa noche me seguía durante casi todos los momentos, desde ese primer vistazo frente al espejo en las mañanas hasta esos momentos íntimos en la ducha. Seguía sintiendo sus dedos aferrándose a mi cintura, la calidez de su aliento sobre mis labios y ese pequeño regusto a cigarrillo proveniente del húmedo interior de su boca.